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domingo, 19 de agosto de 2018

Izquierda Socialista realiza Simulacro Electoral en Calle Madero DF hostigados por la policia



¿Y el 1 DE JULIO?


Edgard Sánchez.

Varias personas e incluso compañeros han empezado, estos días, a hacer pública su intención de voto para el próximo 1 de julio. Yo también he recibido las presiones para votar y especialmente para votar por AMLO, así como la solicitud de otras amistades preguntando qué hacer.

No pretendo ser una “personalidad democrática” o analista académico cuya opinión sea de interés público. Mi opinión no es la de una individualidad aunque por supuesto sí tengo posición política y convicciones que he defendido en diversos foros estos meses. Soy militante de un partido socialista y mi opinión responde a la posición del PRT. No es una posición “impuesta” sino el resultado de una elaboración colectiva, en la que personalmente he participado y que incluso después de un intenso debate e intercambio democrático quedó reflejada en la resolución del XIII Congreso Nacional del PRT celebrado en diciembre pasado. Mi opinión pública responde, por tanto, a esa resolución titulada precisamente “La crisis del régimen políticos. Dos vías ante ella”.

En síntesis, nuestra posición tiene que ver con que lo determinante de la situación actual es la crisis del régimen político mexicano y no las elecciones. Las elecciones presidenciales son importantes como punto de concentración de todas las contradicciones y crisis del régimen político en decadencia y probablemente en fase terminal. Por eso para nosotros lo determinante es tomar posición frente a la crisis del régimen y no necesariamente definir una táctica electoral o una fórmula de votación. Ante las "dos vías" frente la crisis del régimen hemos buscado potenciar la alternativa de los movimientos sociales en lucha directa frente a la otra vía, la que nos proponen los institucionalistas, los electoralistas. No nos hemos convertido en abstencionistas que como reloj descompuesto siempre proponen la abstención y la denuncia de la "farsa electoral" independientemente de la circunstancia concreta. Es que en el momento actual, el régimen político mexicano está en una crisis sin precedente reciente en que la falta de legitimidad y el descrédito y desprestigio de los partidos e instituciones político electorales, así como del sistema de justicia, están extendidos entre sectores de masas y no es que sean grito de un pequeño grupo de propaganda. Una crisis que se ha arrastrado durante todo el sexenio de Peña y que se ha reflejado en sucesivas explosiones sociales rechazando la continuidad de este régimen. Desde el yosoy132 opuesto al regreso del PRI y la imposición de Peña, los diversos movimientos sociales opuestos a cada una de las reformas neoliberales impuestas por los partidos del Pacto por México, el surgimiento del movimiento por los 43 de Ayotzinapa gritando "Fue el Estado" y "Fuera Peña", los 150 días de paro del magisterio contra la reforma educativa, la explosión social contra el gasolinazo de enero del 2017, el rechazo a partidos y gobiernos en la solidaridad con los damnificados de los sismos de septiembre pasado, las crecientes movilizaciones de mujeres y una nueva ola feminista contra las agresiones a las mujeres y sobre todo el feminicidio, entre los más destacados. En todos estos casos, ante el empuje de estos movimiento sociales, la línea institucionalista quiso desactivarlos proponiendo esperar al voto de julio de 2018 en que supuestamente se lograría "el cambio".

Esa respuesta social al curso neoliberal, a la violencia permanente y militarización en medio de una grave descomposición social, está ahora acompañada de una gran división burguesa, una división en el seno de las clases dominantes por los cambios que ocurren a nivel internacional, especialmente desde la llegada de Trump al gobierno de EU, pero también por la crisis de legitimidad del régimen mismo. La división burguesa se da cuenta de la falta de legitimidad de su sistema de partidos e instituciones político electorales.

El régimen surgido del fraude de 1988, el PRIAN, simbolizado en la alianza Salinas de Gortari-Fernández de Cevallos, no solo está en crisis sino se ha roto. El desprestigio del PRI es de tal magnitud que han presentado un candidato que presume de no ser priísta, sino "ciudadano", en realidad un tecnócrata al servicio de la oligarquía neoliberal, fuera con el PRI o con el PAN. Por eso el PAN se divide y una parte acompaña a Meade, mientras que el PAN de Anaya busca desesperadamente y de última hora poner distancia del PRI, romper la alianza en que apoyaron a Peña aprobando todas las reformas neoliberales y ahora oponiéndose a la corrupción característica del PRI, pero en realidad idéntica por parte del PAN con figuras precisamente como Anaya.

La división burguesa va más allá de la confrontación electoral entre PRI y PAN pues otra parte, viendo que ninguna de esas opciones garantiza salvar la situación del caos que se avecina, ha pasado a apoyar a AMLO, al que antes combatía como un "peligro para México".

No solamente representativos de la iniciativa privada más reaccionaria como Romo (ver la trayectoria del grupo Pulsar que encabeza) convertido en redactor del programa de gobierno de AMLO (en vez de los intelectuales de origen izquierdista que lo redactaron en campañas anteriores) y anunciado como "Jefe de Gabinete" en el caso de un gobierno AMLO, sino también infinidad de cuadros políticos del PAN, del PRI y de los gobiernos neoliberales. Para no hablar de la alianza con el grupo de extrema derecha identificado con los evangélicos del PES que, sea o no sea AMLO presidente, tendrán una representación desproporcionada en el Poder Legislativo gracias a esta alianza con Morena.

En países como Brasil o Costa Rica a los evangélicos y sus partidos les ha costado un cierto tiempo llegar a posiciones de poder con su programa derechista. En México, la irresponsable alianza de Morena con el PES los ha catapultado al Congreso con una posición que pondrá en riesgo conquistas y derechos de las mujeres en lo inmediato. Finalmente la otra expresión de la división burguesa es que ante el desprestigio de sus partidos tradicionales, hay ahora una intervención directa, sin mediación, de las cámaras y sindicatos empresariales no solamente opinando sino presionando, chantajeando, evenenando el ambiente e imponiendo sus condiciones.

Un día urgen al PRI y al PAN a unirse para evitar el ascenso de AMLO y en otro obligan al propio AMLO a ceder en su oposición al NAICM (lo que además del nuevo despojo a pueblos campesinos representados en la histórica resistencia de Atenco, significará el mayor desastre ecológico para la cuenca del Valle de México), cuando le hacen escuchar la voz de mando de Carlos Slim.

La crisis del régimen y sus contradicciones y descomposición en nuevas olas de violencia (ahora contra los propios candidatos de todos los partidos) es lo que nos ha llevado a cuestionar si en una situación como ésta habría que contribuir, como nos proponen, a re legitimar a las instituciones político electorales y los partidos del sistema llamando a votar o apoyar candidaturas. Además de que ninguno de los partidos nos representa y decimos no nos representan no solamente a la izquierda socialista, sino tampoco a los movimientos sociales que durante este sexenio han luchado contra las reformas neoliberales, que han luchado contra la violencia, las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, los feminicidios, contra la guerra al pueblo, el despojo a las comunidades indígenas y el racismo. Además de que no nos representan buscan desviar la fuerza e independencia de los movimientos al atarlos a un carril institucional que es un callejón cerrado por el predominio de las fuerzas y posiciones e intereses de la derecha, incluso en Morena.

Lo necesario es fortalecer un polo de lucha que políticamente tendría que ser un polo anticapitalista para que en cualquier escenario posterior al 1 de julio pueda continuar en forma independiente de cualquier partido institucional y de cualquier gobierno. Por eso retomamos la consigna de "Votes o no votes, organízate" para mantener y continuar la lucha anticapitalista.

Hay una contradicción que se ha desarrollado frente a los comicios del 1 de julio. Resultado de la crisis del régimen antes dicha y el hartazgo popular contra el PRIAN, seguramente ya hay, como dicen las encuestas, una mayoría de los posibles votantes de este domingo que lo harían por AMLO. Hartos del PRIAN y su curso de muerte, tienen la ilusión, la "esperanza" dice la propaganda, de que un gobierno de AMLO significaría el "cambio", la salida del PRIAN (pese a la amnistía a los jefes de la Mafia del Poder). Pero la contradicción existe entre el imaginario popular que tiene la esperanza de un cambio con AMLO y el compromiso que defiende AMLO que no representa en realidad un cambio de régimen.

La perspectiva que ofrece (y lo argumentó desde su discurso de junio de 2016, después de la masacre de Nochixtlán) es la de una transición pactada con el régimen en agonía. Por eso limita el cuestionamiento a la reforma energética -y otras reformas neoliberales- al tema de la corrupción. Le preguntan sobre la reforma energética y claramente dice: no aceptaré los contratos corruptos realizados a la sombra de la reforma energética. Pero no hay cuestionamiento a la privatizacion energética que es lo medular, como tampoco lo cuestiona en el caso del NAICM, después del regaño de Slim, sino solamente a oponerse a que se invierta parte del gasto social en el aeropuerto, pero aceptarlo (pese al despojo y desastre ecológico que significa) si lo hace la "iniciativa privada". Y por eso en el marco de la transición pactada ofrece amnistía anticipada a la Mafia del Poder (no a los sicarios como busca asustar la guerra sucia de la derecha). Y mientras Anaya dice demagógicamente que meterá en la cárcel a Meade y a su "patrón" Peña, AMLO le responde que él no hará un gobierno de revancha y que no los meterá la cárcel, ni siquiera al corrupto Anaya. Es la oferta de la transición similar a la ofrecida a Pinochet y militares para que permitieran el regreso de los civiles al gobierno a cambio de impunidad, aunque eso significara sacrificar a los desaparecidos y sus familiares.

La contradicción entre el imaginario popular y el compromiso de AMLO tiene también sus momentos de agudización. Cada que se anuncia una nueva concesión de AMLO a la derecha hay voces de queja o protesta entre sus partidarios. Los intelectuales alrededor de Morena -con contadas excepciones- han estado jugando un lamentable papel en estos casos. Aunque en un primer momento se quejan terminan justificando cada nueva concesión en aras del pragmatismo que han convertido en un valor político típico de la época del neoliberalismo. Al final de cuentas justifican cada concesión con el argumento de que se trata de algo necesario para tener más votos y asegurar el triunfo de la candidatura de AMLO. Lo importante es ganar la mayoría de votos, no importa a qué precio.

Localmente los partidarios de AMLO se quejan de los candidatos "impresentables" que Morena postula. Terminan justificando el hecho por la pragmática razón de que de lo que se trata es de que AMLO gane la presidencia. Y piensan que la decisión de incluir a los "impresentables" no es decisión de AMLO sino de los líderes locales de Morena. Viendo solamente su distrito o su municipio o estado no se dan cuenta que no es un problema local, sino una línea nacional de Morena propuesta por AMLO para lograr la transición pactada con el régimen ofreciéndole garantías de que no habrá cambios bruscos ni radicales. Decir que la transición pactada es la línea política de Morena impuesta por AMLO no quiere decir, necesariamente, que ya hubo una reunión secreta entre Peña y López Obrador para hacer el pacto, como dice Anaya.

La transición pactada es una línea, un ofrecimiento al régimen en crisis y descomposición. No quiere decir que ya haya sido aceptada por la otra parte. Y menos tomando en cuenta la división burguesa actual. Lo grave es que siendo línea política, aunque el régimen no la acepte, determine la conducta y cada paso de Morena. Actúa como si el pacto hubiera sido aceptado. Y actúa en consecuencia, por ejemplo, con los candidatos "impresentables" o el futuro supuesto gabinete.

Por el peso del argumento pragmático es que es común el argumento que nos ofrecen que pone el énfasis en el "mal menor" en vez del convencimiento entusiasta de la inminencia de un cambio radical. Por eso es que es claro que la transición pactada no es el paso a una "Cuarta Transformación" del país. La Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana son guerras o revoluciones que, con todo y sus limitaciones históricas en cada caso, fundan una nueva República y una Constitución reflejo de la nueva relación de fuerzas entre las clases.

Pero hay otra contradicción. Pese a todas las concesiones y ofrecimientos de garantías por parte de AMLO, tampoco es seguro que las clases dominantes y el sector más duro, autoritario y antidemocrático que pueda tener el control del proceso electoral, esté ya dispuesto a aceptar "ahora sí" (la tercera es la vencida, insiste AMLO) un gobierno encabezado por AMLO. La contradicción entre las concesiones de AMLO para que le reconozcan el triunfo, por un lado y por el otro, la decisión de que pese a ello impongan un tercer fraude contra López Obrador. Es decir, la opinión de sectores de las clases dominantes (¿y del imperialismo? Funcionarios de Trump han dicho que a México no le conviene un gobierno “izquierdista”) que aún con todo no le tienen confianza todavía a López Obrador y que siguen preparando el fraude.

Es decir, pese a lo que digan las encuestas, el riesgo del fraude no está descartado. Todos los días salen las evidencias del fraude en curso. Pero en las actuales circunstancias (incluida la división burguesa y el apoyo de una parte de la misma a AMLO) un fraude no sería como los previos (por ejemplo simplemente con casillas zapato o compra de votos) sino que requeriría medidas autoritarias mayores. La falta de legitimidad de las acciones del régimen no parecen ya preocuparle. Hicieron aprobar previamente la Ley de Seguridad Interior que es una señal muy grave. El clima de violencia que se ha extendido estas semanas al asesinato de candidatos a cargos de elección popular, “naturalizándolo” en la víspera de los comicios.

El registro de los candidaturas “independientes” fue otro ejemplo del fraude en curso. La campaña de Marichuy sirvió para desnudar el funcionamiento clasista, racista, misógino del sistema electoral como argumentaba la propia Marichuy durante su gira. Pero también es una prueba del carácter antidemocrático y fraudulento del proceso. En realidad el diseño del mecanismo estaba hecho para hacer imposible conseguir las firmas requeridas para el registro de independientes. Nadie lo consiguió, en realidad. Todos reconocieron que solamente Marichuy consiguió firmas honestamente, gracias al trabajo voluntario de sus promotores, los llamados “auxiliares”. En cambio el INE reconoció que los otros aspirantes consiguieron sus firmas fraudulentamente. Aún así le dio el registro a Margarita Zavala. Peor aun con el Bronco. El INE le negó el registro por tramposo, pero el Tribunal Electoral ordenó inscribir al Bronco en las boletas electorales como “independiente”. Ese mismo Tribunal Electoral es el que funcionará para juzgar las elecciones del domingo próximo. Y contra lo que digan las encuestas –como antes la cantidad de firmas falsas- son capaces de imponer una decisión fraudulenta.

La crisis del régimen se desnudará en cualquier caso. Si reconoce el triunfo de AMLO y su gobierno se abrirá una situación de gran inestabilidad política pues insistirán en impedir su instalación. Recurrir al Tribunal Electoral o a intentos de desafuero (como hace la extrema derecha en otros países de América Latina). No hay que olvidar que hace semanas, sorpresivamente, el PRI aceptó en la Cámara de Diputados, quitar el fuero al Presidente. La reforma pasó al Senado y éste ha pospuesto ratificarlo o no. Decidió dejar el caso para después de las elecciones o sea dependiendo de quién sea el Presidente.

Pero la crisis será peor si no reconocen la mayoría de votos a favor de AMLO y nuevamente imponen el fraude. El propio López Obrador ha dicho que si la Mafia del Poder decide “soltar el tigre”, él se va a su rancho en Tabasco.

Para nosotros no hay duda. En 1988 sostuvimos hasta el final la candidatura de nuestra compañera Rosario Ibarra frente a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas recién salido del PRI. Al realizarse el fraude de Salinas contra Cárdenas, tanto Rosario Ibarra como el PRT nos unimos a la lucha contra el fraude y en defensa de la voluntad popular. A diferencia de los paleros que habían hecho campaña con Cárdenas y que después de las elecciones, Salinas los compró, los recuperó, el PRT se mantuvo en la lucha contra el fraude pese a las todas amenazas cumplidas desde la cancelación del registro electoral hasta la desaparición del compañero José Ramón García Gómez dirigente del PRT en Morelos en la lucha contra el fraude.

¿Qué es el “tigre suelto” que tanto temen los partidos institucionales? Sería el pueblo irrumpiendo en la política, en la calle, en las movilizaciones, en la lucha que ha caracterizado este sexenio de muerte, gritando “Fue el Estado” (o sea no un partido en especial sino el conjunto del sistema político) y “Fuera Peña” (contra el PRIAN). Es decir, la lucha por fuera de los canales institucionales corruptos y decadentes, tramposos y fraudulentos, buscando imponer su propio destino.

Una nueva explosión social de protesta y lucha, que retome las del yosoy132, las de los maestros, la de Ayotzinapa, la del gasolinazo o la de los sismos pero en un terreno superior. Por supuesto que para ello será importante y necesario la existencia de un polo anticapitalista de lucha e independiente de los partidos institucionales. En ese camino es que nos sumamos y apoyamos la campaña del Concejo Indígena de Gobierno y la candidatura de Marichuy. Hubiéramos querido mantener la candidatura de Marichuy, aun sin registro, para hacer más evidente el rechazo y la alternativa al sistema político dominante. Si hay un nuevo ascenso en la movilización de masas después del 1 de julio, el esfuerzo por crear un polo anticapitalista será más difícil y se deberá integrar sobre la marcha. Pero es una necesidad que ya se discute en diversos espacios. Si hay un nuevo gobierno, encabezado por AMLO, el polo anticapitalista también será necesario y urgente.

Pero es por lo anterior que nos parece necesario mantener la independencia política frente a los partidos institucionales, los que sobrevivan a la presente crisis.

Por ese motivo es que no hemos hecho un llamado a votar, ni a apoyar a determinado partido o candidatura. No hay alternativa en la crisis del régimen. No solamente el PRT ha tomado esta posición. También lo hizo el CIG en su reunión en mayo en San Cristóbal. También lo hizo la OPT. Con palabras casi idénticas hemos dicho. No llamamos a votar por nadie, no hacemos alianza o apoyo a ningún partido o candidatura. Por supuesto, más allá de esta decisión política no es extraño que en sectores populares que nuestras organizaciones influyen haya también compañeros y compañeras que vayan a votar por AMLO el domingo 1 de julio. Por eso hemos insistido en que “Votes o no votes, organízate” para continuar la lucha anticapitalista.

El problema no es el voto, sino la crisis de todo el sistema. Si tuviera que votar seguramente, como sé que harán otros compañeros socialistas, escribiría el nombre de Marichuy en la boleta en señal de protesta contra el sistema electoral y anulando el voto. Lo que no podemos hacer como partido es llamar a votar en estas elecciones. El llamado al voto contribuye a re legitimar el régimen actualmente en crisis, en descomposición y cayendo a pedazos, por lo que incluso descartamos un “apoyo crítico”. Además de que no hay alternativa partidaria reconocida que represente los intereses y demandas de los movimientos en lucha contra el neoliberalismo y la violencia que sufre el pueblo trabajador. Y para la izquierda socialista esos intereses y demandas son los que debe defender.

No tenemos duda en defender junto con el pueblo su voto frente a los intentos fraudulentos del poder. Al mismo tiempo rechazamos y respondemos a los insultos y calumnias de intelectuales y voceros de las campañas que recurren a los viejos argumentos stalinistas de que si no estás conmigo “le haces el juego a la derecha”. Peor aún a quienes renegando de su pasado izquierdista y socialista abrazan el “realismo político”, el electoralismo del “voto útil” (en el 2000 con ese argumento fueron parte de la “izquierda azul”) o peor aún que descalifican las posiciones, esfuerzos y proyectos de la izquierda revolucionaria y anticapitalista. No es autocrítica, sino desmoralización y alejamiento de la izquierda anticapitalista, los que ridiculizan y señalan a la izquierda revolucionaria como siempre equivocada y marginal para justificar su enfoque enajenadamente electoralista. En el colmo, a Rodríguez Araujo le parece tan absurda la posición anticapitalista que al mismo tiempo afirma, como los voceros de los organismos electorales en su momento, que el PRT no existe. De nuevo es la confusión entre la existencia de un partido con registro electoral y un partido revolucionario existente por la voluntad de sus militantes participe o no en elecciones.-

Ciudad de México a 27 de junio de 2018.

Tertulia "Hacia el 18"


Diciembre de 2017

No votare; ni por enemigos ni por amigo sospechoso

El desastre nacional ocasionado por las políticas excluyentes y privatizadoras del PRI y del PAN los tiene al borde de un negro abismo; la evidente división entre los grupos gobernantes, básicamente entre el PRIAN, cuya dinámica fue consecuencia de las graves contradicciones sociales y política por la cual atraviesa el país.
La disputa por el segundo lugar entre Ricardo Anaya  candidato del PAN y su aliado metiche del PRD pretendió jugársela en su retórica contra Enrique Peña Nieto pero el desgaste solo le favoreció para posicionarse sólidamente en el segundo lugar, mandado a un lejano tercer lugar a José Antonio Meade del PRI, pero muy alejado del puntero y líder de las preferencias como lo es Andrés Manuel López obrador (AMLO) abanderado por su movimiento electoral; Morena.
El vacío que deja el PRIAN y que la constante emigración de personeros del PRI y del PAN a Morena nos indica que ese vacío se está cubriendo con la entrada de esta clase política ya desplazada o emigrada del PRIAN.
La ausencia de organizaciones de clase y democráticas, tanto sociales como políticas, permitió que AMLO se convirtiera el depositario del hartazgo social, cuya persistencia fue acompañada de un eficaz manejo del sistema de partidos donde encontró la beta para financiar exitosamente se perpetua campaña electoral, que sin duda entre acarreos, juegos mediáticos y demás se fueron millonadas de pesos del erario público.
Así millones de mexicanos se sienten representados por un sujeto político pragmático, autoritario, ecléctico, pero que además es el traje a la medida que estaba esperando la burguesía mexicana a efecto de conciliar las graves contradicciones de clase; estamos pues ante el típico bonapartista cuya utilidad es más que necesaria antes que la tempestad desborde ríos y vientos.
La política funcional de AMLO en el fraude del 2006 y del 2018 es una concepción de colaboración de clase que le permite no “asustar” a los del dinero y el adecuado cuidado de no mandar ningún mensaje que inquiete a los vecinos del norte es lo que le ha permitido estar entre los punteros de ayer y hoy.
La “purgas” políticas dentro de Morena  contra todo que se defina como izquierda fue constante; el caso de Sinaloa (pero no el único) fue elocuente, cuando a una vieja generación de la vieja guardia de izquierda y nueva fueron expulsados desde un representante municipal hasta al presidente estatal de Morena; la desmovilización de las bases y simpatizantes de AMLO ante los conflictos graves como el privatización del petróleo, la reforma energética, la educativa, el caso de Ayotzinapa, etc. Es también una política previamente elaborada a efecto que las bases no se conviertan en multicitado “tigre”.
El desastre y la escalofriante  situación que permea en el país es un costo que tendrá que pagar el PRIAN; estos enemigos francos del pueblo cuyo hartazgo fue capitalizado por un enemigo  disfrazado de amigo del pueblo solo anuncia que después del primero de julio se viene la tempestad en este país.
La crisis política en el país y el desmoronamiento del sistema de partidos es algo que se deja venir; el espectáculo tipo Reality Show en que se convirtieron los “debates” presidenciables sin duda y a pesar del hartazgo ocasionara un fuerte abstencionismo que también será una forma de protesta  prepolítica  cuya validez los benefactores de las millonarias campañas electorales pretenden chantajear con el garlito que no votar es hacerle juego al sistema como si no fueran parte del mismo.
Los socialistas no debemos votar ni por enemigos francos ni enemigos disfrazados de amigos del pueblo; seremos millones y ya veremos después del primero de julio.
César del Pardo Escalante                                                                                                
Hermosillo, Sonora

domingo, 1 de julio de 2018

Foro sobre el escenario politico 2018, la propuesta del CIG, a 50 años del 68 y a 38 años de la ENAH



Necro-elecciones

Gilberto López y Rivas

Las elecciones del próximo domingo se llevarán a cabo en el contexto de los mayores grados de violencia que se rememora en el México contemporáneo, después del conflicto armado revolucionario de 1910 a 1917.

En este mes de junio se registra la cifra más alta de homicidios dolosos en los 20 años de que el gobierno federal reporta la incidencia de delitos, con 2 mil 234 personas ejecutadas extrajudicialmente, mientras 114 candidatos a cargos de elección popular han sido asesinados, y forzados a renunciar más de un centenar.

Asimismo, destacan los 110 periodistas ultimados del año 2000 a la fecha y el nivel de impunidad de estos atentados contra la libertad de expresión, de acuerdo con la CNDH, que resulta en 90 por ciento de los mismos.

Igualmente, República 32 advierte que: en los cuatro primeros meses de 2018, se han registrado 226 feminicidios, un aumento de 15 por ciento en relación con el mismo periodo del año pasado, y 116 por ciento más en comparación con hace tres años (http://republica32.com/feminicidios-en-cifras-rojas-2018-peor-ano-nina-mujer-en-mexico/).

Además de las ejecuciones extrajudiciales, que ya rebasaron las 200 mil personas desde que se declaró la supuesta guerra contra el narcotráfico, es necesario considerar los crímenes de Estado y lesa humanidad acumulados por décadas, todos impunes, y los más recientes, igualmente sin castigo, que se expresan en las desapariciones forzadas, cuyo caso paradigmático, los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se encuentra en el pantano de un Estado delincuencial que niega la justicia y la presentación con vida de los más de 40 mil desaparecidos forzados. Estos miles de desaparecidos tampoco podrán ejercer el derecho al voto en las necro-elecciones próximas, que lejos están de las condiciones de paz social que debieran caracterizar al ejercicio efectivo del derecho de los ciudadanos a votar y ser votados, que garantiza el artículo 35 de la Constitución.

Por el contrario, el proceso electoral se desarrolla en el contexto de una guerra social de exterminio. El reputado Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), que monitorea conflictos armados en el ámbito planetario y que dio seguimiento al caso mexicano durante una década, señaló, en el año 2017, que México sufre un conflicto armado no reconocido y lo considera el segundo país más letal en el mundo, después de Siria, especificando los criterios para discernir entre conflicto armado y altos niveles de criminalidad violenta. Los factores claves para su caracterización son, según el IISS: La duración y el tiempo. Aquellos en los que la violencia se mantiene durante muchos años y con una intensidad constante tienden a calificar como conflictos armados; aquellos que experimentan picos periódicos de violencia no son considerados. En segundo lugar, ¿la violencia es una amenaza para el Estado, así como para el ciudadano? ¿El gobierno mantiene control territorial? Y, finalmente, ¿el Estado ha reconocido la amenaza en estos términos y ha respondido en consecuencia? Tristemente, México cumple con todos estos criterios. Otros países latinoamericanos, como Brasil, pueden verse afectados por altos niveles de violencia criminal, pero sus gobiernos tienen un mayor control territorial y la violencia aumenta y disminuye (https://www.iiss.org/).

Este conflicto armado no reconocido es la dimensión represiva de lo que William I. Robinson denomina acumulación militarizada, cuya finalidad es la recolonización integral de los territorios rurales y urbanos para el saqueo y el despojo de recursos naturales y estratégicos, mediante la violencia exponencial que caracteriza esta configuración actual del capitalismo globalizado. “El sistema ha abandonado –afirma Robinson– a amplios sectores de la humanidad, que están atrapados en un circuito letal de acumulación-explotación-exclusión. El sistema ni siquiera intenta incorporar a esta población excedente, sino más bien trata de aislar y neutralizar su rebelión real o potencial, criminalizando a los pobres y a los desposeídos, con tendencias hacia el genocidio en algunos casos” ( Una Teoría sobre el capitalismo global, Siglo XXI, 2013, p. 11).

El proceso electoral, por otra parte, se encuentra marcado por los mayores índices de ilegitimidad, corrupción y carencia de credibilidad del conjunto de la clase política; por la comprobada ineficacia, inoperancia y parcialidad de los árbitros electorales, el INE y el Tribunal Federal Electoral y por la guerra sucia de la propia campaña, factores que, indudablemente, presagian otra elección de Estado y los poderes fácticos, que nada tiene que ver con un ejercicio democrático ciudadano, libre y trasparente.

Al final, estamos frente a elecciones cubiertas de sangre, con militares y paramilitares (crimen organizado) con control político y territorial, y su ley de seguridad interior, sin que nadie en la partidocracia reflexione seriamente sobre el significado profundo de esta situación.

sábado, 19 de mayo de 2018

POSICIONAMIENTO DE LAS FAR-LP ANTE LAS ELECCIONES.


Las elecciones para la presidencia están muy próximas y nadie puede negar el interés que se despertado entre la población, existe un hartazgo del pueblo cansado de tanta corrupción de la clase gobernante y de vivir un proceso de empobrecimiento, que tiene a la población en condiciones de una pobreza mayor que en la época del porfiriato.

Las reformas neoliberales que impulsó el gobierno de Peña Nieto, significaron la renuncia a la soberanía sobre los recursos petroleros y un gran negocio para la oligarquía, pero no es la única concesión al extranjero, también la entrega de una gran parte del territorio se ha entregado a las compañías mineras extranjeras y a los grandes capitalistas del país como Carlos Slim, Alberto Bailleres y otros más.

La reforma educativa, es una simulación que en realidad no ha hecho otra cosa que eliminar los derechos laborales y el conjunto de reformas estructurales, han servido para darles más poder a los grandes empresarios, al capital extranjero y al crimen organizado que marcha de la mano con el gobierno, hoy en nuestro país existen cada vez más pobres y la pobreza no solo es material, las condiciones de pobreza atentan contra la dignidad humana y ha propiciado que se destruya la solidaridad entre los hombres y mujeres, se destruya el tejido social y se acentúe la ignorancia y los jóvenes sean reclutados por los grupos criminales.

Todo ello ha generado un descontento generalizado y un sector muy grande de la población, ve en las elecciones la posibilidad de un cambio que les devuelva un poco de esperanza.

Nosotros, vemos con reserva a las elecciones, lo decimos abiertamente, y tenemos memoria, no se debe olvidar que en 1988 y en 2006, el pueblo creyó en ellas y en los candidatos que prometían cambio y acudieron a las urnas, solo para ver como el gobierno se burló de la voluntad popular y los candidatos que habían sido despojados del triunfo, no supieron defender ese triunfo.

Hoy la historia amenaza con repetirse, el pueblo está desbordado en favor de AMLO, porque promete un cambio verdadero, pero queremos señalar desde nuestra trinchera que no vemos la organización que se requiere para defender el triunfo en caso de un fraude electoral, los partidos que impulsan esa candidatura han puesto más empeño en disputarse las candidaturas que en organizar al pueblo.

No vemos en el discurso de campaña el castigo a los responsables de las masacres de Tlataya, el Charco y Aguas Blancas, no vemos el compromiso de decir la verdad sobre el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ni se menciona el caso de los cientos de luchadores sociales asesinados o desaparecidos.

Nosotros no descalificamos la lucha electoral, pero si nos deslindamos de la que se da en las condiciones en que se asegura corromper la voluntad popular y prostituir la lucha política, al propiciar competencias electorales basadas en la compra de votos mediante dinero o despensas, láminas de cartón y tinacos, porque ello significa una forma de prostituir al electorado.

Observamos una estrategia de contrainsurgencia al tolerar y alentar a los grupos del crimen organizado, el gobierno a través de sus policías y los cuerpos policiacos saben quiénes son los jefes de tales grupos, donde operan e incluso donde viven y en la mayoría de los casos los protegen a cambio de compartir las ganancias.

Nosotros seguimos creciendo, a pesar de la presencia de los grupos del crimen organizado, que le sirven de orejas y madrinas al gobierno, seguimos creciendo con la estrategia de acumular fuerzas en silencio, porque tenemos clara que nuestra estrategia es de guerra popular prolongada, pero no descartamos que en ésta coyuntura electoral se den las condiciones de una insurrección si la oligarquía y los poderes fácticos deciden cometer un fraude contra la voluntad popular y en ese caso estaremos presentes y al frente, porque aunque somos una fuerza modesta, el pueblo nos protege y nos cuida y hoy queremos manifestar que debemos reforzar la organización en cada pueblo, barrio y colonias.

Entendemos el sentir del pueblo cuando espera que un candidato pueda derrotar al PRI, pero debemos ser claros, solamente la fuerza organizada del pueblo y su conciencia, es la que podrá derrocar al régimen corrupto y neoliberal que nos gobierna, para lograr soberanía nacional en lo externo y democracia y justicia en lo interno.

Nuestra organización es consciente de que las revoluciones las hacen los pueblos, pero lo hacen con organización y firmeza para defender una causa, así ha sido en el pasado y así será; Por ello, si en verdad queremos un cambio radical, se debe luchar porque se le devuelva a la patria la soberanía sobre sus recursos naturales y al pueblo, la garantía de sus derechos sociales como son; Educación, salud, empleo digno, vivienda, alimentación, así como los derechos culturales y sociales de los pueblos indígenas, entonces debemos entender que la oligarquía que nos gobierna no va a soltar sus privilegios y por tanto, debemos organizarnos para defender la voluntad popular hasta las últimas consecuencias, como dijo el Che: ¡¡¡Nos obligan a dar ésta lucha, hay que preparase para darla y darla!!!

¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO ORGANIZADO¡¡¡
¡VIVAN LAS FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS (LIBERACIÓN POPULAR)¡¡¡

COMANDANTES:
EMILIO, ESPERANZA, TLACAELET, CAMILO.

MEXICO, A 23 de abril de 2018

lunes, 3 de julio de 2017

Foro Socialista sobre elecciones 2018 y propuesta del CNI-EZLN



Raúl Díaz del Movimiento Comunista Mexicano


Alberto Fonseca del Grupo Internacionalista


José Arturo


Edgard Sánchez del PRT


Carlos Cárdenas de MORENA


Román Munguía


Gustavo Borja


Sesión de comentarios y conclusiones

¡Y RETEMBLÓ!, INFORME DESDE EL EPICENTRO…

A los Pueblos Originarios de México

A la Sociedad Civil de México y del Mundo

 A la Sexta Nacional e Internacional

A los Medios Libres de Comunicación

Hermanos, hermanas

Es el momento de los pueblos, de sembrarnos y reconstruirnos. Es el momento de pasar a la ofensiva y es este el acuerdo que se dibuja en nuestros ojos, en los individuos, en las comunidades, en los pueblos, en el Congreso Nacional Indígena; es tiempo de que la dignidad gobierne este país y este mundo y a su paso florezcan la democracia, la libertad y la justicia.

Damos a conocer que en la segunda etapa del V CNI evaluamos minuciosamente el resultado de la consulta a los pueblos que somos el Congreso Nacional Indígena y que tuvo lugar los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2016, en los cuales de todos los modos, las formas y las lenguas que nos representan en la geografía de este país emitimos acuerdos de asambleas comunales, ejidales,  de colectivos, municipales, intermunicipales y regionales, que una vez más nos llevan a entender y asumir con dignidad y rebeldía la situación por la que atraviesa nuestro país, nuestro mundo.

Saludamos los mensajes de apoyo, de esperanza y de solidaridad que dieron intelectuales, colectivos y pueblos que reflejan esperanza ante nuestra propuesta a la que denominamos “Que Retiemble en Sus Centros la Tierra” y que hicimos pública en la primera etapa del V CNI, saludamos también las voces críticas, muchas de ellas con argumentos fundamentalmente racistas, que reflejan una indignación rabiosa y desprecio por pensar en que una mujer indígena pretenda no sólo contender en una elección presidencial, sino plantear cambiar realmente, desde abajo, a este dolido país.

A todos ellos, les decimos que en efecto retembló la tierra y nosotros con ella, y que pretendemos sacudir la conciencia de la nación, que en efecto pretendemos que la indignación, la resistencia y la rebeldía figuren en las boletas electorales del 2018, pero que no es nuestra intención competir en nada con los partidos y toda la clase política que aun nos debe mucho; cada muerto, desaparecido, encarcelado, cada despojo, cada represión y cada desprecio. No nos confundan, no pretendemos competir con ellos porque no somos lo mismo, no somos sus palabras mentirosas y perversas. Somos la palabra colectiva de abajo y a la izquierda, esa que sacude al mundo cuando la tierra retiembla con epicentros de autonomía, y que nos hacen tan orgullosamente diferentes que:

1.     Mientras el país está sumergido en el miedo y el terror que nace entre miles de muertos y de desaparecidos, en los  municipios de la montaña y costa de Guerrero nuestros pueblos han creado condiciones de seguridad y justicia verdadera; en Santa María Ostula, Michoacán, el pueblo Nahua se ha unido con otras comunidades indígenas para mantener la seguridad en manos de los pueblos, en donde el epicentro de la resistencia es la asamblea comunal de Ostula, garante de la ética de un movimiento que ha permeado ya los municipios de Aquila, Coahuayana, Chinicuila y Coalcomán. En la meseta purépecha la comunidad de Cherán ha demostrado que con organización, sacando a los políticos de su estructura del mal gobierno y ejerciendo sus propias formas de seguridad y gobierno se puede no sólo construir la justicia, sino que al igual que en otras geografías del país sólo desde abajo, desde la rebeldía se reconstruyen nuevos pactos sociales, autónomos y justos, y no dejamos ni dejaremos de construir desde abajo la verdad y la justicia negada para los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos, los 3 compañeros estudiantes que fueron asesinados y los compañeros heridos, todos por el narco gobierno mexicano y sus fuerzas represivas. Mientras tanto los malos gobiernos criminalizan la lucha social, la resistencia y la rebeldía, persiguiendo, acosando, desapareciendo, encarcelando y asesinando a hombres y mujeres cabales que luchan por causas justas.
2.     Mientras la destrucción alcanza todos los rincones del país, sin conocer límites alejando la pertenencia a la tierra y a lo sagrado, el pueblo Wixárika, junto con los comités en defensa de la vida y del agua del altiplano potosino han dado muestra de que se puede defender un territorio, su medio ambiente y equilibrios con base en reconocerse uno con la naturaleza, con una visión sagrada que renueva cada día los vínculos ancestrales con la vida, la tierra, el sol y los antepasados, abarcando 7 municipios en el territorio sagrado ceremonial de Wirikuta en San Luis Potosí.
3.     Mientras los malos gobiernos deforman las políticas del Estado en materia educativa poniéndola al servicio de las corporaciones capitalistas para que ésta deje de ser un derecho, los pueblos originarios crean primarias, secundarias, bachilleratos y universidades con sistemas educativos propios, basados en la protección de nuestra madre tierra, en la defensa territorial, en la producción, en las ciencias, en las artes, en nuestras lenguas y pese a que la mayoría de esos procesos crecen sin apoyo de ningún nivel del mal gobierno, está al servicio de todas y todos.
4.     Mientras los medios de comunicación de paga, voceros de quienes prostituyen cada una de las palabras que difunden y engañan manteniendo dormidos a los pueblos del campo y la ciudad, haciendo pasar por delincuentes a quienes piensan y defienden lo que es suyo y siempre son los malos, los vándalos, los inadaptados. En tanto que los que viven de la ignorancia y la enajenación son los socialmente bien, y los que oprimen, reprimen, explotan y despojan son siempre los buenos, los que merecen ser respetados y gobernar para servirse. Y mientras eso pasa los pueblos han hecho medios propios de comunicación ideando formas diversas para que la conciencia no sea opacada por la mentira que los capitalistas imponen, usándolos además para fortalecer la organización de abajo, de donde nace cada palabra verdadera.
5.     Mientras la “democracia” representativa de los partidos políticos se ha convertido en una burla a la voluntad popular, en la que los votos se compran y se venden como una mercancía más y se manipula por la pobreza en la que los capitalistas mantienen a las sociedades del campo y de las ciudades, los pueblos originarios siguen cuidando y fortaleciendo formas de consensos y asambleas como órganos de gobierno en las que la voz de todos y todas se hacen acuerdos profundamente democráticos, abarcando regiones enteras a través de asambleas que versan en torno a los acuerdos de otras asambleas y estas a su vez surgen de la voluntad profunda de cada familia.
6.     Mientras los gobiernos imponen sus decisiones en beneficio de unos cuantos, suplantando la voluntad colectiva de los pueblos, criminalizando y reprimiendo a quien se oponga a sus proyectos de muerte que imponen sobre la sangre de nuestros pueblos como es el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, fingiendo que consultan mientras imponen su muerte, los pueblos originarios tenemos los modos y las formas constantes de consulta previa, libre e informada por pequeña o grande que ésta sea.
7.     Mientras que con sus reformas privatizadoras los malos gobiernos entregan la soberanía energética del país a los intereses extranjeros y los altos costos de la gasolina delatan la mentira capitalista que sólo traza caminos para la desigualdad y la respuesta rebelde de los pueblos indígenas y no indígenas de México, que los poderosos no podrán ocultar ni callar; los pueblos hacemos frente y luchamos por detener la destrucción de nuestros territorios por el fracking, los parques eólicos, minería, los pozos petroleros, gaseoductos y oleoductos en estados como Veracruz, Sonora, Sinaloa, Baja California, Morelos, Oaxaca, Yucatán y todo el territorio nacional.
8.     Mientras los malos gobiernos imponen una alimentación tóxica y transgénica a todos los consumidores del campo y las ciudades, los pueblos Mayas mantienen una lucha incansable por detener la siembra de transgénicos en la península de Yucatán y en todo el país por conservar la riqueza genética ancestral, que además significa nuestra vida y organización colectiva y la base de nuestra espiritualidad.
9.     Mientras la clase política sólo destruye y promete, los pueblos construimos no para gobernar sino para existir con autonomía y libre determinación.

Nuestras resistencias y rebeldías constituyen el poder de abajo, no ofrecen promesas ni ocurrencias, sino procesos reales de transformación radical en la que participan todas y todos y que son tangibles en las diversas y enormes geografías indígenas de esta nación. Es por eso que como Congreso Nacional Indígena, reunidos en este V Congreso 43 pueblos de este país, ACORDAMOS nombrar un Concejo Indígena de Gobierno con representantes hombres y mujeres de cada uno de los pueblos, tribus y naciones que lo integran. Y que este concejo se proponga gobernar este país. Y que tendrá como voz a una mujer indígena del CNI, o sea que tenga sangre indígena y conozca su cultura. O sea que tiene como vocera a una mujer indígena del CNI que será candidata independiente a la presidencia de México en las elecciones del año 2018.

Es por eso que el CNI como la Casa de Todos los Pueblos somos los principios que configuran la ética de nuestra lucha y en la que caben todos los pueblos originarios de este país, esos principios en los que se aloja el Concejo Indígena de Gobierno son:

Obedecer y no mandar

Representar y no suplantar

Servir y no servirse

Convencer y no vencer

Bajar y no subir

Proponer y no imponer

Construir y no destruir

Es lo que hemos inventado y reinventado no por gusto, sino como la única forma que tenemos de seguir existiendo, es decir esos nuevos caminos sacados de la memoria colectiva de nuestras formas propias de organización, son producto de la resistencia y la rebeldía, del hacer frente cada día a la guerra que no ha parado y que no ha podido acabar con nosotros. En esas formas no sólo ha sido posible trazar el camino para la reconstitución integral de los pueblos, sino nuevas formas civilizatorias, esperanzas colectivas que se hacen comunitarias, municipales, regionales, estatales y que están dando respuestas precisas a problemas reales del país, lejos de la clase política y su corrupción.

Desde este V Congreso Nacional Indígena llamamos a los pueblos originarios de este país, a los colectivos de la Sexta, a los trabajadores y trabajadoras, frentes y comités en lucha del campo y las ciudades, a la comunidad estudiantil, intelectual, artística y científica, a la sociedad  civil no organizada y a todas las personas de buen corazón a cerrar filas y pasar a la ofensiva, a desmontar el poder de arriba y reconstituirnos ya nos sólo como pueblos, sino como país, desde abajo  y a izquierda, a sumarnos en una sola organización en la que la dignidad sea nuestra palabra última y nuestra acción primera. Los llamamos a organizarnos y parar esta guerra, a no tener miedo a construirnos y sembrarnos sobre las ruinas dejadas por el capitalismo.

Es eso lo que nos demanda la humanidad y nuestra madre que es la tierra, en ello encontramos que es el tiempo de la dignidad rebelde y que materializaremos convocando a una asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno para México en el mes de Mayo de 2017 y desde este momento tenderemos puentes a los compañeros y compañeras de la sociedad civil, los medios de comunicación y los pueblos originarios para hacer retemblar en sus centros la tierra, vencer el miedo y recuperar lo que es de la humanidad, de la tierra y de los pueblos, por la recuperación de los territorios invadidos o destruidos, por la presentación de los desaparecidos del país, por la libertad de todas y todos los presos políticos, por la verdad y la justicia para los asesinados, por la dignidad del campo y de la ciudad. Es decir, no tengan duda, vamos por todo, pues sabemos que tenemos enfrente quizá la última oportunidad como pueblos originarios y como sociedad mexicana de cambiar pacífica y radicalmente nuestras formas propias de gobierno, haciendo que la dignidad sea el epicentro de un nuevo mundo.

Desde Oventik, Territorio Zapatista, Chiapas, México

Nunca Más un México Sin Nosotros

Congreso Nacional Indígena

Ejército Zapatista de Liberación Nacional.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Conversatorio “Del incumplimiento de los acuerdos de San Andrés a la candidata del CNI”.

Juan de Dios Hernández


Compañero Román


Samantha César


Diego García


Compañero Eduardo


Compañero Andrés


Comentarios finales

AMLO. 50 Lineamientos básicos del Proyecto Alternativo de Nación 2018 2024.

UNA HISTORIA PARA TRATAR DE ENTENDER.

17 de noviembre del 2016.

A la Sexta nacional e internacional:

A quienes simpatizan y apoyan la lucha de los pueblos originarios:

A quienes son anticapitalistas:

Compañeras, compañeros, compañeroas:

Hermanas y hermanos:

  Este extenso texto lo hicimos conjuntamente con el Subcomandante Insurgente Moisés, vocero y actual jefe del EZLN, y consultando unos detalles con algunas de las Comandantas y Comandantes de la delegación zapatista que asistió a la primera etapa del V congreso del Congreso Nacional Indígena.

  Aunque en ésta, como en otras ocasiones, me toca a mí la redacción, es el Subcomandante Insurgente Moisés quien lee, agrega o quita, aprueba o rechaza no sólo este texto, sino todos los que aparecen a la luz pública como auténticos del EZLN.  No pocas veces, a lo largo de estos escritos, usaré el primer pronombre del singular.  La razón de esto se entenderá más adelante.  Aunque la destinataria principal de estas líneas es la Sexta, hemos decidido ampliar su destino a quienes, sin ser ni estar con nosotras, nosotros, tienen idénticas inquietudes y parecido empeño.  Va pues:

-*-

TAMPOCO NUESTRAS PESADILLAS.

  Hace algunos años, la creatividad y el ingenio de algún colectivo de la Sexta produjo una frase que, al paso del tiempo, fue adjudicada al zapatismo.  Bien saben que estamos en contra del copyright, pero no solemos adjudicarnos ni palabras ni acciones que no son nuestras.  Sin embargo, aunque no de nuestra autoría, la sentencia sí refleja en parte nuestro sentir como zapatistas que somos.

  Enarbolada por la Sexta contra quienes, con chantajes burdos y amenazas, atacaban (como ahora) al escepticismo frente al “poder” de las urnas electorales institucionales, la frase va más allá y define los límites y carencias de una forma de lucha, la electoral:

  “Nuestros sueños no caben en sus urnas”, se decía y se dice.

  Nosotros, nosotras, como zapatistas que somos la suscribimos entonces… y ahora.  Tiene la virtud de decir mucho con pocas palabras (un arte ahora olvidado).  Pero, desde este lado del pasamontaña, desde nuestro ser lo que somos, agregamos: “tampoco nuestras pesadillas”.

  Cierto, pudimos haber puesto “y tampoco nuestr@s muert@s”, pero resulta que, en estos tiempos aciagos, el dolor se ha extendido aún más allá.  Ya no sólo es la muerte natural la responsable de alejarnos de quienes nos hacen falta hoy; como, en nuestro caso, del subteniente insurgente de infantería Hernán-Omar (parte nuestra desde antes del alzamiento, y arrebatado por el cáncer de nuestro lado y del de su compañera e hijo -a quienes abrazamos especialmente en este primer cumpleaños sin él-).

  Ahora son, y en forma creciente, los asesinatos, las desapariciones, las cárceles, los secuestros.

  Si usted es pobre es vulnerable, si usted es mujer es todavía más vulnerable.  Como si el sistema no se conformara con agredirla por lo que es, y se diera a la macabra tarea de eliminarla.  Es decir, ya no sólo es objeto de acoso y violencia sexual.  ¿Qué ha pasado en este sistema que vuelve “natural” y hasta “lógico” (“sí, ellas se lo buscaron”, dice la sociedad entera) ya no sólo la violación, también el secuestro, la desaparición y el asesinato de mujeres?  Sí, mujeres.  La democratización del odio de género iguala edades, razas, colores, estaturas, pesos, credos, ideologías, militancias o no; todas las diferencias, menos las de clase, diluidas en una falta mayor: ser mujer.

  Y vaya usted agregando potencias según su diferencia: color, estatura, peso, indígena, afrodescendiente, niña, niño, ancian@, joven, gay, lesbiana, transgénero, su modo suyo de usted, cualquiera que sea.  Sí, un sistema empeñado ya no sólo en segregar y despreciar las diferencias, ahora decidido a eliminarlas por completo.  Y no sólo exterminarlas, ahora haciéndolo con toda la crueldad de que es capaz una modernidad.  Sigue la muerte matando, pero ahora con mayor sadismo.

  Entonces, lo que queremos decir es que no sólo nos faltan las muertas y los muertos, también l@s desaparecid@s (y con la arroba incluimos no sólo al masculino y al femenino, también a todo lo que rebasa la falsa dicotomía de género), l@s secuestr@das, l@s encarcelad@s.

  ¿Cuántos de los ausentes de Ayotzinapa caben en cuántas urnas?  ¿En qué proyecto partidario se encuentran?

  ¿Cuál logotipo institucional es el que se cruza pensando en quienes nos faltan?

  ¿Y si ni siquiera hay la certeza de que murieron?  ¿Y si no sólo es la ausencia la que duele, sino que también se agregan la incertidumbre y la angustia (¿comió?, ¿tiene frío?, ¿se enfermó?, ¿ha dormido lo suficiente?, ¿alguien lo consuela?, ¿sabe que aún le busco, que siempre le buscaré?)?

  ¿En qué aspiración a un cargo, un puesto, un gobierno, caben las mujeres agredidas, desaparecidas, asesinadas por todo el espectro ideológico?

  ¿A cuántas boletas electorales equivalen los infantes asesinados, por el Partido Acción Nacional, en la guardería ABC?

  ¿Por quién votan los exterminados, por el Partido Revolucionario Institucional y sus réplicas mal disimuladas, en toda la extensión de las geografías y calendarios del México de abajo?

  ¿En cuál conteo de votos aparecen los perseguidos, por el Partido de la Revolución Democrática, acusados del delito de ser jóvenes?

  ¿En cuál partido político se representan las diferencias sexuales perseguidas en público y en privado, para las que hay como condena el infierno en vida y en muerte?

  ¿Cuáles son los partidos políticos institucionales cuyos logos y consignas manchan los muros que deben saltar miles de migrantes, hombres, mujeres y niños para caer en manos de gobernantes-criminales-empresarios de la trata de personas?

  Y se podrán encontrar ejemplos en crónicas, blogs, reportajes, notas periodísticas, artículos de opinión, hashtags, etc., pero siempre quedará la certeza de que son más los hechos criminales que no alcanzan siquiera una mención pública.

  ¿Dónde está la casilla electoral para que ahí se exprese la explotación, la represión, el despojo y el desprecio a los pueblos originarios?

  ¿En cuál urna se depositan los dolores y las rabias de …


 el Yaqui,
 el Kumiai,

 el Mayo,

 el Cucapá,

 el Tohono O´odham,

 el Raramuri,

 el Kikapú,

 el Pame,

 el Totonaca,

 el Popoluca,

 el Nahua,

 el Maya Peninsular,

 el Binizáa,

 el Mixteco,

 el Hñähñü,

 el Totonaca,

 el Mazateco,

 el Purépecha,

 el Mixe,

 el Chinanteco,

 el Mazahua,

 el Me´phaa,

 el Téenek,

 el Rarámuri,

 el Chontal,

 el Amuzgo,

 el Ópata,

 el Solteco,

 el Chatino,

 el Papabuco,

 el Triqui,

 el Cora,

 el Cuicateco,

 el Mame,
 el Huave,

 el Tepehuano,

 el Matlatzinca,

 el Chichimeca,

 el Guarijío,

 el Chuj,

 el Jacalteco,

 el Lacandón,

 el Comca´ac,

 el Wixárika,

 el Kanjobal,

 el Chontal,

 el Chocho,

 el Tacuate,

 el Ocuilteco,

 el Kekchí,

 el Ixcateco,

 el Motocintleco,

 el Quiché,

 el Kakchiquel,

 el Paipai,

 el Pápago,

 el Cochimí,

 el Ixil,

 el Kiliwa,

 el Aguacateco,

 el Mame,

 el Chol,

 el Tzotzil,

 el Zoque,

 el Tojolabal,

 el Tzeltal?

  ¿Dónde cabe todo eso?

  ¿Y cuándo obtuvieron su registro legal la dictadura del terror y su lógica perversa invadiendo todo y reajustando los criterios?

Tuve suerte, dice cualquier mujer u hombre asaltado en la calle, en su casa, en el trabajo, en el transporte, no me dispararon-acuchillaron.

Tuve suerte, dice la mujer golpeada y violada, no me secuestraron.

Tuve suerte, dice el infante sometido a la prostitución, no me quemaron vivo.

Tuve suerte, dice el gay, la lesbiana, el transexual, loa otroa con los huesos rotos y la piel lacerada, no me asesinaron.

Tuve suerte, dice el obrero, la empleada, el trabajador sometido a más horas de trabajo y menor salario, no me despidieron.

Tuve suerte, dice el líder social torturado, no me desaparecieron.

Tuve suerte, dice el joven estudiante asesinado y tirado en una calle, mi familia ya no tendrá que buscarme.

Tuve suerte, dice el pueblo originario despojado, no me exterminaron.

  Y más:

  ¿Qué encuesta toma nota de la destrucción de la Tierra?  ¿Por quién votan las aguas contaminadas, las especies animales acorraladas hasta la extinción, la tierra estéril, el aire sucio?  ¿Dónde se deposita la boleta de un mundo agonizante?

  Entonces tienen razón: “nuestros sueños no caben en sus urnas”.

  Pero tampoco nuestras pesadillas.

  Cada quien puede ser responsable de sus sueños.  Falta pedirle cuentas a quien es el responsable de nuestras pesadillas.  Falta lo que falta…



UN “SÍ”, VARIOS “NO”.

  Sí, la propuesta inicial y original es nuestra, del ezetaelene.  Nosotras, nosotros, se la hicimos saber a las delegadas y delegados al Quinto Congreso del Congreso Nacional Indígena.  Esto sucedió los días 9, 10, 11 y 13 de octubre del año 2016, en la sede del CIDECI-Unitierra, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.  En esas fechas hubo delegadas y delegados de colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos originarios de las lenguas amuzgo, binni-zaá, chinanteco, chol, coca, náyeri, cuicateco, kumiai, lacandón, matlazinca, maya, mayo, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, nahua, ñahñu, ñathô, popoluca, purépecha, rarámuri, tlapaneco, tojolabal, totonaco, triqui, tzeltal, tzotzil, wixárika, yaqui, zoque, y chontal.  El día 13 de octubre del 2016, la plenaria de ese Quinto congreso del CNI decidió hacer suya la propuesta y someterla a una consulta entre quienes lo integran.  El día 14 de octubre del 2016, en horas de la mañana, el CNI y el EZLN hicieron pública esa decisión en el documento llamado “Que retiemble en sus centros la tierra”.

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   No, ni el EZLN como organización, ni ninguna, ninguno de sus integrantes, va a participar por un “cargo de elección popular” en el proceso electoral del 2018.

  No, el EZLN no se va a convertir en un partido político.

  No, el EZLN no va a presentar a una mujer indígena zapatista como candidata a la presidencia de la República en el año del 2018.

  No, el EZLN no “ha dado un giro” de los grados que sean, ni seguirá su lucha por la vía electoral institucional.

  Entonces ¿el EZLN no va a postular a una indígena zapatista para presidenta de la República?  ¿No van a participar directamente en las elecciones de 2018?

  No.

  ¿Por qué no?  ¿Por las armas?

  No.  Se equivocan rotundamente quienes piensen que es por eso: las zapatistas, los zapatistas tomamos las armas para servirnos de ellas, no para ser esclavizados por ellas.

  Entonces, ¿porque el sistema político electoral institucional es corrupto, inequitativo, fraudulento e ilegítimo?

  No.  Aunque fuera diáfano, equitativo, justo y legítimo, las zapatistas, los zapatistas no participaríamos para alcanzar y ejercer el Poder desde un puesto, un cargo o un nombramiento institucional.

  Pero, en determinadas circunstancias, por cuestiones estratégicas y/o tácticas, ¿no participarían directamente para ejercer un cargo?

  No.  Aunque “las masas” nos lo demanden; aunque la “coyuntura histórica” necesite de nuestra “participación”; aunque lo exijan “la Patria”, “la Nación”, “el Pueblo”, “el Proletariado” (ok, eso ya está muy demodé), o cualquiera que sea el concepto concreto o abstracto (tras el cual se esconde, o no, la ambición personal, familiar, de grupo o de clase) que se enarbole como pretexto; aunque la coyuntura, la confluencia de los astros, las profecías, el índice bursátil, el manual de materialismo histórico, el Popol Vuh, las encuestas, el esoterismo, “el análisis concreto de la realidad concreta”, el etcétera conveniente.

  ¿Por qué?

  Porque el EZLN no lucha para tomar el Poder.

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  ¿Ustedes creen que antes no nos han ofrecido eso y más?  ¿Que no nos han ofrecido cargos, prebendas, puestos, embajadas, consulados, viajes al extranjero con “todo incluido”, además de los presupuestos que vienen adjuntos?  ¿Creen que no nos han ofrecido convertirnos en un partido político institucional, o ingresar a alguno de los ya existentes, o a los que se formarán, y “gozar de las prerrogativas de ley” (así dicen)?

  ¿Aceptamos?  No.

  Y no nos ofendemos, entendemos que la ambición, o la falta de imaginación, o la cortedad de miras, o la ausencia de conocimientos (y, claro, el no saber leer), lleven a más de uno a urgirse a sí mismo el entrar a un partido político institucional, luego salirse y pasar a otro, luego salirse y formar otro, luego lo que siga.  Entendemos que, a más de uno, una, todavía le funcione la coartada de “cambiar el sistema desde adentro”.  A nosotras, nosotros, no.

  Pero, en el caso de la dirección y tropa zapatista, no sólo es frente al Poder institucional nuestra negativa, también frente a las formas y procesos autonómicos que las comunidades crean y profundizan día con día.

  Por ejemplo: ningún insurgente o insurgenta, sea de la comandancia o sea de tropa; ni ninguna comandanta o comandante del CCRI pueden siquiera ser autoridades en comunidad, ni en municipio autónomo, ni en las diferentes instancias organizativas autónomas.  No pueden ser consejas ni consejos autónomos, ni juntas de buen gobierno, ni comisiones, ni ninguna de las responsabilidades que se designan por asamblea, creadas o por crear en la construcción de nuestra autonomía, es decir, de nuestra libertad.

  Nuestro trabajo, nuestra tarea como ezetaelene es servir a nuestras comunidades, acompañarlas, apoyarlas, no mandarlas.  Apoyarlas, sí.  A veces lo logramos.  Y sí, cierto, a veces estorbamos, pero entonces son los pueblos zapatistas quienes nos dan un zape (o varios, según) para que corrijamos.

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  Todo esto no necesitaría ser aclarado y reafirmado si se hubiera hecho una lectura atenta del texto titulado “Que retiemble en sus centros la tierra”, hecho público la mañana del 14 de octubre del 2016.

  No, no participamos en la redacción del pronunciamiento.  El texto lo hizo la comisión provisional nombrada por la asamblea del CNI y nos lo dieron a conocer.  No le pusimos ni le quitamos ni una coma, ni un punto.  Tal y como lo escribieron las delegadas y delegados del CNI, así lo hicimos nuestro.

  Pero, como está visto, el analfabetismo funcional no reconoce fronteras ideológicas ni signos partidarios, pues de todo el espectro político han surgido algunas expresiones, valoraciones y opiniones que se debaten entre el racismo y la estupidez.  Sí, hemos visto a parte de la intelectualidad de la izquierda institucional, y alguna marginal, coincidir con el paladín panista “del feminismo”, “la honradez”, “la honestidad”, “la inclusión” y “la tolerancia”: Diego Fernández de Cevallos, quien ahora se dedica, junto a la versión esotérica de “La Ley y el Orden”, Antonio Lozano Gracia, a esconder a ¿ex? gobernadores en fuga.  ¿Alguien olvida a La Calderona aplaudiendo a rabiar cuando el referido Fernández de Cevallos, siendo candidato presidencial en 1994, llamaba a las mujeres con el “cariñoso” nombre de “el viejerío”, y a los campesinos les decía “los calzonudos”?  ¿Es La Calderona el símbolo del empoderamiento de las mujeres de arriba o una simple prestanombres de un psicópata insatisfecho?  ¿Todavía engaña a alguien el que se presente con su nombre de “soltera”?

  Como les contaremos más adelante, las delegadas y delegados del CNI al V congreso, advertían que el profundo racismo que hay en la sociedad mexicana era un obstáculo para llevar adelante la iniciativa.

  Nosotros les dijimos que no era sólo racismo.  Hay también, en la clase política mexicana, un profundo desprecio.  Para ella, los pueblos originarios ni siquiera son ya un estorbo, un mueble viejo que hay que arrojar al pasado adornándolo con citas del Popol Vuh, bordados multicolores y muñequitos de ocasión.  La política de arriba ve a través de los indígenas, como si fueran las cuentas de vidrio olvidadas por algún conquistador, o los restos anacrónicos de un pasado atrapado en códices, libros y conferencias “magistrales”.  Para la política institucional los pueblos originarios no existen, y cuando “reaparecen” (así dicen), entonces es una sucia maniobra de una mente perversa y todo poderosa.  Después de 524 años sólo conciben al indígena como incapaz, tonto, ignorante.  Si los originarios hacen algo, es porque alguien los manipula; si piensan lo que sea, es porque alguien los mal orienta.  Para los políticos de arriba de todo el espectro ideológico, siempre habrá “un extraño enemigo” detrás de los pueblos indígenas.

  El mundo de la política institucional no es sólo increíblemente cerrado y compacto, no.  También es donde reina la “popularidad” sobre la racionalidad, la bestialidad sobre la inteligencia, y la desvergüenza sobre un mínimo de decencia.

  De que los medios de paga trampeen la información para convertirla en mercancía, vaya y pase.  De todas formas, de algo tienen que comer los reporteros y es comprensible que, para ellos, venda más la “nota periodística” de que el EZLN va a participar en las elecciones con una mujer zapatista; en lugar de decir la verdad, a saber, que el CNI es quien va a decidir si participa o no con una delegada propia, y, dado el caso, contará con el apoyo del zapatismo.

  Eso se entiende, la falta de información es también una mercancía.  Los reporteros y redactores se ganaron el pan de cada día, ok (sí, de nada colegas, no, no hay por qué darlas, no, en serio, paso).

  Pero que personas que se dicen cultas y pensantes, que se supone que saben leer y escribir, y tienen un mínimo de información, dan clases en centros de estudios superiores, son eméritos, cobran sin falta sus becas y sueldos, y viajan vendiendo “conocimiento”, no lean lo que el documento “Que retiemble en sus centros la tierra” dice claramente, y digan y escriban toda clase de boberías pues es, ¿cómo decirlo suavemente?… bueno, es de sinvergüenzas y charlatanes.

  Como que los 140 caracteres y la casa de cristal plomado de los medios de comunicación, se convirtieron ya en un muro que niega la realidad, la expulsa y la declara ilegal.  Todo lo que no quepa en un tuit no existe, se dicen y conforman.  Y los medios de paga lo saben: “nadie va a leer con atención un documento de 6 cuartillas, así que hacemos un resumen de lo que sea y los “líderes de opinión” en las redes sociales lo darán por cierto”.  Se presentan así una serie de barbaridades que, ya, precipitan una histeria de borrado que tal vez provocará que se colapse el inmenso reino del pájaro azul.

  Cuánto será el desprecio que le merecen los pueblos originarios a estas personas, que ni siquiera les conceden existencia.  Aunque el texto dice claramente “una mujer indígena delegada del CNI”, la magia de la estupidez borra “del CNI” y lo suplanta por “del EZLN”.

  ¿Después?  Bueno, pues una cascada de posicionamientos, comentarios, opiniones, críticas, descalificaciones, likes y dislikes, pulgares arriba y abajo, y no pocos dedos medios levantados.

  Cuando alguien, que sí se tomó la molestia de leer el texto original, tímidamente señala que la posible candidata sería del CNI y no del EZLN y que, ergo, el EZLN no es quien participa en las elecciones, le cae el mundo encima: “nah, todo es una burda manipulación del cara de trapo”.

  Luego los que reclamaron, casi inmediatamente, que por qué no se “liberaba” (sí, así escribieron) primero Chiapas.  Claro, como en Chiapas están los territorios de Yaquis, Kumiai, Rarámuris, Nahuas, Zapotecos, Mixtecos, Chinantecos, Totonacos, Popolucas, Mayas Peninsulares, Wixaritaris, por mencionar a algunos.  A las primeras burlas, trataron de corregir y al menos, se pusieron a consultar en google quiénes rayos eran esos otros indígenas “manipulados por el cara de calcetín”, y se dieron cuenta de que no sobreviven en Chiapas (lo que, dicho sea de paso, implicaría que las habilidades manipuladoras del finado rebasan ya las fronteras de “las montañas del sureste mexicano”).

  Después de consultar a compas abogados, le pregunté al Subcomandante Insurgente Moisés y no.  No habrá demandas ante la CONAPRED (Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación) por violar el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, ni ante los tribunales por divulgar información “inexacta o falsa” que causa “un agravio, ya sea político, económico, en el honor, vida privada y/o imagen”.

  No, no sabemos si el Congreso Nacional Indígena (quien tiene en sus filas a no poc@s especialistas en jurisprudencia) procederá a las demandas respectivas.

  Tampoco sabemos si l@s alumn@s, lector@s, seguidor@s y quienes les pagan sueldos y becas procederán judicialmente en su contra por fraude (fraude: engaño, dar apariencia de verdad a lo que es mentira), según el artículo 386 del Código Penal Federal: “Comete el delito de fraude el que engañando a uno o aprovechándose del error en que éste se halla se hace ilícitamente de alguna cosa o alcanza un lucro indebido”.

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  Sin embargo, ha habido, hay, y habrá dudas y cuestionamientos legítimos y racionales (la inmensa mayoría provenientes de compas de la Sexta, pero no sólo).  A esas dudas y cuestionamientos es que, en lo posible, trataremos de dar respuesta en este texto.  Es seguro que nuestras palabras no serán suficientes.  Todas las críticas, desde todo el espectro político e ideológico, hechas con un mínimo de racionalidad, respeto y con información verídica, las tomaremos en cuenta hasta donde nos toca.

  Y aquí es necesario dejarles claro algo a tod@s: la propuesta ya no está en manos del zapatismo.  Desde el 13 de octubre del 2016, la propuesta dejó de ser sólo nuestra y se convirtió en conjunta en el Quinto Congreso del CNI.

  Y más: desde el día en que inició la consulta del CNI, la aceptación, el rechazo y/o la modificación de la propuesta, corresponde única y exclusivamente a los colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos originarios organizados en el Congreso Nacional Indígena.  Ya no al EZLN.  El resultado de esa consulta y las decisiones conducentes, si las hubiere, se conocerán en la segunda etapa del Quinto Congreso, los días 29, 30 y 31 de diciembre del 2016 y el primero de enero del 2017, en Chiapas, México.  O antes, si así lo decide el CNI.

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  Claro, usted se está preguntando por qué hicimos esa propuesta, si seguimos pensando como hemos dicho desde el inicio de nuestra lucha y ahora lo ratificamos.  Bueno, ahora les platicamos.

  Cuando el Subcomandante Insurgente Moisés me dijo que me tocaba explicarle a la Sexta, le pregunté cómo debía hacerlo.  “Muy sencillo”, me respondió, “cuéntales lo que pasó”.  Así que eso haré…



UNA PEQUEÑA Y CORTA GENEALOGÍA.

  No hemos podido precisar la fecha.  Ambos coincidimos en que es entre los años 2013-2014.  Aunque el finado Supmarcos no estaba difunto todavía, su muerte ya había sido decidida, el Subcomandante Insurgente Moisés ya tenía la jefatura del EZLN y los primeros avistamientos de la Hidra empezaban a hacerse más claros.

  No sé allá, pero acá las ideas no surgen en un momento particular, ni tienen un autor o autora precisa.  Nacen y luego se van moldeando, a veces alcanzan a convertirse en una propuesta, luego en una iniciativa.  Otras, las más, se quedan en ideas solamente.  Para pasar el límite entre idea y propuesta se necesitan meses, años, a veces décadas.  Y, si eso ocurre, basta que la idea se concrete en la palabra de alguien para que empiece su accidentado caminar.

  Tampoco surgió de una reunión exprofeso.  Si me apuran, diré que comenzó una madrugada de café y tabaco.  Analizábamos lo que los distintos puestos de vigía detectaban, y los cambios profundos que, aunque iniciados tiempo antes, ya se manifestaban en los pueblos y parajes zapatistas.

  Yo digo que la idea empieza a andar por el Subcomandante Insurgente Moisés.  Estoy casi seguro de que a mí no se me hubiera ocurrido algo tan descabellado y absurdo.

  Como quiera que haya sido, fue hasta que el SubMoy la habló que nos pusimos a pensarla en serio, con el famoso método zapatista de ir vuelteando y vueltando, hasta llegar a donde queremos, es decir, hasta “el día después”.

  Empezamos por el principio, es decir, por las dificultades y los obstáculos.  Si unas y otros son suficientemente grandes como para que sean dignas de un desafío, entonces se pasa a la siguiente fase: lo que tiene en contra.  Después, y sólo después, se analizan los pros, lo que tiene de bueno.  Es decir, no se decide hasta no saber si vale la pena.  O sea que primero va el qué, luego todo lo que va en contra y a favor del cómo, luego dónde y cuándo (el calendario y la geografía), y, ya al final del principio, quién.

  Todo esto no es de una persona, sino que se va abriendo a colectivos cada vez mayores.  Ahí se va “completando” a partir de las preguntas, primero de los comités “más viejos” (nos referimos a quienes tienen más antigüedad y conocen de primera mano nuestra historia), luego con los que se han ido incorporando al trabajo de dirección organizativa, luego quienes están ya como “suplentes” (es decir, los que van relevando a las jefas y jefes), por último, a quienes están en formación, l@s “candidat@s” (o sea los que se están preparando para hacer el trabajo).  Aquí ya estoy hablando de cientos de cabezas, de pensamientos, del ir y venir de la palabra, del oído; hablo ya de un corazón colectivo que se va ensanchando, haciéndose más y más grande.

  El siguiente paso tiene que ver con la respuesta a la pregunta “¿Quién lo va a hacer?”.  Si corresponde a las autoridades autónomas, entonces la consulta pasa a ellas; si a las comunidades, entonces se hace una consulta general: a todas y todos.  Si no le toca a ninguna de esas instancias, entonces se tiene que preguntar a quien lo va a hacer, a veces en forma indirecta, a veces directamente.  Si ese “quién” responde afirmativamente, entonces se consulta con tod@s para definir si sí se apoya y cómo.

  En eso anduvimos 2 o 3 años al menos.  Es decir, la idea iba y venía, pero sin pasar más allá.  Después, me dijeron que hiciera un sondeo con gente cercana.  Lo hice.

  Tiempo después, amaneciendo este año del 2016, el subcomandante insurgente Moisés me llamó y me dijo: “Hay un trabajo, hay que hablarlo”.

  El tono me provocó inquietud: la última vez que lo escuché, terminé muerto y renacido en una sola jornada, hará ya poco más de dos años.  No obstante, acudí a la reunión.

  Debió ser el primero de enero de este año del 2016, en el 22 aniversario del alzamiento.  No había nadie más en la champa de la Comandancia General del EZLN que, desde hace ya más de 3 años, ocupa el SubMoy.  El café estaba frío, pero había tabaco suficiente.  Él me explicó a grandes rasgos, como suele hacer: como si estuviera pensando en voz alta.  Expuso los contras, los pros, y esperó.  Entendí que era mi turno.  La idea, como ya expliqué, tenía tiempo madurándose, así que me limité a acotar los contras y añadir interrogantes a los pros.  El “quién” nos rebasaba, y todo lo que no tiene que ver directamente con nosotros, nosotras, es un enigma.  Cuando el SubMoy respondió a mi pregunta de “¿quién?”, con un lacónico “el cumpleañero” (es decir, el CNI, que cumpliría 20 años), lo inseguro se redujo: llevábamos 2 décadas de conocernos y el Congreso Nacional Indígena era la iniciativa más sólida desde que salimos a la luz pública: el CNI se había mantenido, con sus altibajos, leal a su esencia, y, aunque lejano su dolor de los medios de comunicación, representaba al sector más golpeado por la Hidra.  Sin embargo, todo eso no hacía sino acrecentar las dudas.

  “En realidad”, le dije, “no es posible saber qué va a pasar.  Eso va a desatar varios nudos y, cierto, lo que de ahí resulte es, en el mejor de los casos, una incógnita.  No sabemos si va a aceptar el Congreso Nacional Indígena, ni mucho menos si la Sexta va a entender.  Y, bueno, los otros de allá arriba no piensan, reaccionan con el hígado, y van a romper cosas que tal vez sea imposible rearmar.  Es muy arriesgado.  Ahora mismo, mirando y analizando lo que hay afuera, te digo que es más probable que salga mal a que salga bien”.

  El SubMoy dejó de lado la taza de café y encendió un cigarrillo.  “Por eso, ahí es donde entras tú.  Sabes bien que nuestro modo es prepararnos primero para que salga mal, recuerda cómo fue el alzamiento y todo lo que le ha seguido.  Entonces si sale mal, necesitamos…”

  Me precipité y lo interrumpí: “¿un plan alterno?”.

  Se rió de buena gana y dijo: “No, necesitamos a quién echarle la culpa de que salió mal”.

  A grandes rasgos, el Subcomandante Insurgente Moisés fue recordando pedazos de la película “La Ley de Herodes” y, cuando pensaba yo que se detendría en el discurso final del diputado Vargas (la historia de un mediocre que se hace criminal y luego gobernante, ¿les suena?), se refirió a la parte de “Hay una noticia buena y una mala”.

  (Nota ociosa: “La Ley de Herodes” es un filme de Luis Estrada, con Martín Torres como ayudante de dirección, historia y guion de Jaime Sampietro, Fernando León, Vicente Leñero y el mismo Luis Estrada, fotografía de Norman Christianson, música de Santiago Ojeda, maquillaje de Alfredo Mora y Felipe Salazar.  Junto con “El Infierno” -también de Luis Estrada, con el gran Joaquín Cosío en el reparto, con el papel del “Cochiloco”-, son las únicas películas que han logrado desplazar a las de Jean Claude Van Damme del “top” cinéfilo en las comunidades y los campamentos zapatistas).

  Luego añadió: “necesitamos planear primero qué vamos a hacer con la noticia mala”.

  No se necesitaba mucho para adivinar que la noticia mala era el fracaso de la iniciativa.  Y no me refiero a que no tuviera éxito en sí, sino a que fuera rechazada por el CNI, quien, de aceptarla, se convertiría en el protagonista indiscutible de algo que habría de asombrar a México y al mundo.

  El Subcomandante Insurgente Moisés fue avanzando en los detalles.

  “Mira, lo primero que le va a preocupar al CNI es que los acusen de que traicionan su palabra, de que se van a meter a la mierda, que se van a desviar del camino, que están claudicando.  O sea que ya se dejaron convencer por el sistema y que quieren la paga, o sea el Poder, mandar, ser como los otros.  Que se rindieron, que se vendieron.  Esas críticas, pues de por sí las van a tener, pero estoy seguro de que tienen la cabeza y el pensamiento para responder cabal.  Pero el problema es que quién los va a escuchar.  Los van a atacar muy fuerte y no les darán la oportunidad siquiera de defenderse.

  Pero ahí les podemos echar la mano.  Si nosotros, o sea tú, se pone para recibir las críticas y los ataques, entonces el CNI podrá ver no sólo quiénes saltan, también podrá ver puntos a favor y en contra que no se podrían ver hasta que se hace público.  Todo eso les va a ayudar a decidir si sí o si no”.

  Siguió hablando.  Casi que hizo un retrato hablado de lo que ha pasado en las 4 últimas semanas.  Dijo quién iba a decir qué, quién se iba a poner en contra y por qué, cuál iba a ser el pensamiento del Mandón, quiénes se iban a confundir, quiénes se iban a esperanzar, quiénes iban a extender sus alas de buitres, y quiénes iban a apoyar con todo porque iban a entender cabal lo que se ponía en juego.

  Después de unas horas de preguntas y respuestas, le dije: “Pero para eso no es necesario que esté presente.  Bastarán algunos comunicados, tal vez alguna entrevista.  Los medios son así, pensarán que nada ha cambiado, que se puede hacer lo mismo.  Los de arriba, bueno, son tan predecibles que hasta dan flojera.  Saldrán con lo del protagonismo, la manipulación, el divisionismo.  Eso sí, se concentrarán en una persona, en eso tienes razón.  Pero, te repito, para eso no es necesario que asista.  Es más, son tan cuadrados que sin siquiera decir nada, irán en contra de mí”.

  “No”, dijo el SubMoy, “tienes que presentar la propuesta tú.  No sólo porque si te ven ahí pensarán que es tu maña y la contra va a caer redondita, también y sobre todo porque los compas del CNI tienen que entender que no es algo que sólo tenga que ver con los pueblos indígenas.  Es más grande, muy grande”.

  Entonces, después de encender otro cigarrillo, agregó:

  “Tan grande, o más, que el primero de enero de 1994”.

  No era nada despreciable la aseveración, sobre todo viniendo de quien venía.  El Subcomandante Insurgente Moisés no sólo es veterano de guerra, llegó al EZLN desde mucho antes del inicio de la guerra.  El primero de enero de 1994 le tocó asumir el mando de un regimiento y tomar la plaza de la cabecera municipal de Las Margaritas, al mismo tiempo que cargaba el cuerpo ya sin vida del Subcomandante Insurgente Pedro.  Años después, se encargó de las comunidades zapatistas.  El 26 de octubre del 2010 fue ascendido al grado de Subcomandante Insurgente, el más alto en la jerarquía militar del EZLN.  En el año de 2012, “el día del fin del mundo”, fue él quien organizó y coordinó la movilización silenciosa de más de 40 mil hombres, mujeres, niños y ancianos zapatistas que, en esa fecha, sorprendieron al mundo.  El 14 de febrero del 2013, asumió la vocería y jefatura del zapatismo.  Desde entonces, toda nuestra palabra pública, y cualquier iniciativa nacional o internacional, debe pasar por su aprobación.

  Y tuvo y tiene razón: el empeño es tan, pero tan terrible y maravilloso, que podría ser más grande que aquel primero de enero del año 1994 que nos marcó indeleblemente.

  “Aunque el CNI rechace la propuesta, con sólo ponerse a pensar, a discutir, a dialogar, ya no será igual, porque se pasará del “esto nos hacen” a “vamos a hacer algo”, y eso ya lleva a otro pensamiento”, siguió diciendo el Subcomandante Insurgente Moisés.

  “Y no estarán solos ni solas”, dijo casi al final, “además de nosotras y nosotros, tendrán de su lado las artes y las ciencias”.

  Antes de retirarme, le pregunté por qué el Congreso Nacional Indígena.  El Subcomandante Insurgente Moisés se levantó para acompañarme a la salida y me respondió:

  “Porque son los únicos que pueden hacer lo que nosotros no podemos”.

  Luego pasó lo que pasó.  El magisterio democrático refrendó su rebeldía, los pueblos originarios siguieron padeciendo golpes, despojos y desprecios, la Hidra siguió devorando mundos, y el CompArte estalló en colores, sonidos, formas y movimientos que no fueron sino el preludio de lo que vendría después: un temblor terrible y maravilloso.

  Todavía la víspera le pregunté al Subcomandante Insurgente Moisés si había algún cambio.  “De por sí como dijimos, prepárate para salir”, me respondió sin añadir más.

  Llegamos el día 9 de octubre al CIDECI, cuando la tarde ya colgaba sus ropas manchadas en árboles y casas.  Más tarde, cuando la noche ya era ama y señora del calendario y de la geografía, las delegaciones del CNI llegaron espaciadas.  No era corto el camino que debían recorrer para llegar.

  Habíamos seguido con atención todos y cada uno de los procesos en el seno del CNI, su palabra pública y privada.  El CNI es el único espacio donde los originarios pueden hacerse escuchar.  Sabíamos ya que, a la cuenta de asesinados, desaparecidos, encarcelados, golpeados, se sumarían ahora los cadáveres de territorios enteros.

  “Cuando un territorio de un pueblo, nación, tribu o barrio originario es despojado o destruido”, decía el Tata Grande, Juan Chávez Alonso, un indígena purépecha que fue maestro y guía del CNI y del EZLN, “entonces mueren con él los originarios que tiene en él raíz y casa.  Y cuando muere un pueblo originario, un mundo se apaga”.

  Sabíamos ya entonces que en las mesas de trabajo y las relatorías de ese congreso habría menos mundos.  No eran pocos los que llegarían a despedirse, aunque no lo supieran todavía.

  “Hay que empezar ya”, me dijo el Subcomandante Insurgente Moisés, “hay que compartir la carga”…



NACE UNA PROPUESTA

  El día 9 de octubre del 2016, ya noche, pedimos unas primeras reuniones con quienes iban llegando.  Nos reunimos en un apartado de las instalaciones del CIDECI-Unitierra.  La delegación zapatista se sentó frente a las delegadas y delegados del CNI que estaban llegando.   Permitan que les hable un poco de la delegación zapatista: eran 34, 17 mujeres y 17 varones; de ell@s, sólo 7 eran de “l@s viej@s”; el resto, 27, eran comandantas y comandantes que eran niñas y jóvenes cuando nos alzamos el primero de enero de 1994.

  Saludamos con un apretón de manos.  Tod@s se sentaron, menos el Subcomandante Insurgente Moisés y yo.  Él me hizo una señal.

  Empecé a hablar, tratando de recordar todo lo que habíamos hablado antes, explicando lo que, palabras más, palabras menos, habría de repetir al día siguiente, 10 de octubre, en la plenaria cerrada, y luego en la plenaria abierta del 13 de octubre:

  “Pensamos que tenemos que tomar una decisión como CNI y EZLN.  Tenemos que decidir si este Quinto Congreso es como otras reuniones, donde decimos nuestros dolores, platicamos de nuestras resistencias, nos quejamos, maldecimos al sistema, declaramos que no nos vamos a rendir, y nos vamos cada quien a su tierra a seguir llevando la cuenta de agresiones, despojos, injusticias, muertes.

  Nuestro dolor cada vez llega a menos personas.  Nuestras muertes no encuentran eco como antes.  Y no es que la gente de afuera se haya hecho cínica o apática.  Es que la guerra que padecemos desde hace tiempo como pueblos originarios, ya les llegó, ya está en sus calles, en sus casas, en sus escuelas, en sus lugares de trabajo.  Nuestros dolores son ya uno más entre muchos otros.  Y, aunque el dolor se extiende y se hace más hondo, estamos más solos que nunca antes.  Cada vez vamos a ser menos.

  Pronto el CNI no podrá reunirse porque no se pueda salir de sus territorios, sea por la paga, sea por el mal gobierno, sea por las empresas, sea por la delincuencia, sea porque la muerte natural o la muerte mala lo impidan.  En un tiempo más estaremos hablando sólo entre nosotros mismos, sabiendo ya lo que vamos a decir.

  Ustedes, delegadas y delegados al CNI, están aquí porque los mandataron, porque sus pueblos, naciones, tribus y barrios buscan apoyo, palabra y oído que les alivie y conforte.  Vienen a hablar y a escuchar.  Ustedes se deben a sus pueblos, a nadie más.  Todo está muy mal y, ustedes y nosotros los sabemos, se va a poner peor.  Tienen que hacer algo.”

  Les conté entonces una anécdota sucedida al finado Supmarcos cuando la otra campaña, hace 10 años.

  Contó él que, en una nación originaria en el noroeste de México, se reunió con un jefe indígena.  Como en otras veces, el finado fue criticado porque el dicho jefe había recibido antes a gobiernos institucionales.  El finado dijo que a él no lo habían mandado a juzgar y a condenar o absolver, sino que debía escuchar porque un día se iba a necesitar.  El jefe indígena lo recibió por aparte y en privado.

  Le dijo el jefe al finado: “Sé bien que no querían que te reunieras conmigo, que te presionaron para que no estuvieras aquí.  A mí también me presionaron para que no te recibiera.  No sé por qué estás aquí.  Me imagino que quienes te mandaron así te dijeron, que nos vieras y escucharas.  No lo sé.  Pero te voy a decir por qué te recibí.  Yo he recibido a los gobiernos.  Han venido de todos los colores y de todos los tamaños.  Llegan, se toman su foto, dicen unas palabras, se van, no vuelven.  Yo los he recibido porque mis anteriores me dijeron que mi deber era ver que mi gente, mi pueblo, no muriera, que sobreviviera.  Por eso los recibí a ésos, por eso te recibo a ti.  No creo que me traigas ni consejos ni enseñanzas, aunque es bueno que no busques foto y escuches en lugar de hablar.  A ésos los recibí porque pienso que así mi pueblo sobrevive un tiempo más y no muere.  Por eso te recibo a ti, porque creo que algo se verá de lo que somos y esa mirada, aunque sólo por poco tiempo, ayudará a mi pueblo a sobrevivir.”  El finado anotó todo en su cuaderno, por eso tenía cabal las palabras del jefe indígena.

  Después de esas palabras, el jefe quedó callado.  El finado pidió entonces permiso para hablarle.  El jefe le concedió la palabra.  El finado dijo, palabras más, palabras menos (no las anotó en el cuaderno porque no podía hablar y apuntar al mismo tiempo): “Gracias por recibirme.  Sólo tengo una pregunta: ¿no le preocupa haberse equivocado, es decir, que el recibir a los gobiernos o a mí, no le haya ayudado a su pueblo a no morir y sea juzgado como un mal jefe?”

  El jefe indígena esperó a ver si era toda la pregunta, luego respondió: “A mí sólo me puede juzgar mi propio pueblo.  Si mi pueblo me condena por eso que hice y hago, quiere decir que no me equivoqué.  Porque para que me juzgue y condene, mi pueblo tiene que haber sobrevivido.  Así que habré cumplido mi deber y daré buenas cuentas a los muertos, aunque los vivos me condenen”.

  Aquí termina la anécdota del difunto.  Seguí hablando:

  “Por eso ustedes tienen que tener claro a quién le deben.  Al EZLN no le deben nada.  Tampoco a la Sexta.  A nadie que no sean sus propios pueblos, a quienes representan, le deben nada.  Tienen que hacer algo, porque pronto para muchos no habrá nada y será demasiado tarde.”

  Les dijimos que tenían que hacer algo, que su deber era para con sus barrios, tribus, naciones y pueblos originarios, para con sus colectivos y organizaciones.

  Les dijimos que hicieran algo, lo que fuera; que, si lo veían necesario, se entraran en Morena (está en las grabaciones y lo pueden certificar las delegadas y delegados asistentes; fue la única vez que, por nuestra parte, se mencionó a quienes después, y antes que nadie, deslegitimaron y condenaron la propuesta, haciendo gala de estupidez, racismo, intolerancia, desprecio y franca esquizofrenia.  Sí, la primera opción que el zapatismo le presentó al CNI fue apoyar al Partido Movimiento de Regeneración Nacional).  O que entraran a cualquier otro partido político.  O que hicieran su propio partido político.

  Que en todo eso no los íbamos a seguir, pero íbamos a comprender por qué lo hacían y no tendrían, de parte nuestra, ni juicios ni condenas.

  Les dijimos que si les estorbaba la Sexta, que la dejaran.

  Que si les estorbaba el EZLN que cortaran la relación con nosotros.

  No necesito decirles que, a cada una de esas opciones, las delegadas y delegados hacían gestos como de estarse espantando moscas impertinentes.  Todas y todos se mantenían callados.  Seguí:

  “Hagan algo, eso u otra cosa.”

  Aquí voltee a ver al Subcomandante Insurgente Moisés.  Él hizo un gesto de que continuara:

  “Nosotros les venimos a proponer otra cosa: estamos golpeados, con muertes, desapariciones, secuestros, encarcelamientos, despojos, injusticias, territorios enteros destruidos y otros en vías de extinción.  Estamos acorralados, sin esperanzas, sin fuerzas, sin apoyos, débiles, agonizantes.  Para los políticos y los medios, aunque sean de izquierda o progresistas, no existimos.

  Así que nosotros, nosotras, zapatistas, pensamos que es el momento de pasar a la ofensiva.  Llegó la hora del contra ataque.  Y hay que empezar golpeando uno de los corazones del sistema: la política de arriba.

  Por eso les proponemos que el CNI forme una Junta de Gobierno Indígena (así se llamaba en nuestra propuesta original; ya en asamblea, y a propuesta de una delegación indígena magonista de Oaxaca, pasó a llamarse “Concejo Indígena de Gobierno”), un colectivo, formado por delegados del CNI, que aspire a gobernar el país.  Y que se presente a las elecciones presidenciales del 2018 con una mujer indígena del CNI como candidata independiente.”

  No, ante esa propuesta las delegadas y delegados no hicieron como si se espantaran un insecto molesto, sino que francamente se enojaron.  A algunos les molestó mucho (bueno, más bien se encabronaron).  Otros más dijeron que como chiste era muy malo, que no les daba risa sino dolor de estómago.  Pero la mayoría guardó silencio.

  Debo decirles que, en el modo de los originarios, el silencio no significa acuerdo, convencimiento o falta de argumentos.  Significa que escuchan y, ojo, piensan y analizan antes de hablar (sí, a más de un@ le haría mucho bien seguir ese método).

  ¿Por qué nos escucharon?  Porque nos consideramos hermanos y hermanas.  El respeto que nos tenemos mutuamente hizo que nos escucharan hasta el final.

  Y entendieron que no era una ocurrencia, sino una idea que podría llegar a ser una propuesta.  Y como tal empezaron a pensarla.

  Después de un alargado silencio, alguien inició diciendo algo como: “estoy pensando que así podríamos reconstruir el CNI, que la iniciativa le daría otra vez visibilidad a los indígenas.  Porque, hay que decirlo claro compas, no existimos para la clase política.  Ya ni como objeto de limosna nos mencionan.  Y creo que con esta propuesta no sólo podríamos encontrarnos con otros indígenas, también nos encontraríamos con mucha gente de abajo que está jodida.  Hay mucho descontento en todo el país, y no hay alternativa para los indígenas, y tampoco para los que no son indígenas.  Claro, la propuesta tiene varias cosas en contra que tenemos que analizar con seriedad”.

  Alguien más tomó la palabra y mencionó dos contras: el racismo que hay en la sociedad mexicana; y que los iban a criticar y atacar por buscar el Poder.  Ambos puntos en contra se repitieron en las valoraciones posteriores.  No, ni en esa reunión, ni en las subsiguientes, nadie mencionó como punto en contra que se acusara de querer “dividir a la izquierda”.

  Así fue como la idea empezó a dejar de ser sólo nuestra.  Así es como el CNI empezó a pensarla y a hacerla suya.  La palabra fue ensanchándose a más y más.  Pronto, todas las delegaciones estaban pensando, opinando, valorando.  La absurda idea empezaba a convertirse en una propuesta colectiva.

  En la asamblea plenaria cerrada del día 10 de octubre y en las mesas de trabajo del día 11, la palabra iba y venía.  Sin dejar de cumplir con el mandato que llevaban las delegaciones, el tema central dejó de ser la denuncia.  La posibilidad de pasar a la ofensiva se convirtió en lo más importante.  En las mesas de trabajo (fueron 4), a las que podían asistir como observadores, algun@s compas de la Sexta, cuando se tocaba el tema, se movían nerviosos en sus asientos, se miraban un@s a otr@s (no podían hablar, sólo escuchar), volteaban a ver a la delegación zapatista (nos habíamos repartido para cubrir las 4 mesas y tener así cabal el apunte de todas las denuncias y experiencias de las delegaciones del CNI).  Más de un@ se salió con molestia manifiesta.

  Un movimiento febril recorría reuniones grandes y pequeñas.  Quienes podían, llamaron por teléfono a sus pueblos contándoles lo que se discutía, pidiendo opiniones, pareceres.  Los pros y los contras eran analizados y discutidos.  Se hacían listas de unos y otros.  Se pesaban.  Se buscaba la respuesta a una pregunta: “¿Valdría la pena?”.

  La idea había ya dejado de ser del EZLN.  Era ya del Congreso Nacional Indígena.  En el corazón colectivo de los pueblos originarios crecía el eco de las palabras iniciales del Subcomandante Insurgente Moisés, a nombre de todas y todos los zapatistas:

 “Ahora es la hora del Congreso Nacional Indígena.  Que a su paso retiemble en su centro la tierra.  Que en su sueño se derroten el cinismo y la apatía.  Que en su palabra se levante la de quien no tiene voz.  Que en su mirada se ilumine la oscuridad.  Que en su oído encuentre casa el dolor de quien se piensa solo.  Que en su corazón encuentre consuelo y esperanza la desesperación.  Que con su desafío se asombre de nuevo el mundo”

-*-

  Pero faltaba lo que faltaba.

  Además de valorar los pros y los contras, para el CNI tenía que quedar claro cuál era el papel del zapatismo en esa iniciativa.

  Con la antelación debida, el Subcomandante Insurgente Moisés y el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, habían organizado una pequeña fiesta para homenajear al cumpleañero, el Congreso Nacional Indígena, que ese día 12 de octubre del 2016 llegaba a los 20 años de ser casa, oído, palabra y eco de los pueblos originarios de México.

  ¿El lugar?  El caracol de Oventik, en las montañas del sureste mexicano.

  Se recibió a las delegaciones del CNI conforme a los protocolos zapatistas para invitados especiales.  Claro, hubo un esfuerzo extra por honrar a esas visitas.  No todos los días se podía recibir a nuestros familiares más cercanos, a quienes tienen en común con los pueblos zapatistas la sangre, el dolor, la rabia, la resistencia y la rebeldía.  Es decir, la historia.

  Al principio no entendí por qué el Subcomandante Insurgente Moisés había dispuesto el acomodo de las delegaciones de esa forma: en el templete principal acomodó a las delegaciones del CNI, y enfrente puso una pequeña tarima donde se colocó la dirección zapatista, encabezada por él mismo.

  Yo pude ver todo porque me movía de un lado a otro, tratando de convencer a las compañeras y compañeros del CNI que podían subirse a las bancas para ver mejor.  “Es que traigo lodo en los zapatos y voy a manchar la banca”, argumentó una delegada.  “Compañera”, le dije, “aquí lo que sobra es lodo, así que no tengas pena”.

  El CNI nombró a una mujer indígena delegada para tomar la palabra en la ceremonia.  Habló el Comandante David para dar la bienvenida.  Luego habló la compañera del Congreso Nacional Indígena.  Ella habló como se habla entre familiares: con el corazón en la mano.  No voy a repetir sus palabras, ni las que luego el Subcomandante Insurgente Moisés dijo a nombre de todas y todos nosotras.  Ya se iba a retirar la compañera del CNI cuando el Subcomandante Insurgente Moisés le pidió que se quedara.

  Ahí quedó la compañera durante todo el acto, rodeada de la jefatura indígena zapatista, de frente a las delegaciones del Congreso Nacional Indígena.

  Entonces entendí.

  Yo miraba desde un costado, pero con la perspectiva visual de las delegaciones del CNI, quienes pudieron ver cómo una mujer, indígena como ellas y ellos, del Congreso Nacional Indígena como ellos y ellas, era acompañada por la máxima autoridad del EZLN, cubriéndola, protegiéndola, acompañándola, apoyándola, marcando lo que nos hacía diferentes, pero compañeras y compañeros.

  Fue así como, con ese símbolo, el Subcomandante Insurgente Moisés respondió a la pregunta que rondaba a las delegaciones del CNI desde el primer día: “¿Qué lugar iba a tener el EZLN en la iniciativa si se aprobaba?”

  Hubo después bailables, obras de teatro, canciones y poesías.

  Al final del acto, una compañía miliciana zapatista presentó un comunicado completo sin decir una palabra.

  ¿Después?  La comida: res y guajolote, a elegir, café y pozol.  Luego se retiraron.

  Al otro día, el 13 de octubre, fue la asamblea general resolutiva…



¿POR QUÉ?

  El 13 de octubre inició con buenos augurios: una de las mesas de trabajo no había terminado y la apertura de la asamblea plenaria se fue retrasando.  Después se inició con la presentación de las relatorías.  Sí, una de las mesas no había terminado de transcribir.  Siguió el retraso, como debe ser en cualquier decisión importante.  Oh, lo sé.  De balde lo decimos, si nosotros somos la actualización constante del software “la rebelión de los colgados”.

  Por indicaciones del Subcomandante Insurgente Moisés, en las tres asambleas plenarias (la cerrada, la de inauguración y la de cierre) la delegación zapatista se sentó hasta atrás, al fondo del auditorio del CIDECI-Unitierra.  Así quedaba claro de qué iba el asunto: era la hora del Congreso Nacional Indígena.

  Cuando al fin se llegó al tema de “Propuestas para el fortalecimiento del CNI”, el Subcomandante Insurgente Moisés pidió la palabra para la delegación zapatista.  Le fue concedida y el SubMoy pasó al frente.  Inició sus palabras más o menos así:

  “Me contaron una película, creo que se llama “La Ley de Herodes” (risas generales, menos mi mueca particular porque ya sabía lo que seguía).  Entonces en esa película que me contaron hay una parte donde el Vargas dice: traigo una noticia buena y una mala (más risas generales, más muecas particulares).  Entonces tenemos que ver cómo vamos a hacer con la noticia mala.  O sea, a quién le vamos a echar la culpa de que salió mal.  Entonces le voy a pedir al SupGaleano que pase a explicar la propuesta” (más risas generales, ya ninguna mueca particular).

  Pasé al frente.  Después de aclarar de que hacía con mucho gusto mi trabajo de “punching bag”, o de “plan alternativo”, y que para mí era un poderoso afrodisíaco el recibir críticas e insultos (bueno, lo dije en forma más prosaica, pero ése era el tenor), dije lo que tenía encomendado decir.  Lo haré de forma sintética, puesto que ya son varias cuartillas y, si usted ya ha llegado hasta ésta, merece un poco de consideración.  Además, ahora sabrá usted el por qué el ezetaelene hizo esa propuesta y por qué al CNI.

  Primero insistimos en que nuestra propuesta original era la de una mujer indígena, delegada del CNI, de sangre indígena, que hablara su lengua y conociera su cultura.  Y abrimos con esto porque lo referente a “una mujer” se había ido diluyendo en los conversatorios y mesas de trabajo.  Primero pasaron a decir “la candidata o candidato”, luego “el candidato o candidata”, luego sólo “el candidato”.

  Luego les recordamos que no se podía tomar una decisión ahí, en ese Quinto Congreso, porque era un compromiso desde su nacimiento, que el Congreso Nacional Indígena consultaba con quienes lo forman las propuestas que se presentaban en las reuniones.  Los siete principios obligaban al CNI a consultarse a sí mismo, según el modo de cada quien.

  Después les dijimos lo que creemos respecto a la iniciativa:

  Que el Concejo Indígena de Gobierno debería estar formado por delegados y delegadas de todos los colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos originarios organizados en el Congreso Nacional Indígena.

  Que no van a ganar porque el sistema electoral en México está hecho para beneficiar a los partidos políticos, no para la ciudadanía.

  Que, si ganan, no se los van a reconocer, porque el fraude no es una anomalía del sistema electoral mexicano, es su columna vertebral, su esencia.

  Que, si ganan y se los reconocen, no van a poder hacer nada trascendental, porque allá arriba no hay nada que hacer.  Las cuestiones fundamentales de la maltrecha nación mexicana no se deciden ni en el poder ejecutivo, ni en las cámaras legislativas, ni en el poder judicial.  El Mandón no tiene cargo visible y despacha en las catacumbas del Poder financiero internacional.

  Y que, no a pesar de todo lo anterior, sino precisamente por todo lo anterior, podían y debían hacerlo.

  Porque su acción iba a significar no sólo un testimonio de inconformidad, sino un desafío que seguramente encontraría eco en los muchos abajos que hay en México y en el mundo; que podría generarse un proceso de reorganización combativa no sólo de los pueblos originarios, también de obreros, campesinos, empleados, colonos, maestros, estudiantes, en fin, de toda esa gente cuyo silencio e inmovilidad no es sinónimo de apatía, sino de ausencia de convocatoria.

  En respuesta a lo que se había dicho de que era imposible, que había mucho en contra, que no se iba a ganar, les respondimos que, si nos hubiéramos encontrado el 31 de diciembre del 1993 y les hubiéramos dicho que, en unas horas, nos íbamos a alzar en armas, declarar la guerra al mal gobierno y atacar los cuarteles de la policía y el ejército, también nos hubieran dicho que era imposible, que había mucho en contra, que no se iba a ganar.

  Les dijimos que no importaba si ganaban o no la presidencia de la República, que lo que iba a importar era el desafío, la irreverencia, la insumisión, el quiebre total de la imagen del indígena objeto de la limosna y la lástima (imagen tan arraigada en la derecha y, quién lo dijera, también en la izquierda institucional del “cambio verdadero” y sus intelectuales orgánicos adictos al opio de las redes sociales), que su atrevimiento cimbraría al sistema político entero y que tendría ecos de esperanza no en uno, sino en muchos de los Méxicos de abajo… y del mundo.

  Les dijimos que la iniciativa estaba a tiempo para que, con toda libertad y responsabilidad, decidieran hasta dónde la llevaban, qué tan lejos llegaban.

  Les dijimos que podrían decidir en todo momento qué, porque era su paso, y que el destino que se marcaban rompería todos los esquemas, sobre todo los de quienes se creen y piensan vanguardia del cambio y la revolución.

  Les dijimos que, si estaban dispuestos a desafiar a una sociedad racista, deberían ir más allá y desafiar también a un sistema patriarcal y machista (no es lo mismo, se lo pueden aclarar quienes militan en la lucha feminista).

  Les dijimos que las comandantas zapatistas decían que ellas podían ver de apoyar a las compañeras que quedaran en el Concejo Indígena de Gobierno, y a la compañera que quedara como vocera y candidata, cuidando a sus hijos en comunidad.  Que los cuidaríamos bien, como si fueran propios.  Irían a la escuela autónoma para que no se retrasen en sus estudios, veríamos de que doctoras y doctores solidarios estuvieran pendientes de su salud.  Y que, si tenían animalitos, pues también los íbamos a cuidar.  Que las compañeras del CNI fueran sin pena a ese trabajo si así lo mandaba el acuerdo del CNI.

  Les dijimos que no se preocuparan si no saben hablar bien español.  Que el Peña Nieto tampoco sabe y ahí está.

  Les dijimos que podíamos reorientar nuestra economía de resistencia y hacer un llamado a personas, colectivos y organizaciones de México y el mundo, para conseguir la paga para moverse a donde fuera necesario.  Así podrían tener la libertad de renunciar a la paga económica institucional que el sistema da a las candidaturas independientes.

  Les dijimos que no sólo pensábamos que podían gobernar nuestro país que se llama México, también podían gobernar el mundo entero.

  Les dijimos que aprovecharan para hablar y escuchar a otros pueblos originarios, y a otros y otras que no son indígenas, pero que igual están sufriendo sin esperanza ni alternativa.

  Les dijimos que había cosas que nosotras, nosotros como zapatistas podíamos hacer y el CNI no.  Y que el CNI podía hacer cosas que nosotros, nosotras como zapatistas no podíamos hacer.

  Les dijimos que ellas, ellos, el colectivo que se nombra Congreso Nacional Indígena, podía hacer lo que nadie más (incluyendo al zapatismo) podía hacer: unir.  Porque un movimiento legítimo, como el de los pueblos originarios, puede y debe ser un punto de unión entre los diferentes pero iguales en empeño.

  Pero no “unir” bajo una sigla, una jerarquía, una lista de siglas reales o suplantadas.  No.  Unir como punto de confluencia, ser el asidero donde las diferencias y rivalidades encuentran punto común, donde coinciden.  La tierra, pues.  Y para ello quién mejor que quienes son el color que son de la tierra.

  Les dijimos que, en torno a ese Concejo y a esa mujer indígena, podía generarse un gran movimiento que cimbrara el sistema político entero.

  Un movimiento donde confluyeran todos los abajos.

  Un movimiento que haría retemblar en sus centros la tierra.

  Sí, ya en plural, porque son muchos los mundos que en la tierra yacen y aguardan una buena sacudida para nacerse.

  Les dijimos que tal vez, entonces, no importará si se juntan o no las firmas, si sale o no la paga para moverse, si se obtiene o no el registro de la candidata, si se presentan o no las otras candidaturas a debatir, si se participa o no en las elecciones, si se gana o no, si se reconoce o no el triunfo, si se puede o no algo hacer allá arriba.

  Y no iba a importar porque serían otros los problemas, otras las preguntas, otras las respuestas.

  Les dijimos que no les íbamos a heredar nuestras fobias y filias, que respetaríamos sus decisiones, sus pasos, sus caminos.

  Les dijimos que, como zapatistas, seríamos una fuerza más entre las que seguramente habrían de sentirse convocadas por su desafío.

  Y les dijimos lo más importante que habíamos ido a decirles: que estábamos dispuestos a apoyar con toda nuestra fuerza.

  Que íbamos a apoyar con todo lo que tenemos, que, aunque poco, es lo que somos.

-*-

  Siguieron las participaciones, todas ya en el sentido de hacer propia del CNI la propuesta.  Alguno que otro pidiendo que ya se decidiera ahí mismo.  La inmensa mayoría señalando que había que consultar.

  La comisión relatora nos pasó una copia del proyecto de resolutivo.

  Instintivamente tomé un lapicero para agregar comas, y puntos.

  El Subcomandante Insurgente Moisés me detuvo y murmuró:

  “No, ya esa palabra es de ellas y ellos.  Es grande esa palabra, más grande que nosotros, nosotras, zapatistas.  Como decía el finado: somos los más pequeños, nos toca hacernos a un lado y esperar…”



LA CONSULTA INTERNA ZAPATISTA.

  Podríamos darles los resultados y ya.  Pero creemos que tal vez les ayude a entender, y entendernos, si les platicamos cómo fue el proceso.

  Desde el día 15 de octubre del 2016, la delegación zapatista al Quinto Congreso del Congreso Nacional Indígena, junto con la CG-CCRI del EZLN, se dieron a la tarea de organizar la consulta interna para conocer la opinión y decisión de las bases de apoyo zapatistas sobre la propuesta central.

  La consulta interna la hicimos en todas y cada una de las comunidades, colectivos, regiones y zonas zapatistas.  También incluimos en la consulta a las compañeras, compañeros, hermanos y hermanas de la ciudad, que participan en diversos equipos de apoyo de la Comisión Sexta del EZLN.  No se incluyó en la consulta a las tropas insurgentes zapatistas porque no es nuestro trabajo tomar ese tipo de decisiones.

  La consulta la hicimos según nuestro modo, siguiendo una guía que realizó el Subcomandante Insurgente Moisés, la mañana del día 14 de octubre del 2016, antes de que se hiciera público el texto “Que retiemble en sus centros la tierra”:

1.- Información. –  O sea que, en cada comunidad, colectivo, región y zona, primero se informó lo que se dijo en esos días del mes de octubre del 2016.  Se informó de los dolores de nuestros hermanos pueblos del Congreso Nacional Indígena, de todas las maldades que les hacen por los capitalistas, que explotan, reprimen, desprecian y roban a los pueblos originarios, de cómo están matando pueblos enteros.  Pero no sólo, también informamos de cómo se organizan y resisten contra esa política de muerte y destrucción.  Para este informe usamos la relatoría que hizo la comisión provisional del CNI, el documento que se hizo que se llama “Que retiemble en sus centros la tierra”, y el resumen y los apuntes que tomó la delegación zapatista a esa primera etapa del Quinto Congreso del CNI.

  Este punto es muy importante, porque es aquí donde convertimos a nuestras hermanas y hermanos, compañeros y compañeras, en oído y corazón para los dolores y resistencia de otros que son como nosotros en otras partes.  Es muy importante y urgente este punto porque si no nos escuchamos entre nosotros, pues menos nos van a escuchar otras personas.

2.- La propuesta. – Se dijo y se explicó cuál es la propuesta: que el Congreso Nacional Indígena nombre un Concejo Indígena de Gobierno (que es como una Junta de Buen Gobierno, pero nacional o sea en todo México), formado por representantes mujeres y hombres de cada uno de los colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos que están organizados en el Congreso Nacional Indígena.  O sea que este Concejo está formado por indígenas, y ellas y ellos son los que van a gobernar el país.

  Ese Concejo Indígena de Gobierno es colectivo, o sea que no una persona manda, sino que entre todas y todos hacen sus acuerdos para gobernar.  Ese Concejo Indígena de Gobierno no hace lo que se le ocurre, sino que toma en cuenta lo que dicen los pueblos de todo México, indígenas y no indígenas.

  O sea que ese Concejo tiene los 7 principios del Mandar Obedeciendo: servir y no servirse; representar y no suplantar; construir y no destruir; obedecer y no mandar; proponer y no imponer; convencer y no vencer; bajar y no subir.

  Ese Concejo Indígena de Gobierno tiene como voz a una mujer indígena del CNI (no del EZLN), o sea que tiene sangre indígena, que habla su lengua originaria y conoce su cultura.  O sea que tiene como vocera a una mujer indígena del CNI.

  Esa mujer indígena del CNI es la que se presenta como candidata a la presidencia de México en 2018.  Como no se puede que se ponen todos los nombres de quienes son del Concejo Indígena de Gobierno, porque puede haber confusión, entonces el nombre que se pone es el de la vocera del Concejo.  No es que esa mujer indígena está en un partido político, sino que es candidata independiente.  Así se dice cuando alguien está en una elección, pero no pertenece a un partido político.

  Entonces, ese Concejo Indígena de Gobierno, junto con la mujer indígena del CNI, se ponen a recorrer todo lo que se pueda de México y el mundo para explicar cómo está la situación en que estamos por culpa del sistema capitalista, que explota, reprime, roba y desprecia a la gente de abajo, a los pobres del campo y de la ciudad, y que además ya está destruyendo la naturaleza o sea que está matando al mundo en que vivimos.

  Ese Concejo Indígena de Gobierno va a tratar de hablar y escuchar a todos los indígenas de México mero en sus pueblos, regiones, zonas, estados, para convencerlos de que se organicen, de que no se dejen, de que resistan y de que se gobiernen ellos mismos, así como de por sí hacemos como zapatistas que somos, que nadie nos dice cómo o qué tenemos que hacer, sino que mismos pueblos deciden y mandan.

  Ese Concejo Indígena de Gobierno también va a tratar de hablar y escuchar a quienes no son indígenas, pero que también son explotados, reprimidos, robados y despreciados en México y el mundo.  Igual les va a llevar un mensaje de organización y lucha, de resistencia y rebeldía, según su modo de cada quien, según su calendario y su geografía.

  Para que esa mujer indígena, delegada del CNI, sea reconocida como candidata por las leyes mexicanas tiene que juntar casi un millón de firmas de personas con credencial de elector.  Si las junta y están cabal las firmas, entonces sí la reconocen como que es candidata independiente para presidenta de México, y se pone su nombre para que, en el año 2018, la gente vota o no, según su pensamiento de cada quien.  Entonces se trata de que el Concejo Indígena de Gobierno y la vocera indígena, recorren México y donde haya personas mexicanas para conseguir las firmas para registrar.  Luego otra vuelta de recorrido para que la apoyen y votan por la indígena del CNI.

  Como zapatistas pensamos que, cuando hacen ese recorrido el Concejo Indígena de Gobierno y su vocera, van a conocer muchos dolores y rabias que hay en México y el mundo.  Dolores y rabias de personas indígenas, pero también de personas que no son indígenas, pero que también sufren, pero resisten.

  Entonces eso es lo que se quiere.  No se busca que una mujer indígena del CNI sea presidenta, sino que lo que se quiere es llevar un mensaje de lucha y organización a los pobres del campo y de la ciudad de México y del mundo.  No es que tomamos en cuenta de que, si se juntan las firmas o se gana la elección, es que sale bien.  Sino que sale bien si se puede hablar y escuchar a quienes nadie habla ni escucha. Ahí vamos a ver si sale bien o no, si es que mucha gente va a agarrar fuerza y esperanza para organizarse, resistir y rebelarse.

  ¿Hasta dónde se llega?  Es hasta donde lo decida el Congreso Nacional Indígena.

– Luego se dijeron y se explicaron los puntos en contra de esa propuesta. Por ejemplo:
.- nos van a criticar como zapatistas que somos, porque dijimos que no luchamos por el Poder y ya queremos tener el Poder.

.- nos van a criticar que traicionamos nuestra palabra que no queremos cargo.

.- nos van a criticar que hablamos mal de los partidos políticos pero que vamos a hacer igual que eso que criticamos.

.- nos van a acusar que estamos apoyando al partido PRI porque vamos a dividir los votos para la izquierda y así gana la derecha.

.- nos van a criticar de que las mujeres indígenas no tienen educación y no saben hablar la castilla.

.- nos van a despreciar que los indígenas no tenemos buen pensamiento para gobernar.

.- nos van a burlar mucho y a mal hablar de nosotras y nosotros como indígenas que somos.

  (Ojo racistas y machistas: antes de que iniciaran sus ataques, los indígenas zapatistas ya sabíamos lo que iban a decir ustedes.  Y eso que nosotras, nosotros, somos los tontos e ignorantes, y ustedes son los muy inteligentes y sabios).

  En las asambleas participaron las compañeras y compañeros diciendo de otras cosas que pueden ser puntos en contra.

  Por ejemplo, dijeron de la seguridad, que los gobiernos pueden hacer un ataque contra el Congreso Nacional Indígena y la candidata para que no gana; que los malos gobiernos pueden atacarnos a las comunidades zapatistas para que no apoyamos al CNI; que se hace trampa para que no avanza su lucha del CNI porque de por sí los malos gobiernos son mañosos y traicioneros; que se van a llegar los zopilotes políticos para ver qué sacan de ganancia individual de su lucha de los pueblos indígenas; que hay quien va a querer llevar la lucha de los pueblos indígenas por otro camino; y otras cosas.

4.- Luego se dijeron los puntos a favor de esa propuesta.  Por ejemplo:

.- sirve para que la sociedad mexicana vuelva a ver y escuchar a los pueblos indios de México, que ahora ya ni los mencionan.

.- sirve para que se puede escuchar y hablar con indígenas de todo México que no están organizados y los están destruyendo por los malditos capitalistas.

.- sirve para que los indígenas vuelvan a tener orgullo y honor de ser indígenas, de su color, su lengua, su cultura, su arte, su historia.

.- sirve para que las mujeres indígenas se levanten con su propia voz y se organicen, así como se han levantado y organizado las mujeres zapatistas.

.- sirve para explicar a la gente de abajo de toda la destrucción y mal que están haciendo los malditos capitalistas.

.- sirve al Congreso Nacional Indígena para que se conoce cómo es su modo del CNI y más pueblos, naciones, tribus y barrios indígenas se entran en el CNI y se conocen entre sí como indígenas y ven sus dolores y sus fuerzas.

.- sirve como zapatistas que somos porque así podemos apoyar a nuestros hermanos y hermanas indígenas de otras partes, para que siguen su lucha y pueden vivir con libertad y dignidad.

.- sirve para los pueblos zapatistas porque así más gente conoce cómo es nuestra historia de lucha y cómo nos hemos organizado, y se animan.

.- sirve para los pueblos zapatistas porque así aprendemos a organizarnos ya no sólo para ayudarnos entre nosotros, sino que también organizarnos para apoyar a otros que luchan, como hicimos con los maestros democráticos.

5.- Luego se pasó a pensar si esa propuesta le sirve al Congreso Nacional Indígena o no le sirve.

6.- Después se pasó a pensar si esta idea nos sirve como zapatistas que somos o no nos sirve.

7.- Luego se pasó a discutir si sí apoyamos o no apoyamos esa propuesta y, si sale que sí, cómo no podemos apoyar como zapatistas que somos; y luego cómo sí podemos apoyar como zapatistas que somos.

  Por ejemplo, no podemos apoyar con las firmas porque de por sí los zapatistas no usan credencial de elector; tampoco podemos ser candidatas o candidatos porque como zapatistas no luchamos por el Poder; no podemos votar porque no usamos ese modo de votar de poner un papel en una caja, sino que tomamos nuestros acuerdos en asambleas donde todos participan y dicen su palabra.

  Pero sí podemos apoyar de otras formas, por ejemplo: podemos apoyar explicando esa buena idea y convenciendo a los que sí usan la credencial, que la usan para apoyar a la mujer indígena del CNI; podemos hablar con la gente de la ciudad que nos apoya como zapatistas para que también apoyen al Concejo Indígena de Gobierno; podemos organizarnos como colectivos y gobiernos autónomos para conseguir algo de paga para apoyar al CNI y que pueda viajar a todos lados que necesita; podemos hablar y convencer a gente de la ciudad para que también se organiza para conseguir paga para el CNI; podemos explicar en México y el mundo cómo es que hacemos para gobernarnos nosotros mismos y así vea la gente de buen pensamiento que como indígenas sí sabemos gobernar.

-*-

  Y, bueno, también se les informó a todos los pueblos otro de los acuerdos del Quinto Congreso: que es que si, en la consulta zapatista interna (y en la de cualquier colectivo, organización, barrio, tribu, nación y pueblo originario del CNI) sale como resultado que no se apoya la propuesta, que es mala idea y no se está de acuerdo, entonces el Congreso Nacional Indígena respeta esa decisión, aunque la mayoría diga que sí apoya.  Es decir, se sigue tomando en cuenta como parte del CNI.  O sea que no es fuerza que, quien no está de acuerdo, tiene que hacer lo que decida la mayoría.  O sea que se respeta la autonomía, los modos de cada quien.

  Igual como se hace en las comunidades indígenas zapatistas, no es que vamos a ver mal o a sacar de zapatista a quien piense diferente, sino que vamos a respetar y tomar en cuenta.  Como es en nuestras asambleas comunitarias, que no porque alguien está pensando en contra de lo que dice la mayoría, lo sacamos, sino que sigue.

  Como se puede ver, la consulta interna se enfocó a si se apoyaba o no lo que resultara de la consulta del CNI.  Estos son los resultados:

  Se consultaron varias decenas de miles de hombres y mujeres zapatistas.  De ellas y ellos, la inmensa mayoría se manifestó por apoyar la decisión a la que llegue el CNI en la medida de nuestras posibilidades.  Se manifestaron en contra 52 compas (26 compañeras y 26 compañeros).  Se manifestaron como “no sé”, o “indecisos”, 65 compas (36 compañeras y 29 compañeros).  Las razones que dieron quienes se manifestaron en contra son diversas: desde el compa que dijo “yo voy a votar en contra para ver si es cierto que me respetan y no me sacan de zapatista”; hasta quienes argumentaron que no iban a estar en su pueblo y no querían comprometerse porque no iban a poder cumplir el trabajo que saliera.  Quienes se manifestaron indecisos dijeron, entre otras cosas, que de balde se decide si todavía no se sabe qué va a decir el CNI, que qué tal que dicen que sí apoyan y el CNI dice que no hace.



¿QUÉ ESPERAR?

Compas:

  Ya, ésta es la última parte.  Gracias a quienes llegaron hasta estas líneas… ¿eh?… sí, claro, quedan pendientes… sí… dudas, claro… preguntas, por supuesto…, ¿qué?… ¿cuál va a ser el resultado de la consulta del CNI?… ¿Quieren un spoiler?…  ok, ok, ok, dejen pregunto…  Ya… que les diga la verdad, así que va:

  Les somos sinceros: no tenemos ni la más remota idea.

  Y es en serio.

  Ya hemos visto antes cómo una propuesta se va modelando con el trabajo de la palabra en el modo de los originarios.  Como si una idea no fuera más que una masa deforme de barro y fueran manos colectivas las que le van dando forma, tamaño, color, destino.

  Así que, al igual que ustedes, estamos esperando.

  Aunque, cierto, nosotros, nosotras zapatistas, no esperamos lo mismo que ustedes.

  Ustedes, creemos, están esperando cuál es el resultado y todo lo de ahí se va a derivar.

  Nosotras, nosotros zapatistas estamos esperando lo que va a ocurrir luego, el día después.  Y preparándonos ya para ese calendario.



Desde las montañas del Sureste Mexicano.



Subcomandante Insurgente Moisés.   Subcomandante Insurgente Galeano.

México, noviembre del 2016.



Del cuaderno de Apuntes del Gato-Perro.

  No crean que no me he preparado para el caso en que, en la consulta del CNI, sale que se rechaza la propuesta.  No, no me preocupa.  He tomado mis providencias.  Por ejemplo: ya tengo un certificado médico de que estoy en lista de espera para una operación de cambio de sexo, así como un trámite de adopción con una familia indígena zapatista.  Así podrán decir que todo era una jugada para ser yo el candidato… ok, ok, ok, la candidata a la presidencia de la República.

  Ah, mi perversidad es sublime ¿no?

  Claro, con esa salida se me arruinará la correspondencia femenina.   Oh, esperen, ya no hay correspondencia, ni femenina ni no femenina.  Ah, si tuviera redes sociales me haría varias cuentas alternas (no se hagan, de por sí así hacen) y me auto daba rt, follow y like, y también me auto troleaba, para que se viera que todo es f-i-d-e-d-i-g-n-o.  ¿Cuántas cuentas alternas se pueden sacar como límite?  No se hagan, seguro que ya lo investigaron.

  En fin, ya se me ocurrirá algo.

  Ahora que, si sale que se aprueba, pues habrá que chambearle para conseguir paga.  Entonces me pondré en contacto con loas compañeroas de la Brigada Callejera, que me aparten una esquina en La Meche.  Ni modo, la calle es de quien la talonea.  Estoy seguro que mi pancita causará furor… ¿eh?… ok, ok, ok, mi panza… ¿qué?… bueno pues, mi panzota… ¿no les digo?, si de que son maloras, son.



El SupGaleano reventando varias fajas.

(no, gracias, de veras, no, no necesito que alguien me venga a fajar… voooi, oigan, de plano enseñan el cobre, oigan, puro albur sesentero, oigan, por eso no loas quieren los bien portados, oigan… ¿eh?… ¿un reality show para conseguir paga?… ¿con Trump, Macri, Temer, Putin y Rajoy intercambiando nudes?… mta magre… ya no vean esa televisión… mejor series de TV en producción alternativa…sí, en los puestos de eje central ya está la nueva temporada de Games of Thrones… sí, resulta que el Tyrion y el Snow son parientes con la Dayanaris… como se diga, pues… sí, un dragón para cada quien, un mensaje de equidad… sí, en el nuevo escudo se unen el león, el lobo y el dragón… bueno, sí, una versión de la Hidra… sí, como si unieras al gran capital financiero, con el industrial y el comercial… sí, el sistema se recompone y todos los de arriba contentos, y los de abajo pues a la chinga… sí, pero están viendo un final alternativo… sí, cuando toda la banda está agarrando la jarra para celebrar no sé qué, llega una mujer indígena, se caga en el trono de hierro y con un soplete lo derrite … bueno, están viendo si le quitan el soplete y le dan una caja de cerillos, para que tarde, el suspenso pues… sí, chance y otra temporada, depende de cuántos cerillos le lleve… sí, ahí acaba… pues por el Brexit ése, los costos se fueron a las nubes.  Y ahora con el Trump, pues peor… ¿Qué? ¿que no haga spoilers?  Oh, pues, para qué me invitan si ya saben cómo soy).

Doy fe.


Miau-guau.