Discurso íntegro de Andrés Manuel López Obrador
La Jornada On Line
01/07/2007 17:05
Amigas y amigos:
Muchas gracias a todas, a todos ustedes.
Muchas gracias a los dirigentes del Frente Amplio Progresista, a los dirigentes del PRD, del PT y de Convergencia.
Muchas gracias a los integrantes de las redes ciudadanas.
Muchas gracias a los integrantes de las organizaciones sociales y sindicales.
Muchas gracias al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.
Muchas gracias todos ustedes.
Es un orgullo y una satisfacción ver de nuevo el Zócalo, corazón político de México, desbordado de entusiasmo, con hombres y mujeres concientes, libres y dispuestos a seguir participando en la transformación de nuestro país.
Saludo a ustedes, llegados de todas las regiones de la República. Rindo homenaje a los integrantes de este movimiento que forma parte de lo mejor de nuestro país.
A los pobladores del campo y la ciudad que trabajan y se esfuerzan todos los días para sacar adelante a sus familias en medio de adversidades crecientes.
A los jóvenes, a las mujeres, a los campesinos, a indígenas, a los maestros, a los profesionistas, a los obreros, a los comerciantes, a los pequeños y medianos empresarios, a los artistas, a los intelectuales, que con su esfuerzo y creatividad, sostienen al país y luchan cívicamente por una sociedad mejor.
Aquí, de nuevo, se reafirma que el despertar intensificado de las conciencias de millones de mexicanos, no es algo efímero ni pasajero, sólo producto de un proceso electoral. Es algo más profundo: es la convicción de cada uno, de cada una, a favor del cambio verdadero convertida ya en voluntad colectiva.
A un año del fraude electoral, podemos decir con orgullo y decisión, que la derecha y sus aliados se equivocaron. Aquí estamos, aquí seguimos, convencidos más que nunca de la necesidad de llevar adelante un proyecto alternativo de nación.
Esta gran asamblea informativa fue precedida por una jornada para recabar aun más testimonios sobre el fraude electoral. A un año de distancia no sólo nosotros, sino muchos mexicanos más, que no votaron por nosotros, sabemos que nos hicieron trampa y que la mafia impuso a un presidente espurio.
Me afirmo y nos reafirmamos: ganamos la elección presidencial, de eso no tenemos la menor duda.
Las pruebas están en los propios documentos oficiales y, por si fuera poco, los principales responsables del fraude han confesado con cinismo su fechoría.
Ahí está ese traidor a la democracia, Vicente Fox, que se queja de que no pudo destituirme con el desafuero, pero que creyó desquitarse el 2 de julio; o Manuel Espino, presidente del PAN, que sostuvo que una semana antes del día de la jornada electoral, llegaron a un acuerdo con ocho gobernadores del PRI para que les ayudaran a inclinar la balanza a favor del candidato de la derecha.
A esto habría que agregar el descaro de la cacica sindical Elba Esther Gordillo y de muchos otros miembros de la mafia política, también integrada por banqueros, representantes empresariales y periodistas deshonestos. Todos ellos se han ufanado del fraude que cometieron con tal de evitar el cambio verdadero en el país.
Como es obvio, ni siquiera pueden alegar que ganaron una batalla; se llevaron a su escondrijo el aparato electoral, muy otra cosa. Como este acto demuestra, nosotros seguimos de pie y enarbolando con optimismo y firmeza la bandera del cambio democrático y ellos andan a salto de mata, escoltados, como si trasladaran el arca perdida, en una burbuja, escondiéndose de la gente.
Ante ustedes sostengo, con argumentos, que el gobierno ficticio no podrá implantarse legítimamente. En primer término porque, como lo estamos constatando, se da en México un cambio de mentalidad en un amplio sector del pueblo que no acepta vivir sin democracia.
Además, hay un antecedente histórico fundamental: la derecha en nuestro país sólo ha prevalecido transitoriamente. Y siempre con resistencia popular.
El pueblo de México tiene alma colectiva, libertaria y progresista.
Y por si fuera poco, el modelo económico que defienden, no sólo no representa ninguna alternativa para enfrentar los grandes y graves problemas nacionales, sino que profundiza más al deterioro en todos los órdenes de la vida nacional.
¿Ustedes creen que cumpliendo al pie de la letra la agenda del Fondo Monetario Internacional, nuestro país va a salir adelante?
Claro que no. Eso es lo que están haciendo los usurpadores.
Ya impusieron la reforma a la Ley del ISSSTE, para perjudicar a dos millones y medio de trabajadores al servicio del Estado, incluidos todos los maestros, que deberán pagar más por el derecho a la pensión, trabajarán más tiempo para jubilarse y, al final de toda una vida de trabajo, sólo recibirán la mitad de su salario.
Aquí aprovecho para reiterar nuestro compromiso de derogar, en cuanto las condiciones lo permitan, esta ley injusta, porque más temprano que tarde va a triunfar nuestro movimiento.
No es casual que el 12 de abril de 2007, Rodrigo Rato, presidente del Fondo Monetario Internacional y ex ministro de finanzas del gobierno derechista de España, durante la presidencia de José María Aznar, haya declarado eufórico que felicitaba al gobierno usurpador por la reforma a la Ley del ISSSTE, y le recomendara que hiciera lo mismo con la llamada reforma fiscal y, posteriormente, con la energética.
Y días después, el pelele de Calderón declaró que impulsaría la reforma fiscal y ahora ha enviado al Congreso una iniciativa con ese propósito.
¿Qué es realmente la llamada reforma fiscal? Simple y llanamente significa aumentar los impuestos a la mayoría de la población. Afectar a los pobres, a profesionistas independientes, a pequeños y medianos comerciantes y empresarios, al endeble sector productivo del país, sin tocar para nada los privilegios fiscales de los potentados y del sector que se dedica a la especulación financiera.
Dicen que no afectará a los pobres. Eso es falso. ¿Acaso no están proponiendo un impuesto especial a la gasolina? Y como todos sabemos, si aumenta el precio de la gasolina, seguirán los aumentos en todos los artículos de primera necesidad.
Pero no sólo eso, pretenden cobrar más impuestos a los trabajadores y a la clase media a la que tratan con saña desagradecida. Y todo, sin tocar el oneroso gasto burocrático.
No olvidemos que los funcionarios públicos de México se dan la gran vida, son de los mejores pagados del mundo, y que tan sólo la partida para el fondo de ahorro de los altos funcionarios públicos, incluidos los legisladores y magistrados, ministros de la Corte, implica cuatro mil millones de pesos.
Es claro pues que si el gobierno apócrifo quiere tener ingresos no hace falta ni aumentar ni crear nuevos impuestos. Todo es cuestión, como lo hemos propuesto siempre, de combatir la corrupción, de aplicar un plan de austeridad republicana y terminar con los privilegios fiscales.
No vamos nosotros a dejar de insistir en que debe de reducirse el costo del gobierno al pueblo, le cuesta mucho al pueblo de México mantener al gobierno.
No queremos que sigan los salarios altísimos, mientras hay desempleo y pobreza en nuestro país.
No queremos gobierno rico con pueblo pobre. Tenemos que terminar con todos los privilegios de la alta burocracia, más temprano que tarde vamos a suspender todo ese trato privilegiado.
No se nos puede olvidar que un ministro de la Corte en nuestro país gana 500 mil pesos mensuales. No podemos aceptar sin protestar que se esté entregando una pensión más otros bienes y servicios a Carlos Salinas de Gortari.
No queremos que se siga entregando a Salinas de Gortari 160 mil pesos mensuales de pensión.
No queremos las pensiones millonarias para los ex presidentes. Se tiene –repito— que reducir el gasto del gobierno al pueblo.
Desde esta plaza pública, hago un llamado respetuoso a diputados y senadores del Frente Amplio Progresista a que por ningún motivo aprueben la llamada reforma fiscal.
Cero, lo repito, cero negociación con quienes sostienen una política contraria al pueblo y entregan la soberanía nacional al extranjero.
Quieres quieren hacer la política tradicional tienen con que hacerlo. Nosotros estamos por hacer una nueva política, nada de negociaciones con la derecha, que lo deshumaniza todo.
No podemos nosotros secundar, no podemos ser una izquierda legitimadora, mucho menos podemos adherirnos como comparsa a la agenda del Fondo Monetario Internacional.
No queremos nada con esa política antipopular y entreguista. Que quede claro.
Debe entenderse que no nos oponemos por oponernos. Lo legítimo en nuestro caso –como ya lo dije-- es no adherirnos como comparsa a la estrategia que insiste en mantener el atraso del país y el empobrecimiento del pueblo.
Nuestra agenda es muy distinta. Para nosotros es imprescindible cambiar la política económica. Sostenemos que debe haber crecimiento económico y generación de empleos.
Llevamos 24 años aplicando la misma política económico y no hay crecimiento de la economía y si no hay crecimiento de la economía, no hay empleos ni bienestar.
No aceptamos que por el abandono a las actividades productivas y al campo, México, nuestro país, se haya convertido en el mundo en el país que más mano de obra exporta al extranjero. El país que más mano de obra expulsa al extranjero.
Según cifras oficiales, cada año 600 mil mexicanos se exilian por necesidad en Estados Unidos, se ven obligados a cruzar la frontera, para buscar algo que mitigue su hambre y su pobreza.
Hay gente que puede pensar que en este, como en otros casos, se trata de rezagos que vienen de tiempo atrás, pero lo cierto es que son problemas nuevos, originados fundamentalmente por la política económica aplicada en los últimos años. Antes la migración era moderada y se daba en el centro y norte del país; ahora es masiva y la gente está saliendo de casi todos los estados de la República.
Ha llegado a tal extremo este fenómeno migratorio que los indígenas, que por siglos habían permanecidos arraigados a sus tierras y a sus culturas comunitarias, hoy se ven obligados a emigrar como única alternativa de sobrevivencia.
Es obvio que esta realidad tiene que ver con el estancamiento económico, con el abandono del campo, con la ruina de las actividades productivas y con la falta de empleos. Esta sangría es la prueba más contundente de que no funciona la política económica que se viene aplicando desde hace más de dos décadas.
Sin embargo, este que es un asunto central, este y otros graves problemas nacionales, como el de la corrupción, la impunidad, la pobreza, no aparecen en la agenda del gobierno usurpador, ni siquiera se discuten estos temas en la Cámara de Diputados y de Senadores y, como es obvio, tampoco son temas de reflexión y análisis en los medios de comunicación, en la mayoría de los medios de comunicación, porque hay honrosas excepciones.
La llamada sociedad política tiene, como es evidente, otros intereses. No les importa realmente el destino del país y mucho menos el sufrimiento de la mayoría de nuestro pueblo.
En esto estriba, para que nadie se confunda, nuestra diferencia de fondo. Son dos proyectos distintos y contrapuestos de Nación.
Nosotros, como se comprenderá, no podemos aceptar que mientras crece el desempleo, el hambre, la migración, la pobreza, la inseguridad, el gobierno sea un perpetuo comité de bienvenida a la minoría rapaz.
Nosotros, por ejemplo, consideramos que no se puede enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia sólo con medidas militares y policíacas, con cárceles, con amenazas de mano dura, con leyes más severas.
Sin justicia social no hay garantía de seguridad ni de tranquilidad ni de paz social. La solución de fondo, la más eficaz y, probablemente la menos cara, pasa por combatir el desempleo, la pobreza, la desintegración familiar, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas.
Por eso desde el principio nuestra estrategia ha sido suficientemente clara. Sabemos que nada bueno se puede esperar de quienes fueron capaces de atropellar la voluntad popular, violar la Constitución y dar un golpe de Estado, para mantener y acrecentar sus privilegios.
Esta es la razón por la que tenemos como objetivo defender al pueblo y proteger el patrimonio nacional.
Aquí reitero que seguiremos defendiendo la economía popular y el derecho a los trabajadores a un salario justo. Seguiremos exigiendo un aumento salarial de emergencia y el apoyo a los productores del campo.
Nuestras acciones seguirán encaminadas a promover la soberanía alimentaria y defender la economía campesina.
Por eso me uno al llamado ciudadano de la Campaña Nacional por la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo y llamo a todos y a todas a hacer lo mismo, porque en la salvación del campo está la salvación de México, y porque sin maíz no hay país.
Estoy convencido de que para proteger a México hay que defender al campo, a los campesinos y a los indígenas. Qué coman quienes nos dan de comer.
Participemos en esta campaña para impedir que entre vigor en enero próximo la libre importación de maíz y frijol prevista en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Otro tema fundamental es el respeto a los derechos humanos. Es una convicción de nuestro movimiento defender los derechos humanos. No podemos admitir que se sigan atropellando los derechos de los mexicanos, como ha ocurrido en Atenco, Oaxaca y otros lugares del país.
Demandamos la renuncia y el castigo a Ulises Ruíz y a Mario Marín; exigimos castigo a los responsables de violar los derechos humanos.
Particularmente en los casos del asesinato de la indígena Ernestina Ascensión Rosario en la Sierra de Zongolica en Veracruz y de la familia asesinada por soldados en un retén en Sinaloa.
Desde aquí exigimos la libertad de todos los presos políticos en el país, no podemos aceptar que se encarcele a los mexicanos que luchan por la justicia y los derechos del pueblo.
No queremos que se le de a los luchadores sociales trato de criminales, no aceptamos que estén en las cárceles de alta seguridad, no aceptamos que esté en Almoloya, Flavio Sosa.
Ahí deberían de estar los grandes ladrones que hay en nuestro país, no los luchadores sociales.
También nos solidarizamos con los ciudadanos que se oponen al saqueo y destrucción de tierras, bosques, aguas, medio ambiente, del patrimonio cultural y natural de la nación.
Exigimos el cese de la devastación que realiza la Minera San Xavier en San Luis Potosí o la que se pretende consumar en La Parota, en Guerrero.
Y desde aquí rendimos homenaje a la familia Zamora y al joven asesinado Aldo, de San Juan Atzingo, Estado de México, defensores de la ecología popular.
Es urgente, siempre lo ha sido, el reconocimiento de los derechos indígenas y las leyes que les corresponden; y nunca está de más insistir, mujeres y hombres a la vez, en la incorporación plena de las mujeres en todos los niveles de la vida del país. Ahora, un movimiento que no sea también feminista, será un movimiento trunco, como lo será un movimiento que no lucha por los derechos de las minorías legales y legítimas, por las sociedades de convivencia, por la legislación que incluya en los códigos penales los crímenes de odio.
El propósito central de nuestro movimiento, es la transformación del país y reitero, lo vamos a lograr, estoy optimista, estoy seguro, vamos a transformar al país sin violencia, por la vía pacífica, con la revolución pero de las conciencias, con este cambio de mentalidad que afortunadamente ya se inició, y vamos a lograr esa transformación con organización y mucha participación ciudadana.
¿Verdad que compartimos ese punto de vista, ese ideal?
(La gente responde con un sí)
A esto estoy dedicando la mayor parte de mi tiempo, y aquí lo aclaro, porque hay quienes me preguntan: ¿Qué está haciendo el presidente y el gabinete del presidente legítimos?
Desde luego se sabe poco, porque estamos padeciendo de un cerco informativo, de un bloqueo informativo. Pero estamos trabajando todos los días, estoy dedicando la mayor parte del tiempo y agradezco el tiempo que ustedes le están dedicando a ustedes mismos a construir la organización ciudadana desde abajo, porque yo tengo, como ustedes, la creencia, la convicción, de que el cambio no se va a dar de arriba hacia abajo.
Ya lo hemos visto, la llamada sociedad política está podrida y el cambio y la transformación que necesita México tiene que darse de abajo hacia arriba, desde los pueblos, con la participación de todas y de todos.
Solo con ese movimiento vamos a poder sacar al país del atraso en que se encuentra y vamos a poder sacar a nuestro pueblo, y esto es lo más importante, de la pobreza y de la marginación.
Lo mío, lo nuestro, mis recorridos por el país, no son visitas, sino ejercicios de información y diálogo. De los 2 mil 500 municipios del país, llevamos recorridos 530.
Allí, en asambleas informativas, de manera conjunta hemos examinado en todas las plazas públicas de los municipios los sentimientos del pueblo y hemos decidido no claudicar, no rendirnos, sino seguir adelante y no permitir que se apague la llama de la esperanza.
Con este mismo propósito estamos creando la red nacional de representantes del Gobierno Legítimo, la base de la organización ciudadana para transformar al país.
En esta tarea hemos avanzado mucho. Hemos logrado ya inscribir a muchos mexicanos. Puedo informarles con orgullo que en cuatro meses se han registrado un millón de representantes en todo el territorio nacional. Algo inédito en la historia de México.
Nuestra meta es contar con 5 millones de representantes hacia finales del próximo año.
Por eso les quiero pedir a todos ustedes y a muchos más que no pudieron venir, que nos ayuden a cumplir con esa meta. A los representantes que ya están acreditados y que estén dispuestos a colaborar activamente en esta tarea en su colonia, barrio, pueblo o comunidad, o en su centro de trabajo, escuela, organización social o institución civil, les propongo a cada uno de ustedes que inviten y convenzan a cinco vecinos, amigos o compañeros de trabajo o de estudio para que se acrediten como representantes del Gobierno Legítimo de México.
Que hagamos todos la tarea. ¿Estamos de acuerdo, les pregunto amigas y amigos?
(La gente responde con un sí)
Vamos a convencer, a acreditar a cinco, cada uno de nosotros.
Y que se corra la voz hasta que se cumpla con la meta de cinco millones de representantes del Gobierno Legítimo de México.
Al final vamos a tener, y ese es el propósito, la organización ciudadana más importante que se haya visto en la historia del país.
También aquí aprovecho, no quiero dejar pasar el tema. Quiero aprovechar para recordarles que en la Asamblea pasada hicimos un compromiso. Les recuerdo.
Hicimos el compromiso de que si el gobierno usurpador envía una iniciativa de ley para reformar la Constitución y pretende entregar a particulares el petróleo, sea a nacionales o extranjeros, que en ese momento que se envíe esa iniciativa, sin que media ninguna otra consideración, voy yo de nuevo a convocarles con carácter extraordinario, con carácter urgente, para congregarnos aquí de nuevo, en el Zócalo, y tomar las medidas que sean necesarias.
De una vez adelantamos: No vamos a permitir la privatización de la energía eléctrica ni del petróleo. La Patria no se vende, la Patria se defiende.
Amigas y amigos:
A pesar del acoso, el silencio, del bloqueo, del cerco informativo, y la difamación, seguimos contando con el apoyo y el respeto de millones de mexicanos, hombres y mujeres, comprometidos con justicia, la libertad la democracia.
En este tiempo ha quedado demostrado que el régimen y sus medios de comunicación no han podido destruir nuestro movimiento. A pesar de que reiteradamente sostienen que ya no significamos nada y que nuestro movimiento se esfumó, aquí estamos. Hemos resistido y creceremos.
En contraste, nuestros adversarios no podrían sostenerse sin los medios de comunicación. ¿Qué sería del pelele sin la tele?
Toda la estrategia de control que ellos manejan para imponerse se basa en la manipulación que llevan a cabo los medios de comunicación. Al grado que han envilecido a un número significativo de periodistas y comunicadores y los que no se han dejado someter han sido amenazados, hostigados y asfixiados económicamente.
Tal es el caso reciente de don José Gutiérrez Vivó que, después de 33 años de transmitir su programa informativo Monitor, fue víctima de ésta perversa estrategia. Desde aquí le expresamos nuestra solidaridad y le decimos que puede contar con nosotros.
Amigas y amigos:
Vamos hacia adelante. Este movimiento de transformación nacional ya nadie lo detendrá, porque no depende de una persona, porque ha llegado el tiempo de cambiar de adeveras, porque de la resistencia surgirán las opciones para renovar y construir las nuevas instituciones de la República, la nueva legalidad, la nueva economía, la nueva forma de hacer política y una sociedad menos desigual y más humana.
Estoy optimista. Sostengo que más temprano que tarde triunfará nuestra causa, todo depende de que no nos cansemos de pensar y de ser como somos. Todo depende de la perseverancia, de la terquedad y de la defensa de nuestros ideales, de la defensa de las causas que defendemos.
Mantengamos con firmeza nuestras convicciones. Todo depende de que cada uno asuma su responsabilidad y de que nunca perdamos la fe en lo que estamos defendiendo y lo que nosotros representamos para el destino de nuestra Patria.
Tenemos la razón moral, la razón política y la fuerza del pueblo, ese es el principal recurso, el tesoro de nuestro movimiento y la principal riqueza de nuestro país.
Conquistemos el derecho a ser libres y hagamos de México un país verdaderamente democrático.
El futuro es nuestro, es de todos, de las mujeres y de los hombres dignos y libres de nuestro país.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
¡Viva la CND!
¡Viva este movimiento de las conciencias!
¡Viva la crítica que también es gobierno!
¡Viva México!
¡Arriba los de abajo!
La Jornada On Line
01/07/2007 17:05
Amigas y amigos:
Muchas gracias a todas, a todos ustedes.
Muchas gracias a los dirigentes del Frente Amplio Progresista, a los dirigentes del PRD, del PT y de Convergencia.
Muchas gracias a los integrantes de las redes ciudadanas.
Muchas gracias a los integrantes de las organizaciones sociales y sindicales.
Muchas gracias al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.
Muchas gracias todos ustedes.
Es un orgullo y una satisfacción ver de nuevo el Zócalo, corazón político de México, desbordado de entusiasmo, con hombres y mujeres concientes, libres y dispuestos a seguir participando en la transformación de nuestro país.
Saludo a ustedes, llegados de todas las regiones de la República. Rindo homenaje a los integrantes de este movimiento que forma parte de lo mejor de nuestro país.
A los pobladores del campo y la ciudad que trabajan y se esfuerzan todos los días para sacar adelante a sus familias en medio de adversidades crecientes.
A los jóvenes, a las mujeres, a los campesinos, a indígenas, a los maestros, a los profesionistas, a los obreros, a los comerciantes, a los pequeños y medianos empresarios, a los artistas, a los intelectuales, que con su esfuerzo y creatividad, sostienen al país y luchan cívicamente por una sociedad mejor.
Aquí, de nuevo, se reafirma que el despertar intensificado de las conciencias de millones de mexicanos, no es algo efímero ni pasajero, sólo producto de un proceso electoral. Es algo más profundo: es la convicción de cada uno, de cada una, a favor del cambio verdadero convertida ya en voluntad colectiva.
A un año del fraude electoral, podemos decir con orgullo y decisión, que la derecha y sus aliados se equivocaron. Aquí estamos, aquí seguimos, convencidos más que nunca de la necesidad de llevar adelante un proyecto alternativo de nación.
Esta gran asamblea informativa fue precedida por una jornada para recabar aun más testimonios sobre el fraude electoral. A un año de distancia no sólo nosotros, sino muchos mexicanos más, que no votaron por nosotros, sabemos que nos hicieron trampa y que la mafia impuso a un presidente espurio.
Me afirmo y nos reafirmamos: ganamos la elección presidencial, de eso no tenemos la menor duda.
Las pruebas están en los propios documentos oficiales y, por si fuera poco, los principales responsables del fraude han confesado con cinismo su fechoría.
Ahí está ese traidor a la democracia, Vicente Fox, que se queja de que no pudo destituirme con el desafuero, pero que creyó desquitarse el 2 de julio; o Manuel Espino, presidente del PAN, que sostuvo que una semana antes del día de la jornada electoral, llegaron a un acuerdo con ocho gobernadores del PRI para que les ayudaran a inclinar la balanza a favor del candidato de la derecha.
A esto habría que agregar el descaro de la cacica sindical Elba Esther Gordillo y de muchos otros miembros de la mafia política, también integrada por banqueros, representantes empresariales y periodistas deshonestos. Todos ellos se han ufanado del fraude que cometieron con tal de evitar el cambio verdadero en el país.
Como es obvio, ni siquiera pueden alegar que ganaron una batalla; se llevaron a su escondrijo el aparato electoral, muy otra cosa. Como este acto demuestra, nosotros seguimos de pie y enarbolando con optimismo y firmeza la bandera del cambio democrático y ellos andan a salto de mata, escoltados, como si trasladaran el arca perdida, en una burbuja, escondiéndose de la gente.
Ante ustedes sostengo, con argumentos, que el gobierno ficticio no podrá implantarse legítimamente. En primer término porque, como lo estamos constatando, se da en México un cambio de mentalidad en un amplio sector del pueblo que no acepta vivir sin democracia.
Además, hay un antecedente histórico fundamental: la derecha en nuestro país sólo ha prevalecido transitoriamente. Y siempre con resistencia popular.
El pueblo de México tiene alma colectiva, libertaria y progresista.
Y por si fuera poco, el modelo económico que defienden, no sólo no representa ninguna alternativa para enfrentar los grandes y graves problemas nacionales, sino que profundiza más al deterioro en todos los órdenes de la vida nacional.
¿Ustedes creen que cumpliendo al pie de la letra la agenda del Fondo Monetario Internacional, nuestro país va a salir adelante?
Claro que no. Eso es lo que están haciendo los usurpadores.
Ya impusieron la reforma a la Ley del ISSSTE, para perjudicar a dos millones y medio de trabajadores al servicio del Estado, incluidos todos los maestros, que deberán pagar más por el derecho a la pensión, trabajarán más tiempo para jubilarse y, al final de toda una vida de trabajo, sólo recibirán la mitad de su salario.
Aquí aprovecho para reiterar nuestro compromiso de derogar, en cuanto las condiciones lo permitan, esta ley injusta, porque más temprano que tarde va a triunfar nuestro movimiento.
No es casual que el 12 de abril de 2007, Rodrigo Rato, presidente del Fondo Monetario Internacional y ex ministro de finanzas del gobierno derechista de España, durante la presidencia de José María Aznar, haya declarado eufórico que felicitaba al gobierno usurpador por la reforma a la Ley del ISSSTE, y le recomendara que hiciera lo mismo con la llamada reforma fiscal y, posteriormente, con la energética.
Y días después, el pelele de Calderón declaró que impulsaría la reforma fiscal y ahora ha enviado al Congreso una iniciativa con ese propósito.
¿Qué es realmente la llamada reforma fiscal? Simple y llanamente significa aumentar los impuestos a la mayoría de la población. Afectar a los pobres, a profesionistas independientes, a pequeños y medianos comerciantes y empresarios, al endeble sector productivo del país, sin tocar para nada los privilegios fiscales de los potentados y del sector que se dedica a la especulación financiera.
Dicen que no afectará a los pobres. Eso es falso. ¿Acaso no están proponiendo un impuesto especial a la gasolina? Y como todos sabemos, si aumenta el precio de la gasolina, seguirán los aumentos en todos los artículos de primera necesidad.
Pero no sólo eso, pretenden cobrar más impuestos a los trabajadores y a la clase media a la que tratan con saña desagradecida. Y todo, sin tocar el oneroso gasto burocrático.
No olvidemos que los funcionarios públicos de México se dan la gran vida, son de los mejores pagados del mundo, y que tan sólo la partida para el fondo de ahorro de los altos funcionarios públicos, incluidos los legisladores y magistrados, ministros de la Corte, implica cuatro mil millones de pesos.
Es claro pues que si el gobierno apócrifo quiere tener ingresos no hace falta ni aumentar ni crear nuevos impuestos. Todo es cuestión, como lo hemos propuesto siempre, de combatir la corrupción, de aplicar un plan de austeridad republicana y terminar con los privilegios fiscales.
No vamos nosotros a dejar de insistir en que debe de reducirse el costo del gobierno al pueblo, le cuesta mucho al pueblo de México mantener al gobierno.
No queremos que sigan los salarios altísimos, mientras hay desempleo y pobreza en nuestro país.
No queremos gobierno rico con pueblo pobre. Tenemos que terminar con todos los privilegios de la alta burocracia, más temprano que tarde vamos a suspender todo ese trato privilegiado.
No se nos puede olvidar que un ministro de la Corte en nuestro país gana 500 mil pesos mensuales. No podemos aceptar sin protestar que se esté entregando una pensión más otros bienes y servicios a Carlos Salinas de Gortari.
No queremos que se siga entregando a Salinas de Gortari 160 mil pesos mensuales de pensión.
No queremos las pensiones millonarias para los ex presidentes. Se tiene –repito— que reducir el gasto del gobierno al pueblo.
Desde esta plaza pública, hago un llamado respetuoso a diputados y senadores del Frente Amplio Progresista a que por ningún motivo aprueben la llamada reforma fiscal.
Cero, lo repito, cero negociación con quienes sostienen una política contraria al pueblo y entregan la soberanía nacional al extranjero.
Quieres quieren hacer la política tradicional tienen con que hacerlo. Nosotros estamos por hacer una nueva política, nada de negociaciones con la derecha, que lo deshumaniza todo.
No podemos nosotros secundar, no podemos ser una izquierda legitimadora, mucho menos podemos adherirnos como comparsa a la agenda del Fondo Monetario Internacional.
No queremos nada con esa política antipopular y entreguista. Que quede claro.
Debe entenderse que no nos oponemos por oponernos. Lo legítimo en nuestro caso –como ya lo dije-- es no adherirnos como comparsa a la estrategia que insiste en mantener el atraso del país y el empobrecimiento del pueblo.
Nuestra agenda es muy distinta. Para nosotros es imprescindible cambiar la política económica. Sostenemos que debe haber crecimiento económico y generación de empleos.
Llevamos 24 años aplicando la misma política económico y no hay crecimiento de la economía y si no hay crecimiento de la economía, no hay empleos ni bienestar.
No aceptamos que por el abandono a las actividades productivas y al campo, México, nuestro país, se haya convertido en el mundo en el país que más mano de obra exporta al extranjero. El país que más mano de obra expulsa al extranjero.
Según cifras oficiales, cada año 600 mil mexicanos se exilian por necesidad en Estados Unidos, se ven obligados a cruzar la frontera, para buscar algo que mitigue su hambre y su pobreza.
Hay gente que puede pensar que en este, como en otros casos, se trata de rezagos que vienen de tiempo atrás, pero lo cierto es que son problemas nuevos, originados fundamentalmente por la política económica aplicada en los últimos años. Antes la migración era moderada y se daba en el centro y norte del país; ahora es masiva y la gente está saliendo de casi todos los estados de la República.
Ha llegado a tal extremo este fenómeno migratorio que los indígenas, que por siglos habían permanecidos arraigados a sus tierras y a sus culturas comunitarias, hoy se ven obligados a emigrar como única alternativa de sobrevivencia.
Es obvio que esta realidad tiene que ver con el estancamiento económico, con el abandono del campo, con la ruina de las actividades productivas y con la falta de empleos. Esta sangría es la prueba más contundente de que no funciona la política económica que se viene aplicando desde hace más de dos décadas.
Sin embargo, este que es un asunto central, este y otros graves problemas nacionales, como el de la corrupción, la impunidad, la pobreza, no aparecen en la agenda del gobierno usurpador, ni siquiera se discuten estos temas en la Cámara de Diputados y de Senadores y, como es obvio, tampoco son temas de reflexión y análisis en los medios de comunicación, en la mayoría de los medios de comunicación, porque hay honrosas excepciones.
La llamada sociedad política tiene, como es evidente, otros intereses. No les importa realmente el destino del país y mucho menos el sufrimiento de la mayoría de nuestro pueblo.
En esto estriba, para que nadie se confunda, nuestra diferencia de fondo. Son dos proyectos distintos y contrapuestos de Nación.
Nosotros, como se comprenderá, no podemos aceptar que mientras crece el desempleo, el hambre, la migración, la pobreza, la inseguridad, el gobierno sea un perpetuo comité de bienvenida a la minoría rapaz.
Nosotros, por ejemplo, consideramos que no se puede enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia sólo con medidas militares y policíacas, con cárceles, con amenazas de mano dura, con leyes más severas.
Sin justicia social no hay garantía de seguridad ni de tranquilidad ni de paz social. La solución de fondo, la más eficaz y, probablemente la menos cara, pasa por combatir el desempleo, la pobreza, la desintegración familiar, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas.
Por eso desde el principio nuestra estrategia ha sido suficientemente clara. Sabemos que nada bueno se puede esperar de quienes fueron capaces de atropellar la voluntad popular, violar la Constitución y dar un golpe de Estado, para mantener y acrecentar sus privilegios.
Esta es la razón por la que tenemos como objetivo defender al pueblo y proteger el patrimonio nacional.
Aquí reitero que seguiremos defendiendo la economía popular y el derecho a los trabajadores a un salario justo. Seguiremos exigiendo un aumento salarial de emergencia y el apoyo a los productores del campo.
Nuestras acciones seguirán encaminadas a promover la soberanía alimentaria y defender la economía campesina.
Por eso me uno al llamado ciudadano de la Campaña Nacional por la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo y llamo a todos y a todas a hacer lo mismo, porque en la salvación del campo está la salvación de México, y porque sin maíz no hay país.
Estoy convencido de que para proteger a México hay que defender al campo, a los campesinos y a los indígenas. Qué coman quienes nos dan de comer.
Participemos en esta campaña para impedir que entre vigor en enero próximo la libre importación de maíz y frijol prevista en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Otro tema fundamental es el respeto a los derechos humanos. Es una convicción de nuestro movimiento defender los derechos humanos. No podemos admitir que se sigan atropellando los derechos de los mexicanos, como ha ocurrido en Atenco, Oaxaca y otros lugares del país.
Demandamos la renuncia y el castigo a Ulises Ruíz y a Mario Marín; exigimos castigo a los responsables de violar los derechos humanos.
Particularmente en los casos del asesinato de la indígena Ernestina Ascensión Rosario en la Sierra de Zongolica en Veracruz y de la familia asesinada por soldados en un retén en Sinaloa.
Desde aquí exigimos la libertad de todos los presos políticos en el país, no podemos aceptar que se encarcele a los mexicanos que luchan por la justicia y los derechos del pueblo.
No queremos que se le de a los luchadores sociales trato de criminales, no aceptamos que estén en las cárceles de alta seguridad, no aceptamos que esté en Almoloya, Flavio Sosa.
Ahí deberían de estar los grandes ladrones que hay en nuestro país, no los luchadores sociales.
También nos solidarizamos con los ciudadanos que se oponen al saqueo y destrucción de tierras, bosques, aguas, medio ambiente, del patrimonio cultural y natural de la nación.
Exigimos el cese de la devastación que realiza la Minera San Xavier en San Luis Potosí o la que se pretende consumar en La Parota, en Guerrero.
Y desde aquí rendimos homenaje a la familia Zamora y al joven asesinado Aldo, de San Juan Atzingo, Estado de México, defensores de la ecología popular.
Es urgente, siempre lo ha sido, el reconocimiento de los derechos indígenas y las leyes que les corresponden; y nunca está de más insistir, mujeres y hombres a la vez, en la incorporación plena de las mujeres en todos los niveles de la vida del país. Ahora, un movimiento que no sea también feminista, será un movimiento trunco, como lo será un movimiento que no lucha por los derechos de las minorías legales y legítimas, por las sociedades de convivencia, por la legislación que incluya en los códigos penales los crímenes de odio.
El propósito central de nuestro movimiento, es la transformación del país y reitero, lo vamos a lograr, estoy optimista, estoy seguro, vamos a transformar al país sin violencia, por la vía pacífica, con la revolución pero de las conciencias, con este cambio de mentalidad que afortunadamente ya se inició, y vamos a lograr esa transformación con organización y mucha participación ciudadana.
¿Verdad que compartimos ese punto de vista, ese ideal?
(La gente responde con un sí)
A esto estoy dedicando la mayor parte de mi tiempo, y aquí lo aclaro, porque hay quienes me preguntan: ¿Qué está haciendo el presidente y el gabinete del presidente legítimos?
Desde luego se sabe poco, porque estamos padeciendo de un cerco informativo, de un bloqueo informativo. Pero estamos trabajando todos los días, estoy dedicando la mayor parte del tiempo y agradezco el tiempo que ustedes le están dedicando a ustedes mismos a construir la organización ciudadana desde abajo, porque yo tengo, como ustedes, la creencia, la convicción, de que el cambio no se va a dar de arriba hacia abajo.
Ya lo hemos visto, la llamada sociedad política está podrida y el cambio y la transformación que necesita México tiene que darse de abajo hacia arriba, desde los pueblos, con la participación de todas y de todos.
Solo con ese movimiento vamos a poder sacar al país del atraso en que se encuentra y vamos a poder sacar a nuestro pueblo, y esto es lo más importante, de la pobreza y de la marginación.
Lo mío, lo nuestro, mis recorridos por el país, no son visitas, sino ejercicios de información y diálogo. De los 2 mil 500 municipios del país, llevamos recorridos 530.
Allí, en asambleas informativas, de manera conjunta hemos examinado en todas las plazas públicas de los municipios los sentimientos del pueblo y hemos decidido no claudicar, no rendirnos, sino seguir adelante y no permitir que se apague la llama de la esperanza.
Con este mismo propósito estamos creando la red nacional de representantes del Gobierno Legítimo, la base de la organización ciudadana para transformar al país.
En esta tarea hemos avanzado mucho. Hemos logrado ya inscribir a muchos mexicanos. Puedo informarles con orgullo que en cuatro meses se han registrado un millón de representantes en todo el territorio nacional. Algo inédito en la historia de México.
Nuestra meta es contar con 5 millones de representantes hacia finales del próximo año.
Por eso les quiero pedir a todos ustedes y a muchos más que no pudieron venir, que nos ayuden a cumplir con esa meta. A los representantes que ya están acreditados y que estén dispuestos a colaborar activamente en esta tarea en su colonia, barrio, pueblo o comunidad, o en su centro de trabajo, escuela, organización social o institución civil, les propongo a cada uno de ustedes que inviten y convenzan a cinco vecinos, amigos o compañeros de trabajo o de estudio para que se acrediten como representantes del Gobierno Legítimo de México.
Que hagamos todos la tarea. ¿Estamos de acuerdo, les pregunto amigas y amigos?
(La gente responde con un sí)
Vamos a convencer, a acreditar a cinco, cada uno de nosotros.
Y que se corra la voz hasta que se cumpla con la meta de cinco millones de representantes del Gobierno Legítimo de México.
Al final vamos a tener, y ese es el propósito, la organización ciudadana más importante que se haya visto en la historia del país.
También aquí aprovecho, no quiero dejar pasar el tema. Quiero aprovechar para recordarles que en la Asamblea pasada hicimos un compromiso. Les recuerdo.
Hicimos el compromiso de que si el gobierno usurpador envía una iniciativa de ley para reformar la Constitución y pretende entregar a particulares el petróleo, sea a nacionales o extranjeros, que en ese momento que se envíe esa iniciativa, sin que media ninguna otra consideración, voy yo de nuevo a convocarles con carácter extraordinario, con carácter urgente, para congregarnos aquí de nuevo, en el Zócalo, y tomar las medidas que sean necesarias.
De una vez adelantamos: No vamos a permitir la privatización de la energía eléctrica ni del petróleo. La Patria no se vende, la Patria se defiende.
Amigas y amigos:
A pesar del acoso, el silencio, del bloqueo, del cerco informativo, y la difamación, seguimos contando con el apoyo y el respeto de millones de mexicanos, hombres y mujeres, comprometidos con justicia, la libertad la democracia.
En este tiempo ha quedado demostrado que el régimen y sus medios de comunicación no han podido destruir nuestro movimiento. A pesar de que reiteradamente sostienen que ya no significamos nada y que nuestro movimiento se esfumó, aquí estamos. Hemos resistido y creceremos.
En contraste, nuestros adversarios no podrían sostenerse sin los medios de comunicación. ¿Qué sería del pelele sin la tele?
Toda la estrategia de control que ellos manejan para imponerse se basa en la manipulación que llevan a cabo los medios de comunicación. Al grado que han envilecido a un número significativo de periodistas y comunicadores y los que no se han dejado someter han sido amenazados, hostigados y asfixiados económicamente.
Tal es el caso reciente de don José Gutiérrez Vivó que, después de 33 años de transmitir su programa informativo Monitor, fue víctima de ésta perversa estrategia. Desde aquí le expresamos nuestra solidaridad y le decimos que puede contar con nosotros.
Amigas y amigos:
Vamos hacia adelante. Este movimiento de transformación nacional ya nadie lo detendrá, porque no depende de una persona, porque ha llegado el tiempo de cambiar de adeveras, porque de la resistencia surgirán las opciones para renovar y construir las nuevas instituciones de la República, la nueva legalidad, la nueva economía, la nueva forma de hacer política y una sociedad menos desigual y más humana.
Estoy optimista. Sostengo que más temprano que tarde triunfará nuestra causa, todo depende de que no nos cansemos de pensar y de ser como somos. Todo depende de la perseverancia, de la terquedad y de la defensa de nuestros ideales, de la defensa de las causas que defendemos.
Mantengamos con firmeza nuestras convicciones. Todo depende de que cada uno asuma su responsabilidad y de que nunca perdamos la fe en lo que estamos defendiendo y lo que nosotros representamos para el destino de nuestra Patria.
Tenemos la razón moral, la razón política y la fuerza del pueblo, ese es el principal recurso, el tesoro de nuestro movimiento y la principal riqueza de nuestro país.
Conquistemos el derecho a ser libres y hagamos de México un país verdaderamente democrático.
El futuro es nuestro, es de todos, de las mujeres y de los hombres dignos y libres de nuestro país.
Muchas gracias a todas y a todos ustedes.
¡Viva la CND!
¡Viva este movimiento de las conciencias!
¡Viva la crítica que también es gobierno!
¡Viva México!
¡Arriba los de abajo!
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