martes, 26 de junio de 2007

Guadalupe Loaeza / 'El desquite'

Tomado de Reforma


Hay fechas que no se pueden olvidar; que no debemos de olvidar, una de ellas es el 2 de julio de 2006. Los que votamos por el candidato de la coalición Por el Bien de Todos nos sentimos todavía desorientados; como que aún no hemos digerido muy bien todo lo que pasó aquel domingo de elecciones, en el cual el país pareció partirse en dos. No obstante ha pasado un año, a lo largo y ancho de la República Mexicana existen muchos mexicanos que continúan sintiéndose despojados, robados y burlados por la falta de certeza en los resultados de la elección presidencial más competitiva de la historia.

No les falta razón. ¿Cómo olvidar el desafuero? ¿Cómo olvidar la "guerra sucia" que se llevó a cabo antes, durante e incluso después de la campaña? ¿Cómo olvidar la intervención de las dos televisoras, la de la Iglesia y la del Consejo Coordinador Empresarial? ¿Cómo olvidar la actuación tan errática del IFE? ¿Cómo olvidar el dictamen de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación? Y, por último, ¿cómo olvidar las palabras de un triste personaje llamado Vicente Fox, quien con todo cinismo admitió: "Yo tuve mi propio problema con el alcalde de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador (...) tenía un dilema: por un lado respetar la orden del juez o por otro el reclamo de López Obrador de que su candidatura a la Presidencia se respetara. Fue una decisión difícil y perdí. Él obtuvo hasta el 80 por ciento del respaldo de la gente para que se respetara su derecho a participar como candidato a la Presidencia (...) retiramos el juicio político y pagué los costos. 18 meses después obtuve mi victoria. El día de la elección ganó el candidato de mi partido. ¡Me desquité!"

El desquite es, precisamente, el subtítulo del libro Reporte 2006 de Socorro Díaz, periodista y política, quien fuera además integrante del equipo de campaña de López Obrador, el cual se presenta esta noche en la Casa Lamm a las 18:30 horas. Con una prosa espléndida y un gran sentido periodístico, Socorro Díaz nos describe los días que vivió México del 2 de julio al 1o. de diciembre. Debo decir que revivir, día por día, casi hora por hora, la historia de ese lapso fundamental resulta además de muy revelador, imprescindible para entender por qué después del 2 de julio nació un movimiento político y social de resistencia que no tiene paralelo en la vida del país.

Conforme una va avanzando en la lectura se descubre por qué Socorro escribió este libro. Porque necesitaba dejar testimonio de los acontecimientos políticos que rodean el fraude electoral del 2 de julio. Además, quiere entender y que otros entiendan en qué consistieron los hechos que configuraron la operación del "desquite". Es evidente que a través de su texto se descubre que no le bastan las declaraciones de algunos de los protagonistas de la "operación desquite" como Elba Esther Gordillo. Todos sabemos que la maestra se jactó el domingo siguiente del 2 de julio de haber implementado una operación especial en Guanajuato y otras entidades para cobrarle a López Obrador el agravio de no haber querido aliarse con ella. Y de haber invitado a los maestros a votar con libertad de acuerdo a su conciencia. Para la autora la revancha contra López Obrador se tradujo en miles de actas firmadas sólo por el PAN y el Panal en donde la votación a favor de Calderón es increíblemente alta, respecto a los resultados nacionales.

Algo que me llamó particularmente la atención de todo el reporte de Socorro fue la reunión que Carlos Abascal sostuvo entre las 17:00 horas y las 18:00 horas del 2 de julio con propietarios de medios electrónicos de comunicación en la sede de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión. El secretario de Gobernación los reunió para pedirles que no difundieran encuestas de salida ni conteos rápidos. Hay que decir que para esas horas, López Obrador tenía 3 puntos arriba del candidato de la derecha. Nadie mejor que Socorro sabe que en el periodismo se investiga sobre la veracidad de sus fuentes. De allí que verificó, tal como lo dice en su libro, con cuatro de los asistentes a esa reunión. Dos de ellos le comentaron a la autora que lo que se dijo fue que Calderón iba arriba, a lo que Socorro respondió: "¿Y no resulta por lo menos raro que si el candidato del oficialismo iba ganando, aunque fuera por una décima, el gobierno haya decidido impedir que se divulgara ese hecho y que toda la elección quedara bajo sospecha? Estoy convencida de que si ésa hubiera sido la verdad la habrían festinado sin límite". Lo que Abascal quería era tiempo para "la negociación". En efecto, Abascal necesitaba tiempo, pero ciertamente no para "la negociación", sino para el encubrimiento de lo que estaba ocurriendo en las casillas electorales en esos momentos. He aquí una parte no divulgada hasta ahora de la "operación desquite".

En El desquite también encontramos un capítulo dedicado a la autocrítica, lo cual resulta muy saludable. Para Socorro Díaz sí hubo errores en la campaña, para ella fue un error costoso no haber ido al primer debate y que López Obrador no lo haya explicado ampliamente. Lo segundo fue "cállate, Chachalaca" porque, según la autora, le dio armas a sus adversarios para desplegar la guerra sucia. También lamenta el que López Obrador no se haya reunido con un mayor número de empresarios que están aprovechando los nuevos nichos de oportunidad de la globalización y construyendo empresas prósperas fuera del Distrito Federal y en muchas entidades del país. Estos empresarios manifestaron de manera reiterada su interés de reunirse con el candidato de la coalición.

Recomiendo, sinceramente, el libro El desquite de Socorro Díaz, porque los mexicanos necesitamos saber toda la verdad de lo ocurrido antes, durante y después del 2 de julio. No sólo para defender la victoria que no le reconocieron a López Obrador, sino para defender el derecho que todos tenemos a elegir a nuestros gobernantes y para defender la vida democrática de México.

Para no olvidar lo que sucedió antes, durante y después del 2 de julio del 2006, para que lo tengamos presente siempre, para que no vuelva a ocurrir, aprovecho igualmente para invitarlos a recorrer la exposición Foto por Foto, que hoy se inaugura en el Paseo de la Reforma a la altura de la glorieta de la Diana Cazadora, integrada por alrededor de 200 obras de fotógrafos mexicanos y cuatro caballos de Troya gigantescos, realizados por el espléndido artista Rolando de la Rosa. Es importante que cada uno de ustedes haga su propia crónica, su propia historia y su propio dictamen de lo que sucedió un domingo ciudadano lleno de luz, pero sobre todo de sombras.

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