jueves, 21 de diciembre de 2017

MENSAJE AL PERIODISTA ZACARIAS CERVANTES CON MOTIVO DEL ACTO DE INTIMIDACION QUE SUFRIO EL PASADO 15 DE NOVIEMBRE DEL 2017

Estimado Zacarías

Recibe un saludo fraterno de nuestro Colectivo del Taller de Desarrollo Comunitario.

Nos hemos enterado por los medios de comunicación y las redes sociales del atentado que sufriste en días pasados en Chilpancingo y la verdad no nos extraña pues sabemos que vivimos tiempos de guerra, de impunidad, de barbarie. No nos extraña porque conocemos y seguimos tu trayectoria como periodista honesto y comprometido con la verdad, tan cara en éstos días.

Por tu trabajo periodístico tenemos una visión más amplia y objetiva de la realidad que vive nuestro Estado y en particular hemos sido favorecidos en diversos momentos en que has seguido nuestras actividades, dándonos coberturas muy profesionales y acompañado de alguna manera en nuestra lucha por verdad y justicia, desde que desapareció nuestro compañero Jorge Gabriel Cerón Silva y fuiste el primero en difundir ésta aciaga noticia y nuestra exigencia de su presentación con vida en marzo del 2007, pasando entre otras muchas cosas, por el violento desalojo de nuestro Módulo de Información Cultura y Denuncia y las diversas amenazas de que hemos sido objeto.

Si te decimos que te entendemos y nos solidarizamos contigo es porque hemos vivido la misma situación de sentirte amenazado de muerte y saber que estás solo a merced de la violencia y la impunidad. Seguramente por toda tu experiencia periodística tendrás tus hipótesis y certezas del origen de ésta nueva amenaza que has vivido.

Hemos visto con agrado todas las muestras de solidaridad que has recibido, sin embargo por experiencia propia te decimos que la mejor defensa que podemos tener hoy es la organización, el hacer colectiva la causa común del autocuidado con la familia y los seres cercanos y de mayor confianza. Del Estado y las autoridades no podemos esperar nada pues como tu bien sabes, en éste negocio en que las empresas del narco y sus socios de la clase política han convertido a la violencia, el que paga manda.

Como te lo hemos comentado, nosotros sostenemos que el responsable de la violencia y la inseguridad que vivimos es el Estado, no compartimos la idea de que éste sea víctima del narcotráfico, ni que está rebasado o sea fallido y menos aún que solo sea un problema de corrupción e incapacidad de unos cuantos funcionarios. El negocio conocido ahora como narco, se ha convertido en uno de los pilares de la economía capitalista neoliberal y ha sentado hondas raíces en el país y en las instituciones del Estado, por lo que este lo alienta, lo protege y hasta depende de él mismo para su sostenimiento. Las alianzas y simbiosis de la clase política y los capos del narco en el Estado, el gobierno y sus partidos de nuestro país no es circunstancial ni gratuita, pues están de por medio sus jugosos negocios y su persistencia en el poder.

Por ello vemos indispensable generar un movimiento y una movilización social, que incluya a periodistas dignos como tu, que acose al Estado no solo para buscar que diga la verdad y haga justicia, lo cual evidentemente nunca hará pues sería ponerse la soga al cuello, sino exactamente, al contrario, para desenmascararlo y que los agraviados encuentren la verdad y hagan justicia.

En nuestra opinión no serán los expertos, ni los familiares de víctimas incrustados en la institución del Estado, ni tal o cual organización o vanguardia, ni tal o cual ONG nacional ni internacional por muy buena que sea, ni siquiera la voluntad divina si la existe, la que organice la movilización y el movimiento para lograr la verdad y justicia. Estas no vendrán de arriba nunca, jamás llegarán como una limosna de los de arriba sino como una conquista de abajo y ésta es la lucha que debemos asumir todos quienes sufrimos y enfrentamos la violencia social que azota nuestro país con memoria y sin arriar o cambiar las banderas de verdad y justicia.

Te compartimos una frase que nos dirigió hace algunos años uno de tantos “procuradores de justicia” del Estado de nombre Albertico Guinto, con toda la “sapiensa” que en ese momento le daba su cargo: “No se preocupen muchachos, si alguien quisiera hacerles algo, ya se los hubiera hecho.” Como verás, esta ha sido política de Estado de los gobiernos recientes, incluyendo al actual, para revictimizar a las propias víctimas.


Vale Carnalito, salud y a seguir luchando organizados por verdad y por justicia, que es el único camino digno que nos conduce, entre otros, a la vida digna y al mundo nuevo al que todos aspiramos.

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