Transcribimos el texto íntegro de la querídisima Elena Poniatowska leído por ella en un Zócalo colmado de pueblo en lucha:
Estas son las conclusiones preliminares del Foro Nacional de Testimonios del Fraude Electoral, realizado a convocatoria de la Convención Nacional Democrática los días 29 y 30 de junio de 2007, en el Club de Periodistas.
La ruta de la elección de Estado y el fraude electoral de 2006 tienen su origen en la decisión de los poderes fácticos de evitar a cualquier costo la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Del Paraje San Juan al predio El Encino, se llegó al proceso del desafuero con la abierta intención de sacar de la contienda presidencial al ex jefe de Gobierno capitalino.
La fase operativa del fraude se inició con la designación de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). En ese momento, se selló una alianza mafiosa entre el partido de la derecha y la cacique magisterial Elba Esther Gordillo. Por eso fueron nombrados Luis Carlos Ugalde y los demás consejeros que sembraron de triquiñuelas la ruta de todo el proceso comicial. Los consejeros electorales, bajo el falaz argumento de carecer de facultades, avalaron en los hechos la guerra sucia desatada por el Partido Acción Nacional y organismos empresariales.
El artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), que prohíbe expresamente la difamación y la calumnia, se convirtió en letra muerta. Pese a los siempre tardíos fallos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los espots que incitaban al odio y provocaban el miedo irracional al cambio no fueron retirados hasta que sus efectos hicieron mella en el ánimo de los televidentes, radioescuchas y público en general.
Mientras tanto, las mesas directivas de casilla fueron literalmente secuestradas por el membrete partidario denominado Partido Nueva Alianza, el Panal, y por las huestes del corporativismo magisterial. Este secuestro pudo hacerse por la decisión del IFE de cambiar el método que escoge a los ciudadanos que fungen como presidentes, secretarios o escrutadores de las casillas. Se inventó el llamado ''sistema ancla'', consistente en seleccionar de entre los sorteados al ciudadano de mayor escolaridad para ser la base o ''ancla'' para escoger a los otros cinco funcionarios de casilla. En la absoluta mayoría de los casos el famoso ''ciudadano ancla'' resultó ser un afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE.
La participación de Vicente Fox durante el proceso electoral es una verdadera traición a la democracia. Con recursos públicos, sufragó una campaña mediática de mil 700 millones de pesos para proclamar los supuestos éxitos de su sexenio. Utilizó los tiempos fiscales y los del Estado en los medios masivos de comunicación para su autoelogio.
La guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador se engrosó con las ilegales y multimillonarias campañas de espots de empresas privadas y organismos empresariales. Entre mayo y junio de 2006, el Consejo Coordinador Empresarial contrató promocionales por más de 136 millones de pesos; Jumex, por 13 millones; la inexistente asociación ''Armate de Valor'', por 30 millones, y la empresa Sabritas, con más de 16 millones de pesos.
El 2 de julio, día de la elección, está suficientemente documentada la compra y coacción del voto en zonas de alto grado de marginación urbana y rural. Sí, es verdad que la elección la hicimos todos, es verdad, pero el fraude lo hicieron unos cuantos abusivos y tramposos.
El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y los cómputos distritales fueron actos mediáticos. Sus resultados siempre fueron manipulados para crear la falsa percepción de una ventaja del candidato de la derecha, como ha sido revelado por estudios de especialistas en estadística y otros científicos, además de las miles de evidencias recabadas en los estados.
Ante los resultados inverosímiles, millones de mexicanos coincidieron en el pedido de un conteo público de todos los votos emitidos. En el recuento parcial ordenado por el Tribunal Electoral se recuperaron un promedio de1.8 votos por casilla en favor de Andrés Manuel López Obrador. Si tomamos en cuenta que la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de 0.8 votos por casilla, según los cómputos oficiales, entendemos perfectamente la razón de la sistemática negativa al recuento voto por voto y casilla por casilla. Esta negativa se reduce a un solo motivo: López Obrador ganó voto a voto la elección presidencial de 2006.
El Tribunal Electoral falló en su cometido de velar por la legalidad y la justicia. Después de admitir que efectivamente se presentaron hechos y conductas incompatibles con los principios de equidad, objetividad y certeza en materia electoral, arguyó que tales conductas y hechos no fueron determinantes para el resultado.
Los asistentes al foro nacional consideramos necesario que la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista se opongan terminantemente a la destrucción de las boletas electorales de 2006, y exigimos que se reconozca su carácter de documentos públicos.
Esta historia no ha terminado de escribirse: el memorial que se ha recolectado en el foro nacional Testimonios del Fraude Electoral, es vasto, muy vasto, y documenta las razones de un movimiento que no han podido vencer, que no podrán derrotar. El esfuerzo por recopilar datos, pruebas y más testimonios sigue abierto. Contra el olvido que pregonan los defraudadores, opongamos el ejercicio crítico de la memoria tejida con los hilos inquebrantables de la esperanza. Andrés Manuel López Obrador es nuestra esperanza.
Elena Poniatowska
Estas son las conclusiones preliminares del Foro Nacional de Testimonios del Fraude Electoral, realizado a convocatoria de la Convención Nacional Democrática los días 29 y 30 de junio de 2007, en el Club de Periodistas.
La ruta de la elección de Estado y el fraude electoral de 2006 tienen su origen en la decisión de los poderes fácticos de evitar a cualquier costo la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Del Paraje San Juan al predio El Encino, se llegó al proceso del desafuero con la abierta intención de sacar de la contienda presidencial al ex jefe de Gobierno capitalino.
La fase operativa del fraude se inició con la designación de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). En ese momento, se selló una alianza mafiosa entre el partido de la derecha y la cacique magisterial Elba Esther Gordillo. Por eso fueron nombrados Luis Carlos Ugalde y los demás consejeros que sembraron de triquiñuelas la ruta de todo el proceso comicial. Los consejeros electorales, bajo el falaz argumento de carecer de facultades, avalaron en los hechos la guerra sucia desatada por el Partido Acción Nacional y organismos empresariales.
El artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), que prohíbe expresamente la difamación y la calumnia, se convirtió en letra muerta. Pese a los siempre tardíos fallos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los espots que incitaban al odio y provocaban el miedo irracional al cambio no fueron retirados hasta que sus efectos hicieron mella en el ánimo de los televidentes, radioescuchas y público en general.
Mientras tanto, las mesas directivas de casilla fueron literalmente secuestradas por el membrete partidario denominado Partido Nueva Alianza, el Panal, y por las huestes del corporativismo magisterial. Este secuestro pudo hacerse por la decisión del IFE de cambiar el método que escoge a los ciudadanos que fungen como presidentes, secretarios o escrutadores de las casillas. Se inventó el llamado ''sistema ancla'', consistente en seleccionar de entre los sorteados al ciudadano de mayor escolaridad para ser la base o ''ancla'' para escoger a los otros cinco funcionarios de casilla. En la absoluta mayoría de los casos el famoso ''ciudadano ancla'' resultó ser un afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE.
La participación de Vicente Fox durante el proceso electoral es una verdadera traición a la democracia. Con recursos públicos, sufragó una campaña mediática de mil 700 millones de pesos para proclamar los supuestos éxitos de su sexenio. Utilizó los tiempos fiscales y los del Estado en los medios masivos de comunicación para su autoelogio.
La guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador se engrosó con las ilegales y multimillonarias campañas de espots de empresas privadas y organismos empresariales. Entre mayo y junio de 2006, el Consejo Coordinador Empresarial contrató promocionales por más de 136 millones de pesos; Jumex, por 13 millones; la inexistente asociación ''Armate de Valor'', por 30 millones, y la empresa Sabritas, con más de 16 millones de pesos.
El 2 de julio, día de la elección, está suficientemente documentada la compra y coacción del voto en zonas de alto grado de marginación urbana y rural. Sí, es verdad que la elección la hicimos todos, es verdad, pero el fraude lo hicieron unos cuantos abusivos y tramposos.
El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y los cómputos distritales fueron actos mediáticos. Sus resultados siempre fueron manipulados para crear la falsa percepción de una ventaja del candidato de la derecha, como ha sido revelado por estudios de especialistas en estadística y otros científicos, además de las miles de evidencias recabadas en los estados.
Ante los resultados inverosímiles, millones de mexicanos coincidieron en el pedido de un conteo público de todos los votos emitidos. En el recuento parcial ordenado por el Tribunal Electoral se recuperaron un promedio de1.8 votos por casilla en favor de Andrés Manuel López Obrador. Si tomamos en cuenta que la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de 0.8 votos por casilla, según los cómputos oficiales, entendemos perfectamente la razón de la sistemática negativa al recuento voto por voto y casilla por casilla. Esta negativa se reduce a un solo motivo: López Obrador ganó voto a voto la elección presidencial de 2006.
El Tribunal Electoral falló en su cometido de velar por la legalidad y la justicia. Después de admitir que efectivamente se presentaron hechos y conductas incompatibles con los principios de equidad, objetividad y certeza en materia electoral, arguyó que tales conductas y hechos no fueron determinantes para el resultado.
Los asistentes al foro nacional consideramos necesario que la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista se opongan terminantemente a la destrucción de las boletas electorales de 2006, y exigimos que se reconozca su carácter de documentos públicos.
Esta historia no ha terminado de escribirse: el memorial que se ha recolectado en el foro nacional Testimonios del Fraude Electoral, es vasto, muy vasto, y documenta las razones de un movimiento que no han podido vencer, que no podrán derrotar. El esfuerzo por recopilar datos, pruebas y más testimonios sigue abierto. Contra el olvido que pregonan los defraudadores, opongamos el ejercicio crítico de la memoria tejida con los hilos inquebrantables de la esperanza. Andrés Manuel López Obrador es nuestra esperanza.
Elena Poniatowska
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