Hay autores materiales y autores intelectuales en esta historia”, acusa Carmen Aristegui, al relatar los acontecimientos que condujeron a su salida de la W Radio, destaca la edición 1628 de Proceso.
En entrevista, dice que los “autores intelectuales” del silenciamiento de su espacio informativo son directivos de Televisa, integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, concesionarios descontentos con su actitud ante la reforma electoral y funcionarios de Comunicación de Los Pinos, desde donde se le hizo saber que su noticiero “no era un espacio deseable para la Presidencia de la República”.
Para ella, hubo una estrategia de “acoso gradual” en contra de su trabajo informativo desde 2006 hasta su salida, el viernes 4: la interrupción abrupta de las transmisiones a través de Sky por “fallas técnicas”; las quejas de directivos de Televisa hacia Raúl Rodríguez, exdirector de W Radio, por la cobertura frente a la “Ley Televisa”; el enojo de un sector empresarial por el seguimiento puntual de las acusaciones al cardenal Norberto Rivera; la incomodidad del Ejército y de grupos de poder por su cobertura de los casos de Lydia Cacho y Ernestina Ascencio, entre otros.
La periodista reconoce que a la llegada de Javier Mérida, del Grupo Prisa, como director de W Radio y del nombramiento de Daniel Moreno como responsable de los noticieros “se comienza a ir modificando el esquema de dirección editorial” en la estación.
La comunicadora, cuya trayectoria fue reconocida en noviembre de 2006 con el Premio Ondas, otorgado por el Grupo PRISA a los periodistas más destacados del grupo, le revira ahora al consorcio español:“Me pregunto si PRISA se atrevería a hacer algo así en los espacios que tiene en España”, dice en el número 1629 de Proceso.
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