Ocosingo, Chiapas, 08 de marzo de 2011.
En el marco de la Campaña “La tierra no se vende, mujeres y hombres la tenemos, la cultivamos y la defendemos”, las mujeres que el día ayer, 07 de marzo, nos reunimos para compartir la experiencia de nuestras luchas y analizar los problemas que afectan nuestras vidas, nuestras comunidades, nuestro Estado y país, tenemos claro que en México y en Chiapas, la justicia no existe para nosotras. Se nos persigue, se nos viola, se nos priva de la libertad, se nos asesina. Nuestras hijas, hijos, hermanos, madres y padres también sufren las consecuencias del hostigamiento al que somos sometidas por defender y exigir nuestros derechos. En esta lucha a muchos de ellos los hemos perdido al igual que a otras tantas compañeras y los culpables siguen sin castigo.
Para nosotras, mujeres indígenas y campesinas, el ejército no garantiza la seguridad, por el contrario su presencia en las calles y en nuestras comunidades genera temor y más violencia. Y como tenerle confianza a una institución que no acepta sus errores, que no permite que sus integrantes sean investigados y sancionados por autoridades civiles, que evade cumplir con las recomendaciones y sentencias de organismos interamericanos de protección a los derechos humanos. Basta recordar a las hermanas González Pérez quienes desde hace 17 años siguen luchando por justicia y castigo para los militares que las ultrajaron.
Sabemos y hemos vivido como el gobierno, a través de sus programas divide nuestras comunidades y nuestras familias. Hemos visto cómo ha ido debilitando la organización y la resistencia despojándonos de nuestros territorios, utilizando nuestras tierras y recursos para sus proyectos ecoturisticos o para la producción de agrocombustibles.
Consideramos que el PROCEDE ahora FANAR es una forma de disfrazar el despojo impulsado por el gobierno para convertir a la madre tierra en mercancía y generar mayor pobreza y crisis alimentaria. Problemas de los que se ha servido para comprar conciencias y generar traiciones de parte de nuestras autoridades y representantes.
Compartimos la lucha de las mujeres canasteras en el municipio de Comitán de Domínguez quienes siguen exigiendo se les reconozca un espacio para comercializar sus productos pero también para que su palabra sea escuchada y no se tomen decisiones que resultan generar mayor presión para ellas al obligarlas a vender todos los días sin tomar en cuenta el tiempo que le tienen que dedicar a la elaboración de sus productos y a atender otras necesidades.
Al gobierno le decimos: no es cierto que en Chiapas y en México las mujeres tengamos garantizado el acceso a la justicia y que nuestras condiciones de vida hayan mejorado, por el contrario nuestros derechos siguen siendo ignorados, seguimos siendo utilizadas a través de los programas oficiales, como el Oportunidades, para mostrar el supuesto bienestar de la población, cuando en realidad no se respetan nuestros tiempos ni nuestras decisiones, éstas se imponen y para la que no las cumpla la sanción es económica o bien la expulsión, lo que refleja, una vez más, la política gubernamental de uso de la pobreza para vencer y acabar resistencias.
Las mujeres no queremos más divisiones, no queremos que nuestros hermanos se sigan confrontando, no queremos tener a más hijos, esposos o padres en las cárceles, no queremos que el gobierno nos siga despojando del territorio que era de nuestros ancestros y por eso en esta Asamblea determinamos que la tierra también es nuestra porque la trabajamos junto con los hombres, porque la respetamos igual que los hombres, porque la sabemos cuidar igual que los hombres y por lo tanto sí es nuestra también la defenderemos junto con los hombres; y así hombres, mujeres e hijos, toda la familia, vamos a cultivarla como una forma de resistencia contra este sistema capitalista neoliberal y patriarcal.
Ante esta realidad exigimos,
• Se garantice el respeto del derecho de las mujeres a la tierra.
• Revisión y modificación de Reglamentos Ejidales y Estatutos Comunales que violentan los derechos de las mujeres.
• Alto al despojo de tierras a las mujeres, a nuestras familias y a nuestras comunidades.
• Alto a la expulsión de mujeres de sus comunidades y ejidos.
• Alto al despojo en Agua Azul, Tila y Mitzitón.
• Respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas.
• Alto a las políticas contrainsurgentes utilizadas por los gobiernos para reprimir las autonomías de los pueblos.
• Alto a la violencia que se ejerce hacia las canasteras de Comitán.
• Justicia para las hermanas González Pérez.
• Juicio y castigo para los militares que violentan a las mujeres y a sus familias.
• Respeto a la lucha de las compañeras y compañeros que forman parte de la resistencia en Tonalá.
• Alto a la represión política contra los defensores y defensoras de derechos humanos.
Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas
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