lunes, 18 de junio de 2007

Aznar en México

18/JUNIO/2007
Alianza cristiana y occidental

Álvaro Delgado / CIUDAD DE MÉXICO / Proceso

El Partido Acción Nacional (PAN) teme que José María Aznar, el ex presidente del Gobierno de España que ayer llegó a México, sea víctima de un atentado del “terrorismo internacional”, por lo que solicitó el “apoyo” de la Administración de Felipe Calderón para que ingresen al País cuatro guardaespaldas españoles, y a fin de que “en todo momento” el Estado Mayor Presidencial (EMP) custodie al visitante.
Acompañado por una delegación de seis personas, integrantes del Partido Popular (PP) y de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside, Aznar estará en territorio mexicano durante cuatro días. Por ello, además del apoyo mencionado el PAN solicitó al Gobierno de Calderón tres vehículos para que Aznar se traslade con seguridad.

“Debemos solicitar el apoyo de la Cancillería mexicana para que el presidente del FAES tenga a su disposición, en todo momento, el resguardo del Estado Mayor Presidencial y para que se permita el acceso a México del personal de seguridad que lo acompaña, considerando que don José María Aznar es blanco del terrorismo internacional”, dice textualmente la solicitud que el PAN hizo al Gobierno de Calderón a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

En el documento, del que Proceso tiene copia, se detallan los requerimientos de seguridad a Aznar desde su llegada al aeropuerto capitalino la tarde de ayer, la agenda que desahogará hasta su partida –la mañana del miércoles 20–, así como la identidad de los seis miembros de la delegación que lo acompaña, cinco de ellos del área internacional de la FAES.


La alianza “antioccidental”

A un año cuatro meses de que se inmiscuyó en el proceso electoral y violó la Constitución de México por hacer proselitismo a favor de Calderón, por lo que el Instituto Federal Electoral impuso al PAN una multa de 146 mil pesos, Aznar visitará México invitado por la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) que preside Manuel Espino, quien también encabeza ese partido estrechamente vinculado al PP español.

Hace apenas una semana, el 10 de junio, Espino formalizó en Madrid la apertura de Europan, una oficina para fortalecer la vinculación con los partidos de derecha de ese continente y que es parte del proyecto para impulsar a Vicente Fox como presidente de la Internacional Demócrata Cristiana, un acto al que asistió la ex senadora panista, Luisa María Calderón Hinojosa.

En febrero de 2006, en su anterior visita a México –que fue patrocinada por el PAN–, el ex jefe del Gobierno español (1996-2004) y ex presidente del PP violó la Constitución al pronunciarse públicamente en favor del triunfo de Calderón. Esta vez se entrevistará con él durante una hora, este día en la residencia oficial de Los Pinos, y por la noche lo hará con Espino en las instalaciones de Acción Nacional.

En aquella ocasión, la Secretaría de Gobernación, a cargo entonces de Carlos María Abascal –actual secretario general adjunto del PAN–, sólo recomendó tardíamente a Aznar, que ya volaba a España, respetar el marco legal en territorio mexicano, y al partido anfitrión le solicitó informar a sus visitantes que la Constitución establece que los extranjeros no pueden inmiscuirse en asuntos políticos del País.

Aznar tiene previsto presentar en la sede de la ODCA, el martes 19, el polémico estudio América Latina: Una agenda de libertad, que establece directrices que deben seguir los partidos de derecha de la región contra quienes identifica como adversarios de Occidente: La “alianza” de izquierdistas, populistas, altermundistas y aun indígenas.

“La alianza antisistema empezó a gestarse de manera espontánea, por la coincidencia en los enemigos y en las fobias. Esa aversión común es la que aglutina a la izquierda que fracasó en mayo de 1968 y a la que se le vinieron encima los cascotes del Muro de Berlín; a los intelectuales que alentaron el comunismo y hoy ven con complacencia la pulsión antioccidental del islamismo jihadista; a los antiglobalizadores altermundistas del más distinto pelaje y a las distintas manifestaciones de indigenismo, populismo y fanatismo religioso.”

Todos ellos, según el documento, “forman parte de esta alianza, difusa pero operativa, creen ver en ella una oportunidad de acrecentar su influencia y debilitar a su enemigo común, Occidente, y para ello no dudan en aliarse los más extraños compañeros de viaje, lo que explica la creciente cercanía y coordinación entre todos estos elementos y el islamismo”.

Aliado de George Bush y de Anthony Blair para invadir Iraq, después de los atentados terroristas en Estados Unidos en 2001, Aznar ha sido un duro crítico de todas las visiones distintas a la suya -como las que sostienen Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, mandatarios de Cuba, Venezuela y Bolivia-, y en su visita a México, en el contexto del proceso electoral mexicano, de plano se pronunció a favor de Calderón.


Temas de cuidado

El 21 de febrero del año pasado, el ex jefe de Gobierno de España consideró que el PAN, en cuya sede se encontraba, “ofrece el mejor proyecto posible, apoyado por un gran partido, unido en torno al mejor candidato, con ideas solventes para que México avance”... Y añadió: “Yo estoy aquí también para decir que espero, deseo que Felipe Calderón sea el nuevo Presidente de México por el bien de todos los mexicanos y por el bien del País”.

El PAN y su candidato presidencial minimizaron la violación constitucional, que establece en su artículo 33: “Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del País”. Calderón adujo que no estaba buscando el apoyo de Aznar y que éste sólo expresó el punto de vista de un “amigo”, mientras que Espino declaró que cualquier extranjero puede venir a México a emitir su opinión y manifestar su apoyo a candidatos y políticos.

Inclusive Manuel Espino se dijo “muy satisfecho” con la postura de la Secretaría de Gobernación, sobre Aznar, exigida por el Partido de la Revolución Democrática, al que el dirigente panista acusó reiteradamente de recibir apoyo de Chávez -según él, un “gemelo” de Andrés Manuel López Obrador-; “pero no hemos lloriqueado por eso”, añadió.

Ahora Espino -a quien el miércoles 13 el Tribunal Electoral federal ordenó sancionar, aun con expulsión del PAN, a raíz de un juicio promovido por su correligionario Luis Paredes Moctezuma- es otra vez el anfitrión de Aznar y de Miguel Ángel Cortés, miembro de la dirigencia del PP y de la delegación que visita México, uno de los países que forman parte del “proyecto estratégico” de la FAES.


Fuera de política

Reconvenido por la Secretaría de Gobernación, que también ordenó al PAN recordarle a sus visitantes que tienen que respetar la Constitución y las leyes vigentes, Aznar no podrá hablar de asuntos políticos de México. Y aunque no existe un proceso electoral federal en curso, como en 2006, hay una lucha entre el Gobierno Federal y los cárteles de la droga, así como una ruda confrontación de facciones en el PAN, temas que, se especula en este partido, podría abordar “con cuidado”, según una fuente que no quiso ser identificada.

Además de entrevistarse con Calderón y Espino, Aznar “tiene programados diversos encuentros con personalidades de los ámbitos económico, político y social de nuestro País”, según el oficio enviado el jueves 7 por Rodrigo Iván Contreras, director de Relaciones Internacionales del PAN, a Bertina Chávez Soriano Rojo, directora general de Coordinación Política de la SRE.

El oficio detalla que la delegación la integran, además de Aznar, el propio Cortés y cuatro guardaespaldas –cuya identidad no se da a conocer–, cinco integrantes de la FAES: Alberto Carnero, director del Área Internacional; José Herrera, director adjunto y coordinador para Norteamérica y Cuba, así como Roberto Larrea, Pablo Arias y Guillermo Hirschfeldl.

Desde su arribo al aeropuerto, los españoles estarán atendidos por Erik Porres Blesa, secretario ejecutivo de la presidencia de la ODCA, y Judith Cervantes Valdés, coordinadora de Política Exterior del CEN del PAN, además de la custodia proporcionada por elementos del EMP, cuyo reglamento establece, en la fracción primera del artículo 4, su función de garantizar la seguridad de los mandatarios y funcionarios extranjeros que visiten México, “y de otras personalidades que por la importancia de su cargo o encomienda expresamente ordene el titular del Ejecutivo Federal”.

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