domingo, 10 de octubre de 2010

Torturas en incursiones policiacas en Guerrero

Policías torturan y preguntan por un hombre de La Laguna a quien acusan de secuestro de Homero Montúfar

Vecinos de la comunidad de La Laguna informaron que los policías preventivos del estado y ministeriales que fueron emboscados ayer (6 de Octubre) iban en persecución de Rubén Santana, a quien acusan del secuestro de Homero Montúfar. Denunciaron que desde el martes, cuando comenzaron la subida a la sierra, en el camino los policías cometieron atropellos contra la población, hay reportes de al menos cuatro golpeados y sometidos a interrogatorios bajo tortura, un detenido y de allanamiento a casas y robo de mercancías.

Según testigos, con los efectivos de la Policía Preventiva del Estado e Investigadora Ministerial, iban civiles armados, que según la denuncia de los vecinos de La Laguna pertenecen a la familia Montúfar, la del presunto secuestrado, que es pariente de dos destacados jefes policiacos de Guerrero: el ex director de la Policía Investigadora Ministerial, Érit Montúfar Mendoza, y el actual secretario de Seguridad Pública Municipal de Chilpancingo, Bonifacio Montúfar Mendoza.

Además la familia Montúfar ha sido motivo de atención en los medios a raíz de denuncias sobre atropellos que se le atribuyen en comunidades cercanas a su lugar de origen en el municipio de Coyuca de Catalán. Este diario no pudo conformar con fuentes oficiales en la región el secuestro de Homero Montúfar, pero tampoco obtuvo un desmentido. Se informó que el presunto secuestrado vive en la comunidad de El Coyol, que es hermano del ex diputado del PRD Gildardo Montúfar, actual director de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Coyuca de Catalán.

Vía telefónica la hija de Rubén Santana, Marta Santana, en nombre de las familias que viven en La Laguna, pidió que los policías no lleguen a esta comunidad, porque saben que cuando van se meten a las casas, torturan a niños y mujeres, se roban todo lo que encuentran de valor y alimentos, y dejan a los pueblos con miedo.

La joven declaró: “mi papá no anda haciendo mal, no tiene nada que ver con el secuestro. Ya los hombres se salieron y mi mamá también, estamos aquí solas, tenemos miedo, hay cuatro muchachas embarazadas, primerizas, y a una ya mero se le cae el bebé del susto”.

Anoche, esperaban temerosas la anunciada incursión policiaca 12 mujeres de diversas edades, cuatro de ellas jóvenes embarazadas primerizas a poco tiempo de dar a luz. Junto a ellas lloraban siete niños pequeños, porque todos los hombres y los niños más grandes se habían salido a esconderse para esquivar la represión, entre ellos el jefe de las familias, el buscado Rubén Santana, quien durante años ha sido acusado de pertenecer a la guerrilla, en particular al grupo que dirigía en la sierra Omar Guerrero Solís, el comandante Ramiro del ERPI, asesinado en noviembre de 2009, aunque esa acusación no se ha probado.

Anoche, según la información que llegó a La Laguna, los policías ya estaban en Hacienda de Dolores, comunidad muy cercana, a menos de media hora en camioneta. Según la versión que obtuvieron “llegó el gobierno a la Hacienda de Dolores, dicen que llegaron esculcando las casas, y que dicen que después van a venir para acá”. Los testigos no definieron si “el gobierno” era policía o Ejército, porque así le llaman a todas las corporaciones armadas, pero sí les dijeron que había policías federales.

Marta Santana se pone el teléfono y contesta sin dudar a cada pregunta. ¿Cómo sabes que buscan a tu papá porque lo acusan del secuestro de Homero Montúfar?, ¿se sabe aquí si Homero Montúfar realmente está secuestrado?, se le pregunta.

“Supimos porque aquí hablaba la esposa y la hija de ese señor, por teléfono. Decían que si no lo soltaban que iban a venir a acabar con todos, con todo el pueblo, hasta con las mujeres y los niños y que iban a matar hasta a los perros. Empezaron a hablar por teléfono hace como un mes, y hace tres días fue la última vez que hablaron, dijeron que era el último chance que tenía mi papá de soltar a ese hombre, porque si no iban a venir a matarnos a todos”.


Las denuncias

Marta Santana dio a conocer la información recabada por testigos de la operación policiaca desde que comenzó el martes en la mañana.

Primero, el martes en la mañana, en la entrada a esta ruta de la sierra, en la comunidad de El Coyol, los policías llegaron a la tienda del señor Arquímides, que cuando los vio saltó una barda para escapar, cayó al otro lado de la barda y ya no se pudo levantar, se teme que alguna lesión grave que lo haya dejado inmóvil. Adentro quedó su esposa, que fue amenazada por los policías de que la iban a matar; le dijeron que iban por Arquímides porque es cómplice de Rubén Santana; de manera violenta trataron de obligarla a que entregara alguna información sobre Rubén Santana, y como no sabía nada se fueron contra la tienda, se llevaron las galletas, refrescos y alimentos no perecederos, y dejaron regadas mercancías ya inservibles como envases rotos.

Después, en el camino agarraron a dos muchachos que iban en una camioneta con víveres para vender en las comunidades de lo alto de la sierra, que quedan de seis a 10 horas de las ciudades de la Tierra Caliente, o más, según la situación de las lluvias. Los comerciantes llevaban harina, galletas, azúcar, sal, y los víveres que allá se consumen. Habían salido en la mañana de Ciudad Altamirano, y en el camino los alcanzó el convoy policiaco, los efectivos les quitaron el carro y los golpearon. A uno de ellos, Juan José Zarco Villa, vecino de la Hacienda de Dolores, de unos 25 años, lo esposaron con las manos hacia atrás. Le preguntaron “si algo había”, en referencia a alguna agresión a los policías, pero él detenido no sabía, y entonces le advirtieron que lo tendrían ahí, como rehén, y lo amenazaron de que si había alguna emboscada contra la operación policiaca, él iba a ser el primero que se iba a morir.

Mientras lo tenían amarrado y esposado lo golpeaban, querían que diera información. Le dijeron que esa operación en la sierra era para “caerle a Rubén Santana, porque él secuestró a Homero Montúfar”.

Al muchacho que iba acompañando a Juan José Zarco Villa, también vecino de Hacienda de Dolores, hijo del ex comisario asesinado, Pablo Mederos, lo soltaron los policías, y golpeado llegó a su comunidad y pudo informar lo que estaba pasando.

Al detenido le quitaron su camioneta y su mercancía, y lo llevaron en el convoy, que fue atacado en la Barranca de las Truchas, todavía muy lejos de La Laguna, a muchas horas, como cinco de camino. Los vecinos de La Laguna afirman que los policías “se tiraron con maleantes”, porque así identifican a quienes atacaron a balazos a los policías, como “maleantes”, y afirman que no son campesinos de aquí, que es gente desconocida porque “aquí muchos han venido a hacer males”.

En La Laguna ya sabían que los policías llevaban cautivo a un joven del vecino pueblo de Hacienda de Dolores, y cuando supieron del enfrentamiento armado enviaron una comisión de mujeres a ver si el detenido no había sido víctima. Los enviados regresaron con la información de que hubo un policía muerto y varios heridos, y que a Juan José Zarco Villa se lo habían llevado detenido a la ciudad, probablemente Altamirano o Coyuca de Catalán.

Ya después del enfrentamiento en el que murieron dos policías, que fue a la una de la mañana, según la información oficial, el miércoles durante el día siguió la operación policiaca, presuntamente para llegar a La Laguna.

La vecina de esta comunidad informó que los efectivos se metieron ayer a El Nopal, a dos o tres horas de camino de La Laguna. Ahí “anduvieron esculcando las casas, preguntaban por el secuestrado y por mi papá”, Rubén Santana.

La operación policiaca siguió por la brecha de la sierra hacia La Laguna. En la tarde ya estaban muy cerca, entraron los efectivos, “el gobierno”, a Hacienda de Dolores, y ahí catearon casas y preguntaban por el secuestro, decían que iban a subir hasta La Laguna a buscar a Rubén Santana.

En la Laguna las mujeres sólo esperaban, y aprovechaban la comunicación con los medios para hacer la petición pública: “que no vengan”.

La agresión policiaca más difundida contra el pueblo de La Laguna ocurrió el 22 y 23 de junio de 2007, cuando efectivos de la preventiva del estado entraron presuntamente a buscar al comandante Ramiro del ERPI, que según la información policiaca el 10 de junio había encabezado un ataque armado que duró más de ocho horas a la comunidad de Las Mesas del Guayabo, presuntamente contra caciques vinculados a la represión a los campesinos, a grupos paramilitares, a la explotación de los bosques y al narcotráfico.

Hace tres años la familia Santana denunció que los policías torturaron a niños y a mujeres para hacerlos confesar dónde estaba Rubén Santana, se robaron todas las pertenencias de valor de las familias, y alimentos, golpearon a mujeres embarazadas, y dejaron las casas destruidas. El caso fue investigado por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, que determinó que sí fueron violados derechos humanos en La Laguna. (Maribel Gutiérrez/El Sur de Acapulco).

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