miércoles, 28 de marzo de 2007

Gordillo, Calderón y un bebé - Marcela Gómez Salce

• El latigazo de Manlio Fabio Beltrones
• Carlos Salinas y sus demonios celestiales...


Un político mediocre, mi estimado, está siempre preparado a negar aquello que no comprende. Mal día el de ayer para la administración de Felipe Calderón. Para empezar, en un evento con jóvenes becarios de Telmex, varios lo abuchearon, otros le aplaudieron y muchos más le gritaron mientras en las calles infernales de la capital se vivió una de esas jornadas heroicas para salir al paso de varias multitudinarias manifestaciones que, entre la mañana y la tarde, rebasaron la cifra de 90 mil gentes mostrando su rotundo rechazo al nacimiento de su bebé con Elba Esther Gordillo: la controvertida Ley del ISSSTE.

En el Senado, my friend, el matrimonio PRI-PAN y su frívola chiquillada aprobaron en lo general la polémica ley que produce un nuevo sistema de pensiones para los trabajadores del Estado y donde la banca privada está, literalmente, de fiesta ante el millonario botín que llegará en pocos años a sus manos.

Varios legisladores —excluyendo a las simpáticas lacritas amarillas— están encantados de haber nacido presumiendo la envenenada medalla y que los tiempos de hacer política finalmente regresaron. Ajá. Pobres. Quizá los cándidos no se han dado cuenta que la astuta teacher Gordillo les restregó en plena cara su negociación con el titular de Hacienda, Agustín Carstens, con la innegable bendición de Calderón haciéndoles a todos el conocido bypass.

O sea, see u slimebags.

En Los Pinos muchos viajan en la nube de la arrogancia y comienzan a enseñar ese distintivo y beodo cobre que enferma de poder y que los hace olvidar esa mínima ventaja de 0.56 por ciento. Curioso.

La realidad al día de hoy, amable lector, muestra contundentemente otra cosa: Felipe no termina de convencer con sus acciones, discurso y hechos. La sombra del 2 de julio lo persigue pese a los esfuerzos titánicos del EMP por encapsularlo, sitiarlo y alejarlo —ahora con el sonsonete ese de las amenazas recibidas del organizado crimen— de cualquier espeluznante situación. Las ejecuciones aumentan pese a Operativos whatever, cercos y retenes militares, planes, estrategias y sesudas juntas del gabinete de seguridad nacional. Como diría el clásico diplomático, no hay nada, zilch, nothing, niet.

Lo que hay de a madre, mi estimado, es un peligroso caldo social en ebullición que parece no ser percibido en los círculos del poder. No olvide que el hilo se rompe por lo más delgado, pues. Y el categórico rechazo a la Ley del ISSSTE tuvo original eco en Michoacán, Guerrero, Morelos, Querétaro, Tlaxcala, Oaxaca y el DF. Cuidado.

Las manifestaciones en la capital deben mantener en alerta al simpático Gymboree y, sobre todo, encender sus neuronas para deliberar cómo evitar que esta ardiente bolita que, oscilando, se mueve entre lo social, estudiantil, sindical y político, crezca demasiado. La tensa y ocurrente calma que se vive en el peligroso contexto nacional, aunada a un delicado tufo de ánimos ávidos de confrontación y con tantos temas sobre la vapuleada mesa, pueden desencadenar a los pícaros demonios.

Porque frentes abiertos sobran. Y operadores eficaces faltan. Y eso lo saben demasiado bien en Los Pinos. Y los vacíos se llenan. Resulta por demás simpaticón el timing de la reaparición de Carlos Salinas de Gortari en Agualeguas entregando un camión bautizado como Solidaridad 01 (¿cuántos serán?) a estudiantes universitarios para salir en la sonriente foto y dejar claro su mensaje sutil.

El facilitador de la política ficción is back to fight his heavenly demons. Quizá preparando el atractivo terreno para enfrentar incómodos aniversarios y fantasmas que están más vivos... que nunca. Y Salinas sabe que con estos chicuelos en el poder su panorama no es el idóneo ni, por supuesto, el mejor.

Deep down he knows well..too well.

Por la Mirilla

Y ante el divertidísimo latigazo de Manlio Fabio Beltrones exhortando al gobierno federal para la publicación en el DOF de la ley que aumenta las penas a la explotación sexual infantil, Ramírez Acuña se puso las pilas y la publicó, originando de paso que Armando Salinas Torre escupiera justificaciones injustificables. Qué risa, mi estimado... qué risa. Morons.

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