Demandan a tres empresas por vender bebidas contaminadas
Una botella de jugo sobrepasó 96 veces la cantidad de moho que permiten normas oficiales, revela análisis de un laboratorio.
Tres personas, con problemas de salud por ingerir esos líquidos
ALMA E. MUÑOZ
El 14 de junio de 2006, Irlanda Katia Chacón Beltrán, cuando tenía tres meses de embarazo, bebió tres jugos Jumex AMI Naranjada, de 500 mililitros cada uno, que tenían seis meses de haber caducado. Horas después tuvo que ir a la clínica 13 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Azcapotzalco, pues tenía dolor vientre, náuseas, diarrea, vómito constante y sangrado vaginal, que culminó en un legrado.
Su marido, Juan Antonio Sánchez Reséndiz, y el hijo de una amiga suya presentaron síntomas gastrointestinales semejantes, después de consumir, el primero, dos AMI Naranjada, y el segundo, uno, la misma noche que Katia.
Cinco meses después, el matrimonio llevó al Laboratorio Fermi uno de los 12 jugos comprados por caja en Costco Polanco, el 30 de abril de ese año. El análisis estableció que la unidad, envasada en plástico cerrado y sellado, con tapa y retapa aluminizada, contenía "formaciones algodonosas en el fondo del envase, y una placa de color verde en la superficie del líquido, aparentemente de moho".
El resultado microbiológico -cuya copia tiene este diario- señala que la muestra tenía 2 mil 400 unidades formadoras de colonias de moho por mililitro, cuando el límite es de 25 -establecido por las normas oficiales mexicanas de salud NOM-110-SSA1-1994 y NOM-111-SSA1-1994, así como por el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 9 de agosto de 1999. Es decir, la cantidad de hongos sobrepasó 96 veces la cifra permitida.
Ante los hechos, la pareja interpuso una denuncia civil contra las empresas Jumex, Frugosa y Costco, acusándolas de producir, envasar, distribuir y vender jugos con cantidades de moho superiores a lo estipulado.
La demanda por daño físico, moral y perjuicios fue admitida en el juzgado 31 de lo civil en el Distrito Federal el 13 de diciembre de 2006, con el número de expediente 976/06SB, prácticamente seis meses después de que bebieron los jugos y a siete de que los compraron.
El matrimonio y su abogado, Javier Castillo Moreno, contaron la historia a La Jornada.
Según cálculos de Sánchez Reséndiz, si los jugos ingeridos por la señora Chacón contenían la misma cantidad de hongos detectados por el laboratorio, su esposa bebió, por botella, un millón 200 mil unidades de moho, cuando lo permitido son 12 mil 500. En total, dijo, consumió 3 millones 600 mil unidades de hongos, en lugar de las 37 mil 500 establecidas como límite.
Aseguró que una vez recuperados de sus malestares presentaron una queja, la cual iba acompañada de un jugo AMI como prueba, ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, el 7 de julio siguiente. Seis días después, el organismo les contestó que había dado trámite a su documento con el oficio COS/DSVS/1313/06.
En tanto, el quejoso, de profesión abogado, intentó contactar con sus pares en Jumex. Se comunicó al 01 800 01JUMEX, donde dijo que una mujer de nombre Mariluz Soto levantó el reporte con los hechos narrados. Posteriormente, Sánchez Reséndiz recibió una llamada telefónica de Marco Antonio López Torres, quien en nombre de Emilio Domínguez, de la gerencia jurídica de la empresa, le expuso que plantearía a sus superiores la situación. Le dejó como referencia el número telefónico 56-99-19-99, extensiones 11023 y 11021. Cuando utilizó esa vía para transmitir sus mensajes, éstos fueron recibidos por una secretaria.
Recordó que días después lo contactaron Ruth Díaz y Sandra Palacios, quienes se identificaron, vía telefónica, como químicas fármacobiólogas adscritas al departamento de control de calidad de Jumex. Afirmó que lo conminaron a visitarlas en Vía Morelos 272, colonia Santa María Tulpetlac, Ecatepec, y le pidieron que llevara los jugos para cambiárselos y hacer el análisis respectivo.
El matrimonio se negó a entregar las muestras a la empresa, y optó por llevar un jugo al Laboratorio Fermi. Y tras el resultado obtenido decidieron continuar la acción por la vía legal.
La Jornada buscó a los abogados de Costco, Jumex y Frugosa. Se comunicó a las oficinas del gerente jurídico de la primera empresa, Alejandro Bustos, donde una mujer -quien rehusó proporcionar su nombre- dijo que pasaría "el mensaje al licenciado" y que después se comunicaría, lo cual, hasta hoy día, no ha ocurrido.
A Marco Antonio López, de Jumex y Frugosa, se le llamó a su teléfono celular -proporcionado por los querellantes. Aunque admitió pertenecer al departamento jurídico de la empresa, dijo que se debería hablar con otra persona para abordar el caso. No obstante, se comprometió a servir de intermediario, pero tampoco fructificó la petición.
El matrimonio afectado, en tanto, aseguró que con la demanda buscan proteger a personas que consuman jugos envasados, sobre todo a niños, cuyos padres acostumbran incluir en su refrigerio escolar ese tipo de productos.
Sostuvieron que durante meses buscaron a los responsables antes mencionados, pero sólo recibieron una contrademanda por "gastos y costos del juicio", mientras su abogado, Javier Castillo Moreno, indicó que en su respuesta a la querella, Jumex y Frugosa reconocieron que ellos elaboraron los jugos el 16 de febrero de 2006, bajo el lote de producción X6B108/01:51, y fecha de caducidad 10 de diciembre de 2006.
Desde noviembre pasado Katia, quien da clases en un jardín de niños, recibe tratamiento en el hospital siquiátrico Fray Bernardino Alvarez. Su situación la describió así: "yo estaba muy bien, pero por tomarme esos jugos pasó esto. Mi embarazo iba bien, no tenía ningún problema".
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