domingo, 31 de julio de 2011

Sicilia, cómodo para empresarios y gobierno

Sicilia quiere capitalismo bueno, tres poderes transparentes y que la explotación y hambre no sean brutales

Pedro Echeverría V.

1. Javier Sicilia, el escritor que encabezó una marcha y luego una caravana –en las que participé para no vivir de cuentos- es un socialista cristiano que busca el bienestar social –sin odios- pero dentro del sistema capitalista. No es un ignorante de la situación del país, pero está convencido que el único camino a seguir es suavizar el corazón de los empresarios y políticos para que reflexionen y realicen buenas obras. Sigue la doctrina de la iglesia que viene de la llamada “teoría de la liberación” que durante muchos años se ha desarrollado en el continente con Gustavo Gutiérrez, Camilo Torres, Méndez Arceo, Leonardo Boff, Samuel Ruiz, Arturo Lona y muchos más, que han seguido posiciones más radicalizadas, es decir, que van a la raíz de los problemas. ¿Debe combatir la izquierda ese movimiento por desviacionista, porque entretiene y hace el juego al PAN y al PRI? ¿Cómo saber hacia donde va?

2. La realidad es que tampoco la izquierda honesta ha planteado en México una salida que demuestre que es correcta, que es real y que no haya sido una simple teoría. El día que surja una idea clara, posible, real, todos nos uniremos a ella. En tanto ésta no exista –porque la teoría no es un dogma sino una guía para la acción- nuestra obligación es analizar y discutir con profundidad las mil y un teorías y experiencias. Esto me recuerda que en 1960 como tontito seguí a la URSS pensando que era el único camino al socialismo; a los pocos años conocí los planteamientos de los chinos, de los trotskistas, espartacos, anarquistas, incluso los yugoslavos y albaneses, que buscaban la “sociedad igualitaria” teniendo justas diferencias de organización y metodología entre ellos. Así que aparte de solidarizarse contadas las luchas de los trabajadores contra el poder, lo más importante es reflexionar, pensar, leer sobre teorías, analizar y discutir los problemas en serio.

3. Ya Marx planteaba en 1847, hace más de 160 años usando a la burguesía como categoría económica, política, histórica, sociológica real: “Una parte de la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa. A esta categoría pertenecen los filántropos, los humanitarios, los que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras, los organizadores de la beneficencia… y hasta se ha llegado a elaborar este socialismo burgués en sistemas completos. Los burgueses socialistas quieren perpetuar las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que surgen fatalmente de ellas. Quieren la sociedad actual sin los elementos que la revolucionan y descomponen… El socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada sino cuando se convierte en simple figura retórica”. Así que desde hace 160 años existían distintos “socialismos”.

4. ¿Hasta cuándo durará la cuerda que tiene el movimiento de Sicilia –otorgada por empresarios, políticos y la televisión- mientras cada mes se siguen asesinando a usan mil personas con padres, madres y hermanos en todo el país que no pelean por sus deudos y la guerra se profundiza? No pierden nada Calderón, los legisladores o los gobernadores por sentarse unas horas a platicar con Sicilia frente a la televisión sobre planteamientos insustanciales que buscan “suavizar el corazón”. La realidad es que ganan porque es una tribuna que aprovechan bien los políticos para ventanearse. Puede estar jugando Sicilia, sin mala intención, un magnífico papel de entretenimiento, diversionista, que desvía el descontento de los trabajadores sojuzgados, tales como los electricistas, mineros, petroleros, la APPO de Oaxaca, los profesores y demás que con sus batallas frontales clasistas en las calles desnudan y ponen en aprietos a los gobiernos represores.

5. Los muy políticos y significativos abrazos y besos de Sicilia pueden ser buenos y más cariñosos sin la televisión; pero dados así denotan que los empresarios, los políticos, los explotadores y asesinos –como todos son seres humanos- debemos amarnos los unos y los otros y que basta con que cada quien ablande su corazón para que las cosas se compongan. Con ello las clases sociales y la lucha de clases, que llevan más de 10 mil años, desaparecen. ¿Para qué hacer huelgas, marchas, plantones, caravanas, si basta con la buena voluntad? ¿Será que con esta estrategia los empresarios dejen de explotar el trabajo obrero y acumular riquezas, que los políticos dejen de sentirse poderosos, dejen de robar y bajen al nivel de la gente, los yanquis dejen de saquear países y hacer guerras de rapiña? La realidad es que caminatas y caravanas se han hecho por decenas o cientos, pero jamás la burguesía había brindado un espacio tan reconfortante como estar frente a la TV.

6. La realidad es que con gran respeto he leído y seguido a la llamada “Teología de la Liberación” que nació en los sesenta con la protección del papa Juan XXXIII. Fui entendiendo que la iglesia católica está dividida entre curas millonarios que ocupan los más altos cargos en el Vaticano y en los países más poderosos y los curas o sacerdotes que están en pequeñas ciudades y poblados que obedecen fielmente, por disciplina y por miedo, a ese alto, rico y privilegiado clero. La Teología de la Liberación nació para servir al pueblo pobre de las pequeñas comunidades, para ayudarlo a soportar con menor sufrimiento sus miserias y también para librar una lucha interna en la propia iglesia que desde que nació ha estado penetrada por la corrupción y la jerarquía autoritaria. Por eso todas sus batallas –la más importante en México la que libró el obispo Samuel Ruiz en Chiapas, paralela el levantamiento zapatista- lograron mucho reconocimiento.

7. Sicilia tendrá que realizar más acciones de masas para seguir presionando de la forma en que lo ha hecho; la estrategia que ha escogido ha sido coherente con sus objetivos de hacer bondadoso el capitalismo y coincide con los empresarios, los tres poderes y los medios de información. No denuncia la explotación natural del capitalismo, la falta de empleos, los salarios miserables. Incluso estos sectores de fuerte poder económico están dispuestos a ayudar para que el movimiento siga cumpliendo su papel pacifista o gandhiano, como ha dicho el mismo Sicilia. Los zapatistas, la APPO, la CNTE, los izquierdistas radicalizados independientes, un poco también los lópezobradoristas, tienen diferentes objetivos, mismos que los llevan a la confrontación con la clase dominante porque aquellos parten de la lucha de clases y no se hacen ilusiones. Ni ellos han buscado hablar con el poder ni tampoco el poder les daría entrada.

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