martes, 7 de agosto de 2007

Guadalupe Loaeza / Cáncer en Oaxaca

Guadalupe Loaeza

(7 agosto 2007).- En lo que se refiere a derechos humanos, nuestro país está enfermo; padece de "un cáncer con raíces largas". Aunque las y los mexicanos ya lo sabemos, resulta muy doloroso que una organización tan importante como Amnistía Internacional (AI) (que ha ganado el Premio Nobel de la Paz) venga a confirmárnoslo en la persona de su secretaria general, Irene Khan. La activista originaria de Bangladesh reiteró que existen fallas sistemáticas en la justicia mexicana, pues en México se percibe una y otra vez la incapacidad de procurar justicia por parte de las autoridades y, por ende, se propicia la impunidad. Esto también ya lo sabemos; sabemos que nuestra impunidad también es como un cáncer que requiere ser abatido. Sabemos que ya sea en Ciudad Juárez o en Guerrero, Yucatán o Atenco, o en cualquier otro lugar de México, las historias contra los derechos humanos son muy semejantes: "el fracaso en obtener justicia por violaciones a los derechos humanos, frecuentemente una negación de parte del Estado y, en muchos casos, la colusión de las autoridades", dijo Khan, egresada de la Harvard Law School, cuya experiencia data de 1979, año en que empezó su labor como activista en la Comisión Internacional de Juristas.

Antes de que vinieran Irene Khan y la comitiva de Amnistía Internacional a nuestro país para realizar una gira de trabajo (especialmente por Oaxaca) y de que escuchara 12 testimonios de los familiares de los desaparecidos durante la "guerra sucia", así como el de la periodista Lydia Cacho, ya sabíamos de la responsabilidad que tiene el gobierno de Ulises Ruiz en relación a las violaciones cometidas a los oaxaqueños. Ya sabíamos de sus humillaciones y de lo abandonados que se encuentran respecto a las autoridades de su estado. Entonces, si ya lo sabemos, ¿por qué tenemos que esperar que Amnistía Internacional venga a recordárnoslo? ¿Por qué si existen estas violaciones a los derechos humanos documentados en Oaxaca entre julio del 2006 y abril del 2007 no sabemos de ningún tipo de averiguación seria? ¿Por qué esperar hasta que AI redacte un informe titulado "Oaxaca: Clamor por la Justicia", en donde se manifiesta que 18 personas han muerto violentamente en Oaxaca y en donde se habla de uso excesivo de la fuerza pública, detención arbitraria, malos tratos y tortura, amenazas, hostigamiento y violaciones? ¿Acaso no es evidente para todo el mundo que estas fallas del sistema tienden a afectar más a la sociedad más marginada: los pobres, los indígenas y las mujeres? ¿Por qué México tiene que pasar ante los ojos de todo el mundo como el país en donde se violan las garantías individuales sin que nadie se responsabilice? ¿Cómo se podrían impedir nuevas violaciones si la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no ha investigado todos estos abusos no obstante saben que participaron funcionarios y empleados de instituciones municipales, estatales y federales? En este aspecto, mi país me da vergüenza y me pregunto, ¿cómo diablos podríamos extirpar este terrible cáncer con raíces tan largas, si allí sigue Ulises Ruiz?

El pasado 31 de julio, Irene Khan presentó su informe a funcionarios del gobierno estatal. El patán del gobernador Ulises Ruiz no nada más llegó tarde a la cita, sino que se atrevió a decir que el reporte del organismo internacional había sido escrito por consejeros de la APPO, "Nosotros no compartimos el informe de Amnistía Internacional. Quienes escriben el informe, incluso son consejeros de la APPO... Mi impresión es que está muy parcializada la información. No hay conflicto en Oaxaca -afirmó-, éste culminó el año pasado con las negociaciones políticas y económicas con el magisterio oaxaqueño, aunque sigan con inconformes de la APPO", dijo con toda su ignorancia e irresponsabilidad. Seguramente el gobernador ignora que personal de Amnistía ha visitado Oaxaca en cuatro ocasiones, y que en ellas se ha entrevistado con sectores amplios de la población, incluyendo representantes del estado.

Es evidente que su actitud decepcionó terriblemente a Khan y lamentó que el gobernador haya tomado con tan poca seriedad el trabajo de Amnistía. "La reputación de AI habla por sí misma, nuestra organización ha ganado ya un Premio Nobel de la Paz. Queremos dejar en claro que quienes redactan nuestros informes son relatores que se encuentran en la sede de Londres", destacó.

¿Por qué se habrá puesto tan nervioso Ulises con el reporte de Khan? ¿Por qué lo habrá descalificado con esa vehemencia? ¿Será por machista? ¿De qué tendrá tanto miedo? Lo que es un hecho es que Ulises Ruiz es el cáncer de Oaxaca.

La que ciertamente no tiene un ápice de temor es Irene Khan. Hace unos días participó en un chat organizado por nuestro periódico (reforma.com) en donde la abogada consideró que la administración de Ulises Ruiz no ha hecho nada para proteger a la ciudadanía oaxaqueña. Incluso, durante la plática con los ciberlectores, se refirió a las acciones de la APPO cuando afectaron a miles de niños al no poder asistir a la escuela, al uso de armas y a la quema de edificios: "No estamos diciendo que todos los abusos han sido cometidos por las autoridades, pero la mejor manera es investigar de forma independiente e imparcial, y determinar qué es lo que está pasando... al promover los derechos humanos queremos promover la estabilidad y seguridad para todos los oaxaqueños", sostuvo.

¿Por qué los afectados por violaciones a sus derechos humanos terminan siempre acudiendo a las instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos? Porque en su país se les niega la justicia, como es el caso de Aurora Cortina, a quien hace un año le fue admitido su asunto por el que fue cesada del Tribunal Fiscal que fundó su padre, Alfonso Cortina, por haber escrito un artículo en que proponía la creación de una carrera judicial y el Consejo de Judicatura. Hay que decir que estas reformas ya están incorporadas en la ley orgánica del tribunal faltando únicamente su promulgación por el presidente de la República. Si el Estado mexicano no llega a una negociación con la Comisión Interamericana para que Aurora sea reintegrada a su antiguo puesto, el gobierno de México se verá en la vergonzosa situación de que la comisión dicte una resolución en su contra. Ésta es la primera vez que un tribunal mexicano está demandado ante un tribunal internacional.

Es muy penoso que estas dos instancias internacionales, la de la Comisión Interamericana y la de Amnistía, sean las que tienen que corregir las violaciones a nuestros derechos humanos. Por eso insisto en decir que en este aspecto, mi país me da vergüenza y mucha pena por su "cáncer con raíces largas...".


Correo electrónico: gloaeza@yahoo.com

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