miércoles, 23 de enero de 2008

Plaza Pública - Foro Social Mundial

Miguel Angel Granados Chapa

Foro Social Mundial

Treinta años después de iniciado el Foro Económico Mundial en Davos, y simultáneamente con un intento de descentralización de esa reunión global, consumado en Cancún, se reunió en Porto Alegre por primera vez el Foro Social Mundial. Su propósito, subrayado en su nombre, era ofrecer una visión más cabal sobre los problemas de la globalización que la prevaleciente entre los dueños y dirigentes de la economía del mundo en los Alpes suizos. Después de reunirse cuatro veces en la ciudad del sur brasileño donde nació, el Foro Social Mundial se ha efectuado en la India y en Kenia. En Mumbai y en Nairobi (así como en las sedes regionales de Barnako y Karachi) la reunión de miles de personas pertenecientes a cientos de organizaciones de creyentes en que “otro mundo es posible” practicó directamente su fundamento de que no pueden ser excluidos del desarrollo dos tercios de la humanidad. Ahora el Foro se realiza en varias sedes, México incluido. Mientras que en Davos la reunión se inicia hoy, en México el Foro Social comenzó ayer, con una conferencia del ex rector de la Universidad Nacional Pablo González Casanova sobre dónde está y a dónde va el capitalismo en el siglo XXI. Y así como en otros años el Foro ha tenido presencias foráneas atractivas como Noam Chomsky y el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, a México vendrá el economista canadiense Michel Chossoudovsky, uno de los más agudos críticos de la globalización perniciosa, o de los aspectos nocivos de esa mundialización a la que se oponen los organizadores y participantes de la magna reunión que a partir de ayer sesiona en carpas instaladas en el Zócalo, donde comparte espacio con el museo nómada del fotógrafo Colbert. “Siendo el evento político de mayores dimensiones de la sociedad civil a nivel internacional –dicen sus organizadores—y de acuerdo con la Carta de Porto Alegre, el Foro Social Mundial decide y orienta sus acciones con base en la participación horizontal y democrática de los distintos movimientos, organizaciones y frentes sociales, y lo hace en forma independiente de partidos políticos, gobiernos y organismos oficiales internacionales”.

Los participantes en la versión mexicana del foro dedicarán su atención a seis “ejes” referidos a: Militarismo, represión y derechos humanos; Migración, racismo e interculturalidad; Tierra, indígenas y autonomías; Despojo de los bienes públicos y economía solidaria; Expropiación del ecosistema global y organización autosustentable; y Crisis civilizatoria y fin del modelo neoliberal.

Ese temario fue elegido a partir de motivos como los siguientes: “Los días turbulentos, críticos, que hoy vive la patria mexicana para la mayor parte de sus hijos –al igual que muchas otras patrias en el mundo—nos obligan a buscar a nuestros pares y destacar las coincidencias fundamentales de nuestras condiciones de vida: sin trabajo, sin pan y sin tortilla, sin esperanza cierta, sin futuro, los millones y millones de mujeres y hombres de todo el mundo sometidos a la humillación y a la ofensa, a la discriminación y a la explotación por parte de unos cuantos depredadores capitalistas e imperialistas, descendientes y herederos de antiguos y nuevos colonizadores, esclavistas y encomenderos, tenemos algo en común: la necesidad de justicia, de liberación, de igualdad y de bienestar compartidos. “Ante las amenazas de destrucción del planeta, ante la apropiación y depredación sin límites de la tierra por la imposición de un sistema-mundo-capitalista que nos ha llevado a una ‘crisis civilizatoria’ de grandes proporciones, no podemos responder más que de una manera, una manera que es mil maneras, millones de maneras: la conciencia y acción común y solidaria de miles y millones de mujeres y hombres dispuestos a salvar a la madre tierra”. El foro, que fue inaugurado en su vastedad ayer, incluye sustantivamente un Encuentro de movimientos, organizaciones y luchas sociales que comienza hoy. También se inserta en su contexto la exposición fotográfica titulada Otro mundo es posible, abierta desde el 16 de enero en la Alameda Central. Y ayer partió de la cueva de Coxcatlán, lugar de nacimiento de ese grano, según tradición milenaria, la Caravana del Maíz, que de ese punto próximo a Tehuacán, Pue., llegará el sábado próximo, 26 de enero, a tiempo de acompasarse con la Jornada Global de Movilización.

La expresión central de esa jornada será la marcha que irá del monumento a la Revolución al Zócalo. Caminatas y mítines semejantes ocurrirán simultáneamente (salvo por los diferentes husos horarios) en todo el mundo, incluida el entorno de la propia estación de invierno de Davos. En su interior deambulará el fantasma de la recesión mundial, ese sismo cuyo epicentro se localiza en el financiamiento hipotecario de Estados Unidos. Aunque acudirán, entre más de dos mil participantes, 27 jefes de estado, sólo habrá un presidente latinoamericano, Álvaro Uribe, necesitado de proyectar una imagen de mandatario capaz de tomar en sus manos las riendas de la economía, ya que el gobierno que encabeza no puede controlar la totalidad del territorio colombiano. Felipe Calderón, que estuvo allí el año pasado, a dos meses de su sacudido ascenso al Poder Ejecutivo, no estará presente esta vez. Lo precedieron como invitados Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox. Un redactor de discursos de Zedillo lo hizo sobresalir al permitirle llamar en ese foro globalifóbicos a los altermundistas, convencidos de que otro mundo es posible.

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