PARA ENTENDER LA NOTICIA
Por Benjamín Castro
La reforma fiscal refleja la debilidad de Calderon
Ahí esta la explicación del voluminoso secretario de hacienda Agustín Carstens sobre los supuestos "beneficios" de la reforma fiscal. El sicario financiero del FMI no pudo imponer, como hubiera sido su deseo, el tan recomendado "ataque al consumo" de la población a través de la imposición del IVA en alimentos y medicinas aunque fueran "selectos", es decir, algunos si y a otros no. No se pudo. El "brazo político" de Carstens, Felipe Calderón no tiene la fuerza política suficiente para imponer algo así. Su "guerra contra el narcotráfico" no le ha redituado ese poder vía el apoyo político de una población atemorizada. Calderón sigue siendo una figura impopular y los partidos políticos lo saben, especialmente los dirigentes del PRI, que son los que le venden más caro su apoyo. Calderón tuvo que recurrir a otros impuestos a pesar de tantas recomendaciones del FMI o de la OCDE en el sentido de que "gravar el consumo es la moda… wey…Los países mas cool lo hacen wey…". Según ellos, gravar el consumo de alimentos, medicinas, servicios etc. es la forma mas eficiente de saqueo de las poblaciones.
Así que recurrieron a un truco, la indescifrable "Contribución Empresarial de Tasa Única "(CETU), que obviamente es un impuesto que golpea a las empresas pero que es tan complicado en su aplicación que tuvieron que diferirlo. Eso si el Congreso se los autoriza. También le quieren dar facultades a los gobiernos estatales y municipales para que cobren impuestos a la gasolina, a la cheve y a los cigarros. Con esto, Carstens y Calderón le quieren pasar su impopularidad a los gobernadores estatales que de por si no son muy bien vistos por la gente.
Además de eso, van contra la economía informal, es decir, contra la raza que vive de vender cosas en la calle y que son ya más de 12 millones de mexicanos. Pero estos no son tan tarugos. Si les quieren cobrar impuestos por sus depósitos bancarios, simplemente no depositaran el dinero y yá. Por eso el CIDE y otros organismos del sector empresarial están descontentos con la reforma del voluminoso Carstens, la consideran "mas de lo mismo" esperaban mas del abominable sicario del FMI y de su sangre fría. Pero no puede ser. Ningún burócrata del FMI por despiadado que sea puede imponer su voluntad sino tiene un "brazo político" fuerte y popular y el pelele Felipe Calderón no lo es. Tendrán que buscarle por otro lado en su afán de recaudar más y de saquear al país para complacer a los acreedores internacionales. Pueden hacerlo, pero perderán tiempo y lo poquito que tienen de fuerza política.
Por otro lado, la solución científica no monetarista y no irracional al problema de la recaudación necesaria para el Estado es el crecimiento de la propia economía. El Estado debe financiar grandes obras de infraestructura que aumente radicalmente las productividad de la economía y mejoren su eficiencia. Para eso sirven los ferrocarriles de alta velocidad que reducen los costos del traslado de los bienes y del aprovisionamiento de las ciudades, las proyectos hidráulicos que trasladan el agua de donde hay a donde no existe, las plantas nucleares que proporcionan una fuente de muy alta densidad de energía etc. etc. Si el Estado concentra sus recursos en este tipo de inversión, habrá una "ganancia" segura que se presentará como recaudación de impuestos bajos, razonables pero multiplicados. Eso, por supuesto, no lo comprenden los monetaristas como Carstens ni su "brazo político" que es Calderón. Para ellos lo único que importa es servir y honrar al sistema financiero usurero y canceroso, no importa para ello sacrificar a la población.
El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.
benjamincastro_1@hotmail.com
http://comiteslaborales.blogspot.com
tambien visite: www.larouchepac.com
Por Benjamín Castro
La reforma fiscal refleja la debilidad de Calderon
Ahí esta la explicación del voluminoso secretario de hacienda Agustín Carstens sobre los supuestos "beneficios" de la reforma fiscal. El sicario financiero del FMI no pudo imponer, como hubiera sido su deseo, el tan recomendado "ataque al consumo" de la población a través de la imposición del IVA en alimentos y medicinas aunque fueran "selectos", es decir, algunos si y a otros no. No se pudo. El "brazo político" de Carstens, Felipe Calderón no tiene la fuerza política suficiente para imponer algo así. Su "guerra contra el narcotráfico" no le ha redituado ese poder vía el apoyo político de una población atemorizada. Calderón sigue siendo una figura impopular y los partidos políticos lo saben, especialmente los dirigentes del PRI, que son los que le venden más caro su apoyo. Calderón tuvo que recurrir a otros impuestos a pesar de tantas recomendaciones del FMI o de la OCDE en el sentido de que "gravar el consumo es la moda… wey…Los países mas cool lo hacen wey…". Según ellos, gravar el consumo de alimentos, medicinas, servicios etc. es la forma mas eficiente de saqueo de las poblaciones.
Así que recurrieron a un truco, la indescifrable "Contribución Empresarial de Tasa Única "(CETU), que obviamente es un impuesto que golpea a las empresas pero que es tan complicado en su aplicación que tuvieron que diferirlo. Eso si el Congreso se los autoriza. También le quieren dar facultades a los gobiernos estatales y municipales para que cobren impuestos a la gasolina, a la cheve y a los cigarros. Con esto, Carstens y Calderón le quieren pasar su impopularidad a los gobernadores estatales que de por si no son muy bien vistos por la gente.
Además de eso, van contra la economía informal, es decir, contra la raza que vive de vender cosas en la calle y que son ya más de 12 millones de mexicanos. Pero estos no son tan tarugos. Si les quieren cobrar impuestos por sus depósitos bancarios, simplemente no depositaran el dinero y yá. Por eso el CIDE y otros organismos del sector empresarial están descontentos con la reforma del voluminoso Carstens, la consideran "mas de lo mismo" esperaban mas del abominable sicario del FMI y de su sangre fría. Pero no puede ser. Ningún burócrata del FMI por despiadado que sea puede imponer su voluntad sino tiene un "brazo político" fuerte y popular y el pelele Felipe Calderón no lo es. Tendrán que buscarle por otro lado en su afán de recaudar más y de saquear al país para complacer a los acreedores internacionales. Pueden hacerlo, pero perderán tiempo y lo poquito que tienen de fuerza política.
Por otro lado, la solución científica no monetarista y no irracional al problema de la recaudación necesaria para el Estado es el crecimiento de la propia economía. El Estado debe financiar grandes obras de infraestructura que aumente radicalmente las productividad de la economía y mejoren su eficiencia. Para eso sirven los ferrocarriles de alta velocidad que reducen los costos del traslado de los bienes y del aprovisionamiento de las ciudades, las proyectos hidráulicos que trasladan el agua de donde hay a donde no existe, las plantas nucleares que proporcionan una fuente de muy alta densidad de energía etc. etc. Si el Estado concentra sus recursos en este tipo de inversión, habrá una "ganancia" segura que se presentará como recaudación de impuestos bajos, razonables pero multiplicados. Eso, por supuesto, no lo comprenden los monetaristas como Carstens ni su "brazo político" que es Calderón. Para ellos lo único que importa es servir y honrar al sistema financiero usurero y canceroso, no importa para ello sacrificar a la población.
El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.
benjamincastro_1@hotmail.com
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