JORGE CARRASCO ARAIZAGA
México, DF., 14 de noviembre (apro).- Entre los egresados de la Escuela Libre de Derecho hay una frase que se le atribuye a Felipe Gómez Mont, el hermano mayor del nuevo secretario de Gobernación:
"Artículo primero: con dinero baila el perro. Artículo dos: para efectos del artículo anterior, en México todo mundo es perro".
Fernando Gómez Mont, el flamante secretario, tiene su propio principio: "los honorarios son sagrados", según se escucha en el llamado foro de los abogados de la ciudad de México.
A juzgar por su práctica como litigante en el último decenio, el secretario de Gobernación cumplió con creces al menos su propio principio. Su despacho Zinser, Esponda, Gómez Mont se convirtió en una de las consultorías jurídicas con algunos de los casos más importantes del país.
Carlos Cabal Peniche, Raúl Salinas, Jorge Lankenau, Gerardo de Prevoisin, Rogelio Montemayor, Tomás Peñalosa y Armando Medina Millet son algunos de los nombres de los protagonistas de millonarios juicios que en su mayoría ha ganado.
Son casos que no se pueden ver ajenos al paso de Gómez Mont por su pragmatismo político, que lo mismo lo llevó a colaborar con los expresidentes priístas Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, pese a la confrontación entre ambos.
Un pragmatismo que demostró desde su época de estudiante, en la que no destacó como alumno aventajado, sino como hábil para sortear las exigencias escolares.
Su acercamiento con el priismo derivó en una productiva relación al amparo de Diego Fernández de Ceballos: con Antonio Lozano Gracia, Juan Miguel Alcántara Soria, panistas, y Salvador Rocha Díaz, del PRI.
Se trata de abogados que han capitalizado las reformas que han impulsado en sus funciones como legisladores o funcionarios de gobierno.
Conocido como un negociador hábil y duro, Gómez Mont ha participado en diversas reformas penales, mercantiles y electorales que capitalizó en su ejercicio como litigante.
Sus colegas también le atribuyen una frase que como secretario de Gobernación, de ser cierta, incidirá de forma preocupante en las relaciones con la prensa y el control de la información en el gobierno de Felipe Calderón:
"Los periodistas en México son sobrecogedores". La expresión refiere a la idea de que en México, los periodistas recogen sobres con dinero.
Si el secretario en verdad tiene ese concepto de la prensa, nada lo diferenciaría de la extendida práctica de la que se valió el PRI como parte de los privilegios de su autoritarismo. Privilegios, claro, a cambio del control de la prensa.
Conocido también por su carácter explosivo, el secretario de Gobernación parecería entonces intolerante a la prensa crítica.
Mala noticia para la fiscalización y la rendición de cuentas, propias del régimen democrático que los panistas dicen representar.
jcarrasco@proceso.com.mx
martes, 18 de noviembre de 2008
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