Teodoro Rentería Arróyave 10/04/2007
Considerada desde siempre por la jerarquía católica la escenificación de la Pasión y Muerte de Jesús en Iztapalapa como una fiesta pagana y sólo aceptada o tolerada por los párrocos y sacerdotes locales, la representación 164 de la crucifixión del Nazareno fue aprovechada por la propia Iglesia y por la derecha más trasnochada para hacer manifestaciones públicas en contra de la despenalización del aborto que se discute actualmente en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El cardenal arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera quien actualmente enfrenta graves demandas penales en la Corte de Los Angeles, California, Estados Unidos, cuando menos por encubrimiento y negligencia en el caso de abuso sexual a niños por parte del sacerdote, Nicolás Aguilar Rivera, actualmente prófugo de la justicia, se arrepintió de su deseo, anunciado, de llegar en helicóptero hasta el Cerro de la Estrella, escenario principal de la fiesta pagana religiosa, para desde ahí en un discurso oponerse a la legalización del aborto y de la eutanasia.
La historia de la supuesta participación del cardenal Rivera Carrera en el caso de cuando menos 86 niños violados por el sacerdote Aguilar Rivera solamente en nuestro país, procede desde 1989 e involucra a su homólogo en la ciudad angelina, Roger Mahony, quien por cierto en su última declaración negó haber recibido una carta del mexicano donde le advertía de las desviaciones sexuales del sacerdote acusado de pederastia, no obstante que uno de los cargos contra Rivera es el de haberle propiciado la salida de Tehuacan, Puebla y su refugio en Los Angeles. Sin embargo, el cardenal de la Diócesis de México, no dejó pasar el jueves santo, para arengar a los feligreses sobre su actitud ante la labor legislativa citadina, afortunadamente dentro de las paredes permisibles, en este caso la Catedral Metropolitana.
Mientras tanto en Iztapalapa la intromisión por parte de los integrantes de la organización no gubernamental, Defensa de la Familia y los Valores retrasaron una hora la 'Muerte de Jesús', la famosa hora nona no valió nada para éstos; el Cristo de Iztapalapa por primera vez en 164 años expiró a las 16 horas, en lugar de la que indican las Sagradas Escrituras, las 15 horas.
Los manifestantes aprovecharon la concentración de cerca de 2 millones visitantes para colocar una manta con una leyenda contra el aborto en la reja de la entrada de la iglesia de San Lucas Evangelista, que después fue removida a otros dos sitios.
El mensaje del cardenal Norberto Rivera Carrera a sacerdotes y obispos de su arquidiócesis que titulo la 'embestida del mal que atenta contra los valores más queridos de los mexicanos', se dividió en tres urgentes exhortos: Uno, oponerse a la aprobación de una ley inmoral llamada de convivencia, que no tiene otro fin que la erosión del matrimonio, se refería a la legalización de los matrimonios entre individuos del mismo sexo; dos, oponerse a la propuesta de una 'ley inicua que pretende hacer legal lo que es absolutamente inmoral: la eliminación del niño en el vientre de su madre', la ley de despenalizació n del aborto. Y tres, 'tolerancia cero' para sacerdotes que incurran 'con su depravada conducta en actos de pederastia, dañando a víctimas inocentes (los niños), con lo cual provocan el dolor y escándalo en las familias y en la Iglesia'.
¿Cómo creerle a Norberto Rivera Carrera, mientras no dilucide los 12 cargos de los que está acusado en el Tribunal de los Angeles, donde no se atreve a presentarse a declarar y máxime que su homólogo Roger Mahony le ha desmentido de ser cómplice en su acción, al menos protectora del sacerdote pederasta prófugo, Nicolás Aguilar Rivera?
miércoles, 11 de abril de 2007
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