México D.F., 10 de septiembre de 2011 (Cencos).- El viaje de once días hacía el sur del país, geografía de la dignidad moral y de históricos agravios, comenzó retornando al lugar que vio nacer al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, al estado de Morelos, donde el mes de marzo de 2011 fueron asesinados seis jóvenes, suceso que desató un largo caminar en la paz y contra la violencia.
Antes, la Caravana de la Paz, hizo una rápida parada, justamente para celebrar la materialización del primer gran proyecto de educación superior pensado para la juventud de San Miguel Topilejo, municipio de Tlalpan, el Instituto Tecnológico de Topilejo, que albergará a 200 estudiantes quienes festejaron dando un recorrido por lo que serán las aulas en las que esperan construir el futuro. Este es un ejemplo claro de la reconstrucción del tejido social, dijeron al inaugurar, junto a los caravaneros, las autoridades tradicionales.
El proyecto es uno de los primeros logros del Movimiento por la Paz a decir de Valentina Peralta, habitante de Topilejo que se unió al movimiento casi desde el inició y que cree que la educación puede combatir las balas que asesinan a la juventud mexicana.
Más tarde, el zócalo de Cuernavaca nos recibió, ahí estaba la ofrenda que ha permanecido desde el asesinato de Juan Francisco Sicilia y sus amigos. Ahí también se unieron más personas que desean compartir el recorrido hacía el sur, entre ellas Yayo, el mimo que se ha encargado de regar las sonrisas con el fin de sanar y aliviar el dolor que ha causado la guerra y que forma parte esencial desde que la Caravana del consuelo recorrió el norte del país.
En un momento breve y solemne, Javier Sicilia colocó en todos los escuchas una de las tesis de este movimiento: si nos mantenemos juntos seremos más fuertes que cualquier violencia.
Ya en territorio guerrerense y como un goteo persistente comenzaron a escucharse los testimonios, las historias de familiares y amigos de las personas asesinadas y desaparecidas de esta guerra.
1659 víctimas de la violencia desde el 2005 a la fecha, en ese estado, -según el seguimiento que hace de la prensa Tadeco, el Taller para el Desarrollo Comunitario, una de las organizaciones anfitrionas- pero también, detrás de las cifras, se asoman las voces de solidaridad y de reflexión sobre la violencia y sobre el sistema neoliberal que ha prolongado el desgarre social que la provoca.
Ahí, en Iguala, plena tierra caliente, y que ″no está sola porque venimos a apoyar″ comenzamos la primera caminata larga y bien nutrida de cantos, música y sonrisas para llegar a la explanada del municipio donde ya se encontraba la gente reunida. Ahí se entregaron los tulipanes que llegaron desde Europa a los familiares de las víctimas como un mensaje solidario. Y a Javier se le dio una corona floral en ofrenda a todas la víctimas.
Ya en Chilpancingo, la Caravana de la Paz fue recibida en el Sindicato del Magisterio de Guerrero en donde descansamos por esta noche para mañana reanudar con una marcha y partir al puerto de Acapulco, que en los últimos dos años se ha convertido en unos de los lugares más violentos del país.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario