Impuestos justos y defensa de Pemex, acuerdos de la CND
Críticas a Calderón, Gordillo y al silencio cómplice de muchos medios
ENRIQUE MENDEZ , ALMA E. MUÑOZ
Andrés Manuel López Obrador, ''presidente legítimo de México'', informó en la segunda asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND) que presentará una propuesta de reforma fiscal, la cual tendrá como fundamento ''que los impuestos sean progresivos, justos y equitativos'', y obtuvo el compromiso de los convencionistas para convocar, si el gobierno federal pretende privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), a una reunión extraordinaria en la que se tomarán ''las medidas necesarias para defender'' a la empresa.
''No permitiremos la entrega a particulares, nacionales o extranjeros, de la industria petrolera. De nuevo, la derecha ha lanzado una campaña para desmoralizar y hacer creer que Pemex está en quiebra y no hay más remedio que dejar el petróleo en manos privadas. Eso no es verdad, el petróleo es el mejor negocio del mundo: extraer un barril de crudo cuesta 3 dólares y se vende en 44'', afirmó.
En el Zócalo, cuestionó que después del fraude de 2006, Felipe Calderón quedara obligado a pagar facturas, especialmente a Elba Esther Gordillo, a la que entregó no sólo la Secretaría de Educación Pública y la Lotería Nacional, asegurándose ahora el manejo de los ahorros de los trabajadores del Estado. También reprochó el silencio cómplice de algunos medios de comunicación y resaltó: ''Vivimos tiempos de ignominia, tiempos de canallas''.
Ayer, la convocatoria a la marcha encabezada por López Obrador, y a la segunda asamblea de la CND en el Zócalo, no igualó movilizaciones anteriores, y aunque hubo una alta participación fueron notorios los huecos en la plaza.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Convergencia, dos de los integrantes del Frente Amplio Progresista (FAP), no movilizaron a simpatizantes y la mayoría de los asistentes fueron ciudadanos o miembros de las corrientes internas del sol azteca, organizaciones ciudadanas y sindicales.
Este domingo, en los edificios que rodean al Zócalo sólo había tres mantas: una, de los asam-bleístas de la ciudad en respaldo a la convención; otra, del Movimiento Nacional Los de Abajo, con el mensaje ''Escucha Lipe, el pueblo de México no tiene fe en ti'', y una más del Frente Amplio Autónomo Popular de Chimalhuacán.
Asimismo, la convención fue reforzada con los dirigentes de los partidos que forman el FAP: Leonel Cota, del PRD; Alberto Anaya -que suele votar con el PAN en el Senado-, del Partido del Trabajo, y Dante Delgado, de Convergencia, así como los coordinadores de las bancadas en las cámaras de Senadores y de Diputados del sol azteca, Carlos Navarrete y Javier González Garza, respectivamente. Sin embargo, no tuvieron una presencia relevante las fracciones parlamentarias de los tres partidos, ni el líder de Nueva Izquierda, la principal corriente perredista, Jesús Zambrano.
Después de encabezar una marcha desde el Angel de la Independencia, López Obrador realizó un balance sobre las decisiones políticas que se tomaron después del fraude electoral del 2 de julio de 2006, y consideró correcto el hecho de no llegar a acuerdos con ''los que usurparon el gobierno'' ni haber caído ''en la trampa de la violencia''.
Dijo que si después del fraude, en aras de una supuesta unidad nacional, la opción hubiera sido negociar ''con quienes pisotearon la voluntad popular y violaron la Constitución'', entonces se habría ''convalidado el golpe a la democracia y cancelado la posibilidad de una sociedad mejor para millones de mexicanos''.
Planteó que la salida contra esa acción no era la irresponsabilidad ni la violencia. ''Al contrario -resaltó-, habríamos dado el pretexto que querían nuestros adversarios para reprimir, intimidar y desatar el miedo. Nuestro movimiento no tendría el apoyo de millones de mexicanos que quieren un cambio verdadero pero sin violencia. Estaríamos en todo ese vía crucis que significa la pérdida de vidas, las desapariciones, las cárceles, el ultraje a mujeres, la tortura y la violación a los derechos humanos. Y probablemente tampoco estaríamos aquí.''
Aunque también, expuso el perredista, habría sido un ''error garrafal'' limitarse a no aceptar el fraude y protestar pacíficamente, pero que los ciudadanos regresaran a sus casas ''y dejar tirado el movimiento'' hasta las próximas elecciones presidenciales. En lugar de ello, sostuvo, fue asumida la ''responsabilidad histórica'' de rechazar el fraude, desconocer al gobierno usurpador, declarar abolido el régimen de corrupción y privilegios, además de que se protestó con responsabilidad y apego a los principios de la resistencia civil pacífica. ''Y mandamos al diablo a sus instituciones'', dijo.
Lo más conveniente, añadió, es que creamos la Convención Nacional Democrática, constituimos el ''gobierno legítimo'' y determinamos ''seguir luchando hasta lograr la verdadera transformación de México''. Sabemos, afirmó, que ''nada se logrará si continúa operando este régimen autoritario de corrupción y privilegios. Entre más dure esta pesadilla, más deterioro habrá en todos los órdenes de la vida nacional''.
Más que una crisis económica y de bienestar, se padece ''un proceso de degradación progresiva que sólo podrá detenerse con una renovación tajante de la vida política de México'', e insistió en que para ello se necesita que los representantes populares ''cuando menos cumplan con tres principios básicos: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo''.
En lo que fue su primer informe parcial de gobierno, López Obrador denunció que ''está más que demostrado que la actual política económica sólo beneficia a especuladores financieros, a hombres de negocios vinculados al poder'', y también dio cuenta de cómo ese grupo se aprovecha con la evasión del pago del impuesto sobre la renta (ISR).
Refirió que, en 2004, las empresas mexicanas pagaron por ese gravamen 118 mil millones de pesos, mientras los asalariados contribuyeron con 182 mil millones, es decir, los trabajadores pagaron 64 mil millones más que todo el sector empresarial, a pesar de que éste recibió 60 por ciento del ingreso nacional, mientras que los empleados apenas 30 por ciento.
''Se ha llegado al extremo que, por ejemplo, Cementos Mexicanos, con un margen de utilidad de 40 por ciento, sólo pagó 2.3 por ciento de impuestos sobre sus ventas en ese año (2004); Teléfonos de México, con un margen operativo de utilidades de 50 por ciento, pagó 8.9 al fisco; Kimberly Clark, 6.3; América Móvil o Telcel, 6.6; Femsa (Coca- Cola), 2.1; Bimbo, 1.7; Grupo Alfa, 2.3; Grupo Carso, 2.7; IMMSA, 2.4; Grupo Maseca, 1.3, y Wal-Mart, 2.4 por ciento. Y todo esto sin considerar que las negociaciones multimillonarias en la Bolsa Mexicana de Valores también están exentas de impuestos'', afirmó.
En contraste, dijo López Obrador, un obrero o trabajador de la clase media paga de 15 a 28 por ciento del ISR, según sus ingresos. El ''presidente legítimo'' tomó como base esos comparativos para señalar que todos, incluidos los hombres más ricos, de México y del mundo, deben entender que en una sociedad con tanta desigualdad y pobreza no puede haber paz social ni seguridad pública.
Citó como otra muestra del pago de facturas del gobierno de Felipe Calderón, el hecho de que Gastón Azcárraga, ''a quien Vicente Fox prácticamente le regaló Mexicana de Aviación'', ahora presentó una demanda contra el sindicato de sobrecargos para modificar el contrato colectivo, quitarles prestaciones y hacerlos trabajar el doble por el mismo sueldo''.
Al final de su discurso, el ex candidato presidencial justificó que ''puede haber dos gobiernos: el de las minorías, un gobierno de la mafia; y otro de la mayoría de nuestro pueblo, que es el escudo de los humildes y los pobres''.
La convención aprobó que su tercera asamblea se realice el 20 de noviembre, cuando López Obrador cumple un año como ''presidente legítimo'', aun cuando algunos solicitaron que se adelantara al 2 de julio o al primero de septiembre. Sin embargo, se definió por mayoría la primera fecha, acordada previamente por la comisión organizadora.
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