sábado, 19 de noviembre de 2011

En medio de amenazas, desplazados de comunidad guerrerense vuelven a casa

Temen nuevas agresiones de paramilitares cuando se retiren policías estatales y soldados

Sergio Ocampo Arista
Corresponsal
Periódico La Jornada

Miércoles 16 de noviembre de 2011, p. 38

Coyuca de Catalán, Gro., 15 de noviembre. Entre amenazas de muerte que presuntos paramilitares hicieron por radio, 162 personas de 28 familias regresaron el sábado a la comunidad La Laguna, provenientes del poblado Puerto Las Ollas, municipio de Coyuca de Catalán, adonde huyeron el 21 de abril debido a la violencia en la Sierra Madre del Sur.

El secretario de Seguridad Pública estatal, Ramón Almonte Borja, y Hegel Mariano Ramírez, representante de la Red Guerrerense de Derechos Humanos, fueron testigos de las amenazas de los supuestos paramilitares. Según Hegel Mariano, entre otros amagos se escuchó: “Deja que se acerquen, y cuando lleguen les vamos a dar una madriza, y como vayan cayendo los vamos a enterrar.”

Las 28 familias –entre las que hay más de 70 menores–, encabezadas por Juventina Villa Mojíca, huyeron de La Laguna en siete vehículos rumbo a Puerto Las Ollas. “Sólo 11 personas se quedaron allá (en La Laguna), entre ellas mi hija Leticia Santana, quien estaba embarazada, y perdió a su bebé debido a que los paramilitares la jalonearon”, recordó Juventina.

Los desplazados, entre ellos seis bebés que nacieron durante la estadía en Puerto Las Ollas, emprendieron el retorno a La Laguna el sábado a las 4 horas y llegaron el domingo a las 14:30, en una caravana compuesta por 20 vehículos, 10 de ellos camiones de volteo que envió Seguridad Pública estatal, pero debido a lo abrupto del camino seis vehículos regresaron.

También se enviaron tres vehículos Hummer (uno se descompuso) con 18 soldados; seis camionetas con 30 policías estatales, un automóvil de Protección Civil estatal, uno de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos estatal (Coddehum), uno del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (Fodeg), dos camionetas de redilas y una cuatrimoto.

Sin comer y con frío intenso, los desplazados recorrieron unos 130 kilómetros de Puerto Las Ollas a La Laguna, al filo de la Sierra Madre del Sur, en caminos de terracería casi intransitables, por los cuales la caravana se detuvo en varias ocasiones hasta por tres horas. El grupo llegó a las 18:30 horas del sábado al paraje El Vergel o Las Palomas, de donde partió el domingo a las 4 horas y arribó a La Laguna después de las dos de la tarde.

Exigen detener a presuntos homicidas

“Regresamos a La Laguna porque aquí tenemos nuestra forma de vivir; aquí están nuestro pasado, presente y futuro, y aunque perdimos las cosechas de maíz, no criamos marranos ni gallinas, nos robaron el ganado y nuestros hijos perdieron el año escolar, de todos modos vamos a regresar. Es nuestra tierra, ahí nacimos; ahí está la gente que queremos”, dijo Juventina Villa.

Agregó que el gobierno se comprometió a darles seguridad. “Ya les entregamos la lista de responsables de los asesinatos de nuestra gente. Queremos que se investigue y haga justicia. Los soldados detuvieron a nueve personas. Siete participaron en el asesinato de mi esposo, Rubén Santana Alonso, en febrero pasado.”

Recordó que en julio pidieron que interviniera el procurador estatal, Alberto López Rosas. “Le dimos los casquillos encontrados en el lugar del crimen de mi esposo, pero no hubo respuesta. También bajamos al municipio de Coyuca de Catalán a presentar la denuncia. Entregamos el expediente a Víctor Aguirre, subsecretario de asuntos políticos del gobierno estatal, y no hizo nada; por eso pedimos al gobernador Ángel Aguirre que intervenga”, afirmó.

Juventina Villa, cabeza de los desplazados, tuvo 13 hijos y dos de ellos fueron asesinados. Señaló que durante los siete meses que estuvieron en Puerto Las Ollas ayudaron a reforestar la zona, protegidos por tres grupos de la policía estatal. El Ejército Mexicano solamente fue en una ocasión y “desde abril sólo una vez el gobierno de Guerrero dio despensas y mandó brigadas médicas”.

La sierra, abandonada 30 años

El secretario de Seguridad Pública estatal, Ramón Almonte, quien junto con el subsecretario José Ramón Arreola llegó en helicóptero a la zona y permaneció dos días en el operativo, aseguró que al gobierno estatal le interesa que los desplazados vuelvan a arraigarse en su lugar de origen.

En entrevista, reconoció que las condiciones “no son las más óptimas (sic), pues desde hace 30 años se olvidó a los pueblos de la sierra, a diferencia de la Montaña, donde hay escuelas y hospitales. Sin duda ésta es la zona más abandonada de Guerrero, donde los niños no están inscritos en el Registro Civil, la gente no está empadronada, no hay escuelas y tenemos jóvenes analfabetas de 25 a 30 años”.

Ofreció dar cuenta al gobernador Ángel Aguirre del abandono en que está la zona. “En esta región hay problemas que deben atender los tres niveles de gobierno”. Sostuvo que el compromiso de los gobiernos estatal y federal es garantizar la seguridad en la región de difícil acceso.

Adelaido Memije, coordinador de la Coddehum en la Costa Grande, reconoció que el gobierno estatal atendió la petición de atender a los desplazados, con la participación del Ejército y la policía estatal, “porque existía temor de un ataque a la caravana”.

Hegel Mariano sostuvo que en Guerrero hay más desplazados, aunque los de La Laguna fueron “los primeros que lo denunciaron directamente y pidieron medidas de protección”.

Bertoldo Martínez Cruz, en representación del Fodeg, alertó del peligro que corren no sólo los habitantes de La Laguna, sino de todos los pueblos de la región acosados por grupos paramilitares. “No sabemos cuánto tiempo estarán protegidos. El problema será cuando nadie vigile.”

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