sábado, 2 de junio de 2007

Ni perdón ni olvido: junio

Una vez más la resistencia civil pacífica, convocada por la Resistencia Creativa y acompañando a Gerardo Fernández Noroña, se hizo presente frente a la puerta número 1 de Los Pinos para recordarle al presidente usurpador y espurio que para él no habrá ni perdón ni olvido por haberse robado la elección el año pasado. Desde temprana hora el contingente comenzó a reunirse en la salida de la estación "Constituyentes" de la línea 7 del Metro. Pasando ordenadamente al lado de las vallas metálicas y de los elementos de seguridad, los miembros de la resistencia civil pacífica, con pancartas y gritando consignas contra el fraude y sus autores, se colocaron frente a la reja de entrada, ante la mirada de granaderos del GDF y los ubicuos y genéricos elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP). Minutos más tarde, cuando llegó Fernández Noroña, dirigió unas palabras a los asistentes y medios de comunicación ahí reunidos, e informó que la protesta tendría lugar clausurando simbólicamente el edificio del hangar presidencial, en las cercanías del aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México.




Se decidió que para evitar más problemas viales ese día se transportarían utilizando el metro, tras lo cual y de manera siempre ordenada, no violenta pero energéticamente entusiasta y sonora, la resistencia civil pacífica bajó por los túneles hasta los andenes y se transportó, a través de varias estaciones y transbordos hasta la zona de hangares del aeropuerto internacional.






Durante el viaje, muchos usuarios del sistema de transporte miraban con asombro y mostraban su solidaridad ante la incansable resistencia civil, que con consignas y pancartas invitaban a los ciudadanos a sumarse al contingente, cosa que varios hicieron. El chavo de una pareja de adolescentes que sentados esperaban en un andén, al no dar crédito a lo que escuchaba, se levantó y se asomó para constatar que el movimiento sigue vivo y por todos lados. Sin dar crédito a lo que veía y escuchaba, regresó por su pareja, le explicó brevemente y la hizo que lo acompañara al interior del vagón. Se miraron y decidieron integrarse al grupo, acompañandonos en el trayecto. (video pronto)




Al llegar frente a las instalaciones del hangar presidencial, poco más de un centenar de granaderos del GDF, de tradicional color azul, protegían con sus escudos de plexiglas a un contingente igualmente numeroso de granaderos y elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP), de usual color gris rata, que estaban frente a gran cantidad de miembros del EMP, de negro, con sus gorras con el letrero que dice "seguridad". Gerardo Fernández Noroña se dirigió a los mandos del operativo, por parte del GDF, explicando clara y concisamente que el terreno de ahí hasta la puerta del hangar era público y que no tenían derecho a impedirle el paso, y que iba a pasar. Los policías lo miraban impávidos sin contestar. Gerardo comenzó a caminar paralelo a los escudos y en varios puntos forcejeó con ellos, arrancando en una ocasión un escudo a un granadero descuidado. Uno de los mandos se le acercó en ese instante y le preguntó "¿por qué hiciste eso?", a lo que Fernández Noroña replicó lacónicamente: "porque dije que iba a pasar, porque no tienen ningún derecho a impedírmelo". Por varios minutos más intentó pasar la barrera de granaderos del GDF ante la azorada mirada de los PFPos y EMPos que desde atrás seguían inquietos la acción. Mientras esto sucedía, de las puertas del hangar presidencial comenzaron a salir muchos más elementos del EMP. Noroña intentó pasar por una esquina que hay entre la obra en construcción al lado del hangar, pero miembros del EMP directamente se lo impidieron, forcejeando ambos a través de una malla metálica.





Después de dejar claro frente a los medios de comunicación ahí reunidos que se le había impedido el paso para efectuar una protesta pacífica, se decidió ver si era posible ingresar por otro lado. A un costado del hangar presidencial se colocaron pancartas al tiempo que elementos del EMP aparecían tras la alambrada rápidamente. Al cabo de un rato, se decidió regresar a la entrada y en plantón esperar a que el presidente usurpador regresara de su viaje. Los miembros de la resistencia civil pacífica se sentaron frente a los escudos de los granaderos del GDF y siguieron lanzando consignas con su particular energía, incluso bajo el rayo del sol del mediodía.





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